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Los mayores de 65 años podrán salir a pasear desde el sábado si la evolución de la pandemia es positiva. Henar Sastre
Coronavirus en Valladolid: «No queremos salir a pasear hasta que no haya garantías»

«No queremos salir a pasear hasta que haya garantías»

Colectivos de jubilados y pensionistas piden a las autoridades fijar criterios de desescalada alejados de la edad y anticipan que no saldrán a la calle mientras «no sea del todo seguro»

Eva Esteban

Valladolid

Martes, 28 de abril 2020, 06:53

Antonio Pascual –69 años, camisa azul marino, cazadora negra, pantalón vaquero– salía todas las mañanas de casa, sobre las nueve, a dar un «paseo largo» por la ciudad con su esposa. Echaban a andar y recorrían «ocho o nueve» kilómetros diarios. Pero el confinamiento domiciliario truncó sus planes, una rutina a la que ya estaban acostumbrados porque «es lo que llevamos haciendo desde que nos jubilamos». Desde entonces, alivian esa «necesidad» de moverse subiendo y bajando las escaleras de su domicilio. Lo repiten una y otra vez hasta que se «agotan». «Me pego unos paseos que no veas, y la mujer detrás, conmigo. No nos queda otra, no podemos salir a pasear y tenemos que movernos, que ya vamos teniendo una edad», afirma este vecino del entorno de la Plaza Circular. Precisamente por ello, por el «riesgo» que implica, Pascual no tiene «prisa» en retomar sus paseos. Él, como el resto de nombres que comparecen bajo estas líneas, es partidario de «esperar a que haya unas garantías y sea seguro». «A mí me da igual esperar un poco más con tal de no contagiar a nadie ni que nos contagien», apostilla.

Este vallisoletano es uno de los cerca de 121.402 mayores de 65 años que, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), viven en la provincia de Valladolid. Y, por tanto, más vulnerable a contraer la covid-19 (al igual que los pacientes con patologías previas). Ahora, después de la decisión del Gobierno de que los niños puedan salir a la calle, el colectivo espera paciente su turno. El Ejecutivo aclaró que, desde este sábado, los mayores podrán salir a pasear si la evolución de la pandemia es positiva. Pero no quieren hacerlo por el simple hecho de la edad. De tener más de 65 años. Quieren «ser parte de la población, como siempre», que no haya diferenciaciones por la mera razón de ser más o menos mayor.

Así lo defienden la Federación Provincial de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas y la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados (UDP) de Valladolid, que a través de sus presidentes, Adela Cabezas y Francisco Carracedo, respectivamente, consideran que el colectivo engloba a «mucha gente» y, por tanto, no se deben equiparar las situaciones de unos y de otros. «Una persona de 70 años no tiene por qué ser más débil por tener esa edad, sino, por ejemplo, por tener una afección respiratoria que también puede tener alguien de 50 años; comprendo que de alguna manera hay que actuar, pero nos molesta un poco ese concepto», afirma Carracedo.

En cualquier caso, la opción está sobre la mesa y los representantes ya se plantean cómo será el día de después, la próxima vez que puedan dar un paseo por las calles. Por ejemplo, Cabezas cree que en los municipios vallisoletanos la gente «saldría más» que en la ciudad. El motivo, según explica, es porque en el medio rural «hay menos posibilidades de cruzarte con la gente» y, además, hay localidades en las que no se han registrado casos. «Es mejor y menos peligroso salir a andar en un pueblo que en la ciudad. Aquí –en referencia a la capital– saldremos pero con muchas precauciones y mucho respeto», asevera la presidenta.

Sea como fuere, tanto los mayores que han accedido a dar su testimonio como los representantes de las asociaciones coinciden en que no saldrán a la calle «mientras no sea del todo seguro» y se cumplan unas condiciones y «garantías». «Sí que podemos estar deseando salir a la calle, pero en el fondo tenemos miedo precisamente porque estamos viendo que somos el grupo de personas más vulnerable», reconoce Adela Cabezas, al tiempo que incide en que no es una cuestión de «urgencia». «Necesitamos movernos y en casa, por mucho que quieras, no lo haces, pero no lo vemos como una urgencia. Era un poquito más primordial para los niños, que con una edad ya entenderán que hay que estar en casa, pero otros más pequeños no y las personas mayores somos perfectamente conscientes de que estar así es bueno para nosotros, por lo que creo que no nos importa quedarnos un poquito más», señala.

La emergencia sanitaria ha obligado a los vallisoletanos a improvisar, a hacer de sus viviendas un gimnasio en el que poder practicar una actividad física que les libere del «agarrotamiento» muscular. Uno de ellos es Carlos Giralda. Tiene 76 años y cada día recorre «tres o cuatro kilómetros». Lo hace en el angosto pasillo de su domicilio, y no para hasta cumplir el objetivo. «Hombre, no tienes libertad de movimiento pero menos es nada, no podemos estarnos quietos», indica.

«Extremar precauciones»

Él, dice, lo «único» que pide es que le dejen moverse «un poco, sin tener contacto con nada ni nadie». Ansía pasear, pero aún en el hipotético caso de que desde este sábado pudiera hacerlo, no lo hará «hasta que no esté todo resuelto». «Me lo tendría que pensar; habría que ver la situación en la que estamos, porque ahora mismo los contagios no dejan de subir y hay que extremar precauciones», prosigue.

A otra vecina, Mari Carmen Regaliza, de 81 años, «esto del coronavirus», como se refiere, no le da «nada de miedo». Trata de cumplir con el aislamiento domiciliario, aunque «casi todas las mañanas» baja a comprar pan, el periódico «y tabaco cuando me hace falta». No le queda más remedio. «No tengo a nadie que me lo haga, y aunque no me da miedo, intento no salir mucho», comenta mientras inhala humo de su cigarrillo.

Ella, a diferencia de Giralda, está decidida. Si el Gobierno determina que los mayores de 65 años pueden salir a la calle «será por algo». «Estoy deseando salir, tengo los tobillos hinchados de no andar, pero siempre y cuando se den las condiciones de seguridad necesarias y se cumpla con las distancias; no dejamos de ser un grupo de riesgo», reitera.

Este mismo planteamiento lo defiende Adela Blázquez. Tiene 79 años y dice que «se nota» la ausencia del paseo diario, aunque reconoce que no se aburre en casa. «Tengo muchísimas cosas que hacer. Veo la tele, me encanta leer... El confinamiento nos sirve también para parar un poco y dedicar tiempo a otras cosas».

Asimismo, opina que sería «bueno empezar», que el Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez «abriera un poco las puertas» del aislamiento y dejara salir –«limitado, claro», subraya– al colectivo de mayores de 65 años. «Siempre que sea seguro es bueno. Estaría muy bien, respetando las distancias de seguridad y siempre que las cifras mejoren», propone.

«Vida no hay más que una»

«Vida no hay más que una». Esta es la máxima de Miguel Ángel López. Tiene 68 años y unas «ganas tremendas de disfrutar». Pero no dejará que «ningún virus» le «lleve por delante». Por ello, aguantará «todo lo que haga falta» para poder retomar la normalidad. «Voy a esperar;prisa no tengo, y ojo con lo que se viene, que es difícil. Claro que necesitamos movernos y pasear, pero hay que andar con cuidado porque es un virus muy fuerte. Habrá que salir poco a poco, no volvernos locos», plantea.

Quieren salir. Estirar las piernas y respirar aire puro, pero no lo harán a cualquier precio. Esperarán confinados «hasta que todo pase y sea seguro».

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