

Secciones
Servicios
Destacamos
El café que el 13 de marzo tomó a media mañana con 'Curro', a Jesús le sabrá ya siempre amargo. Fue esa taza la última que compartieron, fue ese día el último que vio a su hermano, Francisco Javier Pérez Gutiérrez,regente de la tienda de decoración y pasamanería Flecoster, en la calle Claudio Moyano, comercio muy popular en Valladolid y que es heredero de un negocio que se remonta a comienzos del siglo pasado. Francisco Javier, 'Curro', el alma de Flecoster, por todos conocido y cultivador de amigos, bebedor de la vida a largos tragos, falleció el día 12, a los 57 años, en el Hospital Clínico, víctima de la covid-19, ese enemigo letal que parece tener siete vidas. Jesús ha estado días «sin parar de llorar», y ahora que «ya no me quedan lágrimas», recuerda la figura de su hermano, su amigo y también referencia.
«Mi hermano, que era un año y medio mayor que yo, estaba muy bien de salud, pero el 17 de marzo comenzó a sentirse mal. Sabía lo que tenía y estuvo una semana en casa en cuarentena, llevándole los medicamentos y alimentos a la puerta. Tenía que haber llamado antes al centro de salud, pero no quería ingresar. Al final llamamos e ingresó en el Hospital Clínico al martes siguiente, el 24 de marzo. Estuvo una semana en planta y al siguiente martes, el día 31, fue cuando le bajaron a la REA. Hablé con él antes de que le bajaran, solo le costaba respirar, no tenía fiebre desde hacía una semana. Luego ya no pude hablar más con él. En la REA estuvo hasta el día 12, que murió. En la última semana tuvo una evolución excelente hasta el sábado 11 de abril, con un aporte mínimo de oxígeno, de hecho iban a desentubarle, pero me dijeron ese día que había empeorado y el domingo me llamaron a las 14:45 horas para decirme que tenía una hemorragia cerebral y que no se le podía intervenir, que había sido una reacción de los alveolos pulmonares. A las tres horas me volvieron a llamar para decirme que había muerto. Yo le dije a la médico que se había confundido de paciente», afirma Jesús, que no puede creer lo ocurrido, roto por la pérdida de su hermano.
«Curro era tan buena persona que todo el mundo le quería, era excepcional. Me han llamado como cincuenta amigos suyos, todos ellos llorando. Curro y yo hemos tenido una relación de hermanos, pero en periodos de la vida también hemos salido juntos y nuestro mejor amigo íntimo es uno en común, Pedro, con él compartíamos los domingos por la tarde un café», apostilla Jesús, que destaca las ganas de vivir de su hermano, divorciado sin hijos.
«A 'Curro' le gustaba disfrutar de la vida. No se aburría nunca, había que pedirle cita para poder quedar, de los compromisos que tenía. Siempre estaba rodeado de gente, y siempre fue una persona muy sencilla, que no presumía de nada», agrega Jesús, antes de que le vengan a la cabeza recuerdos de la infancia vividos con 'Curro' en torno al negocio familiar.
Coronavirus en Valladolid
«Mis abuelos se vinieron en 1915 de Astorga. Su primera mercería fue La Astorgana, que la tuvieron en la calle Angustias. Después se trasladaron a la calle del Val, a un edificio muy estrecho que compró mi abuelo Dionisio. La mercería estaba en la planta baja y tenía una bodega que sirvió de refugio en la Guerra Civil, porque estaba obligado a abrirla si se producía un ataque aéreo. Mi padre estudió Comercio y Artes y Oficios y en esa época empezó a trabajar con mi abuelo en el Val. Más tarde, mi abuelo abrió Novedades Nati, en Cánovas del Castillo y mi padre se trasladó allí. En Cánovas, 'Curro' y yo empezamos a sumar con la caja registradora y a jugar con las cintas de raso, que hacíamos como que vendíamos pasteles. Era una casa entera y arriba había como una tronera. Había en Novedades Nati siete chicas trabajando y otra más para arreglar medias», evoca Jesús, que recuerda cómo antes de abrir Flecoster en la calle Santa María en 1970, la familia tuvo un negocio un año en la calle Fray Luis de León.
«Mi padre le puso Flecoster por mi madre (tiene 85 años), es una mezcla de Flecos y Esther. Mi padre diseñó los arcos de la tienda. Creo que coincidieron abiertas unos seis años las tiendas de Cánovas y Flecoster, pero cerró Novedades Nati porque, con el PGOU, hicieron derruir el edificio en Cánovas. Con la tienda del Val se quedó mi tía Carmen», afirma Jesús, que incide en cómo con Flecoster, el negocio evolucionó a la alta mercería y a la pasamanería.
«Venía gente desde Madrid a comprar aquí. Mi hermano estudió Derecho, pero le gustaba mucho la tienda, genéticamente le tiraba el negocio. Empezó a trabajar allí en 1987, mano a mano con mi padre, Jesús, que tiene ahora 92 años y que hasta los 80 años ha estado yendo a la tienda. 'Curro' sabía mucho Derecho y mantenía los conocimientos, aunque él nunca había ejercido, yo estudiaba en Salamanca y 'Curro' me ayudó a preparar la oposición de psicólogo para el Ministerio de Interior. Yo le cantaba los temas», señala Jesús, que disfrutaba con 'Curro' de las fiestas universitarias en tierras salmantinas.
«Después nos fuimos a Claudio Moyano por el tema de la renta. La decoración de los arcos la hizo un arquitecto siguiendo el diseño de Flecoster. Allí hemos seguido dedicándonos a la pasamanería y la decoración, pero también al forjado de lámparas y cortafuegos de chimeneas de estilo castellano. Las bodegas de Fuensaldaña y de Boecillo son clientes nuestros», concluye Jesús Pérez Gutiérrez al hablar de un negocio, Flecoster, que ha perdido a su santo y seña, a 'Curro', tan solicitado por todos su amigos como solicitado es su género en la ciudad.
Publicidad
Jon Garay e Isabel Toledo
J. Arrieta | J. Benítez | G. de las Heras | J. Fernández, Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Julia Fernández
Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras, Miguel Lorenci, Sara I. Belled y Julia Fernández
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.