Fuegos artificiales durante la inauguración del puente el 12 de mayo de 1999. G. Villamil

Valladolid

El puente de Hispanoamérica nació en 1999 entre retrasos, protestas y limonada

El décimo paso sobre el Pisuerga costó 14,8 millones y entró en servicio para unir las autovías de Salamanca y la carretera de Rueda

J. Sanz

Valladolid

Viernes, 19 de julio 2024, 06:44

Ocurrió el 12 de mayo de 1999 a las nueve y media de la noche. La capital estrenó el puente de Hispanoamérica -no de la Hispanidad-, que así se llama oficialmente, en un alarde de gasto público que hoy sería impensable. Hubo fuegos artificiales, limonada ... popular e, incluso, un concierto del grupo andaluz 'Siempre así'.

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Pero aquellos fastos no estuvieron exentos de polémica y llegaron acompañados de dos manifestaciones vinculadas a un incidente registrado entonces que supuso una condena a representantes sindicales de bomberos y policías y a la retirada de un cartel del hoy desaparecido partido Candidatura Independiente (CI), que lucía el lema, llamativo visto ahora, de 'Podemos' (en letras grandes) justo ante el puente.

Asistentes a la inauguración del puente de Hispanoamérica. G. V.
Protesta por la condena a representantes sindicales de bomberos y policías. G. V.
El cartel de Candidatura Independiente que se retiró antes de la inauguración. G. V.
Corte de la cinta inaugural a cargo de Francisco Javier León de la Riva y Juan José Lucas. G. V.

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Aquellas protestas a dos bandas, según recogía la crónica de la inauguración de El Norte de Castilla, casi impidieron escuchar las explicaciones sobre aquella imponente infraestructura de boca de uno de los autores del proyecto, el ingeniero Juan José Arenas, quien «tuvo que desgañitarse para glosar su obra». La cinta inaugural, en un acto al que también acompañaron los gritos de los manifestantes, corrió a cargo del entonces presidente de la Junta, Juan José Lucas, y del exalcalde Francisco Javier León de la Riva.

Aquella noche, entre fuegos artificiales, nació un puente llamado a ser un «símbolo de la ciudad», y lo es un cuarto de siglo después, que se abrió con dos años de retraso y que abrió el tramo más completo de la actual avenida de Zamora, la ronda interior (VA-20), a la que se sumaría más de diez años después el viaducto sobre las vías que conduce a Argales y que completaría este corredor que rodea la ciudad. Entre los dos pasos elevados y la calzada en sí se invirtieron más de treinta millones de euros.

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