Chus, madre de Esther, con blusa negra, recibe el cariño y el consuelo de un familiar. Agapito Ojosnegros

Acto en memoria de Esther López

«Quién no se vuelve loco sabiendo que el asesino de mi hermana sigue libre»

Familiares de Esther López y vecinos de Traspinedo se concentran un mes más pidiendo justicia para su vecina, desaparecida hace ya 18 meses

Domingo, 16 de julio 2023, 17:50

La madre de Esther López, Chus de la Rosa, volvió a reunir fuerzas para acudir a la concentración y subirse al pequeño entarimado desde el que cada mes, en la Plaza Mayor de Traspinedo, la familia de la joven, arropada por vecinos, clama justicia.

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Un ... día duro, uno más, pero este con un componente todavía más emotivo y difícil de sobrellevar, que recrudece las circunstancias que viven desde hace 18 meses. Este 16 de julio es el cumpleaños de Chus, lo cual recordó su hija Inés, quien hizo de portavoz familiar en este nuevo acto de homenaje a su hermana y de reiteración de justicia.

«No me quiero bajar del escenario, al que me subo para hablar con mi hermana mes tras mes, sin felicitar a mi madre, nuestra mamá, Esther. Hoy es tu cumpleaños», anunció Inés a los asistentes, quienes por unos instantes interrumpieron las palabras de la hermana de Esther con un cariñoso y reconfortante aplauso. «Es el segundo en el que no te gustaría seguir sumando», continuó la joven dirigiéndose a su madre, «pero mamá, ojalá no dejes de hacerlo nunca a nuestro lado. Felicidades mamá porque aunque no veas sentido a nada, tú eres todo nuestro sentido».

Inés volvió a mostrar el dolor que asola a la familia, y el suyo propio, el cual definió como algo que se parte «en mil pedazos», su mundo. «Algo que se rompe de esta manera lo pueden intentar arreglar pero es imposible que vuelva a ser como antes, es más, casi nunca se vuelve a parecer», señaló, explicando a su vez que «cuando alguien falta de esta manera te despiertas con un agujero inmenso y aterrador todos los días; los especialistas lo llaman ausencia, unas veces elegida, otras involuntaria. En tu caso, Esther, si cabe, es mucho peor, ya que fue elegida por alguien. Muchos días intento pasar de puntillas, disimularlo, pero estar vivo no es precisamente igual a vivir. Cuando Esther se fue se llevó una parte de mí, una muy grande, pero me dejó una de ella mucho más grande y con la que voy a sacar fuerzas para aguantar y ver cómo tu asesino entra, y, ojalá, no salga nunca de la cárcel; es lo mínimo que se merece».

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«Los tiempos no son los que nos gustarían, porque quién no se vuelve loco sabiendo que el asesino de tu hermana sigue libre. Necesitamos justicia ya», insistió Inés, «justicia para Esther, para la familia, para los amigos y justicia para todas las personas que tenga que compartir espacio o cruzarse con ese ser indeseable. Porque hace 18 meses fue Esther, pero, con un asesino en la calle, ¿quién nos asegura que los nombres no pueden aumentar?».

Vecinos y familiares de Esther López durante durante la concentración. Agapito Ojosnegros

Sobre la marcha de la investigación Inés no puede decir apenas nada, reconoció, pero sí quiso dejar, a quienes les acompañan cada mes, «porque os lo merecéis«, un mensaje de «aliento, de tranquilidad, y después de año y medio acompañándonos mes tras mes, el trabajo ya está hecho, y vaya trabajo», expresó su reconocimiento.

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Una vez más insistió en su agradecimiento a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado «que están trabajando día y noche en este caso», también a aquellas personas «que mes tras mes venís a arroparnos con vuestras miradas tristes y vuestros aplausos, mezclados de rabia y cariño». Asimismo, y de manera especial y personalizada, en esta ocasión agradeció el apoyo «a Nuria, psicóloga de víctimas en Valladolid, y a Esther, nuestra médica en Traspinedo. Habéis sido capaces de entendernos y querernos en el peor momento de nuestras vidas; capaces de hacer que poquito a poco soltemos lastre y capaces de hacernos saber que existe gente buena. Gracias, sois nuestro rayo de luz en las tormentas de cada día».

La concentración volvió a terminar con los concentrados pidiendo «justicia para Esther ya», poniendo énfasis en esa palabra final de esta frase tantas veces repetida: «¡Justicia para Esther ya!».

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