Valladolid

El Vítor ilumina la noche de Mayorga

Tras encenderse la primera hoguera, Francisco Ángel García Quirós sujeta con fuerza el estandarte, como hizo su padre, en una larga tradición familiar. La procesión ya ha comenzado un lento recorrido de más de 1.500 metros, con una duración de seis horas. Junto a él, como cada año, se encuentra su primo Fidel Caballero García, también de la familia de Los Garatos, la que custodia el estandarte.

Fidel mira el Vítor, con sus flores y telas, que ha engalanado su hermana Loli, como en su momento hizo su madre, Escola, y antes su abuela Paca. Una tabla que guardaron durante todo el año en su casa como el más preciado tesoro de una tradición inmaterial, de «una fábrica de recuerdos», según expresó García Quirós el viernes en el emotivo pregón de las fiestas.

Poco a poco los pies se van quedando pegados en el suelo. El olor a pez lo llena todo. El fuego acaricia las caras. Cientos de vecinos y visitantes presencian un rito singular que, una y otra vez, sorprende. La procesión llega al inicio de la calle Derecha, junto al parque infantil, y Fidel Caballero García, que ha estado pendiente de las hogueras o del transcurso de la procesión como presidente de la Asociación Cultural El Vítor, releva a su primo en portar el estandarte en su recorrido hasta la plaza de España, «siempre sin quitarle protagonismo».

Por su cabeza pasan los familiares que han tenido la responsabilidad de su primo, al que antecedió su padre, Ángel García; su abuelo, Florencio; su bisabuelo, Félix, o su tatarabuelo, Justo, ya en pleno siglo XIX, en un relevo familiar que se pierde en el acontecer de los años.

Fidel relata con orgullo que en la tabla del Vítor cuenta la vida de Santo Toribio en una imagen pintada descubierta en 2021 tras su restauración, que presenta, entre un color azul que contrasta con el marrón que tenía, una rama de olivo y una espada, en la parte superior, como símbolos de la Inquisición, ya que el santo patrón fue inquisidor en Granada. Entre los símbolos del Santo Oficio se aprecia una mitra, en su condición posterior de arzobispo. En el centro del estandarte se lee la leyenda de 'Santo Torivio Alfonso de Mogrovejo, arzobispo de Lima, hijo y patrón de la ilustre y noble Villa de Mayorga', con esa singular 'v' en Torivio. En la parte inferior, aparece el símbolo del vítor como emblema conmemorativo de quienes obtenían el título de doctor en la Universidad de Salamanca.

En la plaza de España, Fidel devuelve a su primo el Vítor para que lo suba al balcón del Ayuntamiento. Decenas de pellejos se sitúan en el centro de la eventual plaza de toros. Un vistoso castillo de fuegos artificiales saluda a «la insignia más gloriosa», que finaliza con el descubrimiento de la imagen del santo.

Los mayorganos, con sus varales, se ponen de rodillas, muchos abrazados, y cantan el himno a Santo Toribio. Un momento en el que Fidel recuerda que su hijo, Daniel, periodista, ha dado a conocer este año que la música procede de la Marcha al Cristo de Limpias (Cantabria), que el compositor Carlos Schumann, de origen alemán afincado en Castro Urdiales, compuso a principios del siglo XIX, a la que un franciscano de Mayorga le puso letra.

La procesión continua por Cuatro Cantones a la calle Derecha, antes de llegar al Arco hacia el Rollo. En esa parte final, Miguel Ángel Caballero, hermano de Fidel, coge un tramo el Vítor en un emotivo recuerdo a su padre, Paco, que también lo llevaba en la calle Aseo cuando le ayudaba a su cuñado. Sobre las cuatro de la mañana se llega a la ermita del santo. Se suceden los vivas a santo Toribio, a santa Rosa, al Vítor, a Mayorga. Fidel, ya espera con ilusión otra procesión para ayudar a portar el Vítor.