Javier Gutiérrez, integrante de Ecologistas en Acción, y Susana Recio, miembro de la plataforma vecinal durante una charla informativa Susana Recio
Valladolid

Vecinos de Montemayor se movilizan para evitar la instalación de una planta de biogás

Constituyen una plataforma porque aseguran que la cantidad de residuos es «desorbitada» y que va a generar multitud de problemas a los municipios colindantes, además de malos olores y contaminación

Yaiza Cobos

Valladolid

Miércoles, 1 de mayo 2024

Desde hace unos meses, la noticia de una posible instalación de una macroplanta de biogás se ha convertido en la pesadilla de Montemayor de Pililla y de multitud de pueblos aledaños. Tanto que, desde hace unas semanas, sus vecinos se han venido agrupando para formar ... una plataforma y luchar por un único objetivo; «pararlo cuanto antes», menciona Susana Recio, miembro de dicha entidad. Una situación similar a la que hace un par de meses se vivió en Matilla de los Caños. Esta construcción diseñada para la recepción de residuos y restos orgánicos, y producción de energía, un proyecto de la empresa Libergia, tiene previsto situarse en un páramo conocido como 'El Cabezo'. Este entorno, caracterizado por una rica y extensa naturaleza, se verá cubierto por unas enormes instalaciones que provocará un «gran impacto visual y medioambiental».

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Desde el primer momento, sus habitantes se sorprendiendo por la cantidad de residuos orgánicos, purines y estiércol que gestionaría esta macroplanta. Unas 150.000 toneladas de remanentes. «Nos pareció desorbitado porque en nuestra zona no existe esa cantidad de materia orgánica para tratar», explica Recio. Atando cabos, pensaron que este volumen derivaría de otras macrogranjas lejanas y, todo ello, desembocaría en un excesivo tránsito de vehículos pesados cargados con estas basuras. «Van a atravesar los cascos urbanos y todos sabemos cómo huele», añade. La plataforma ha calculado que en torno a 10.000 camiones al año, unos 100 al día, deberán cruzar Montemayor de Pililla y varias localidades colindantes para transportar esos residuos.

Asimismo, detallan que ningún término municipal de la comarca tiene la capacidad suficiente como para absorber cientos de toneladas de digestatos; un subproducto resultante del proceso de producción de biogás. Cabe destacar que, El Cabezo, se encuentra declarado, por la administración autonómica y la Unión Europea, como zona vulnerable por contaminación de aguas por nitratos. Un montón de desechos junto a materiales pesados, microplásticos y microcomponentes químicos «muy peligrosos» que el territorio no va a ser capaz de asimilar. Todo esto se suma a los posibles escapes que esta planta pueda tener. «Son instalaciones que tienen incendios porque trabajan con unos residuos susceptibles a arder, y tienen fugas porque manejan unos volúmenes tan enormes que las construcciones pueden ceder», manifiesta la integrante de la plataforma. Todas las aguas que filtra este páramo, van a parar a acuíferos y estos desembocan en fuentes naturales; las cuales podrían comenzar a contaminarse.

Cartel de la plataforma vecinal de Montemayor de Pililla Susana Recio

La plataforma asegura que esta macroplanta provocará malos olores y contaminación en la zona, y no solo afectará a Montemayor de Pililla, sino también a Santibáñez de Valcorba, Traspinedo, Camporredondo, Viloria, Torrescárcela, Cogeces del Monte e incluso San Miguel del Arroyo. Los vecinos consideran que, al no disponer de una autovía cercana, el transporte de estas mercancías se realizará por carreteras comarcales que presentan un gran desgaste. «A qué grado de deterioro vamos a llegar con estos vehículos tan pesados y con esas cantidades», cuestiona Susana.

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«Pensamos que la calidad da vida de la ciudadanía se va a ver muy mermada. En invierno va a ser muy desagradable, pero en verano va a ser insufrible tanto por los olores como por los insectos que van a proliferar», puntúa la integrante. Un aspecto que perjudicaría al asentamiento de población. «Quién en su sano juicio va a querer venir a vivir aquí», comenta. Sus vecinos temen que la instalación de esta macroplanta hagan un «efecto llamada» a las macrogranjas. «Van a tener la excusa perfecta para poder ampliar sus capacidades o incluso construir otras nuevas», detalla.

Un proyecto aún en la mesa

Aunque aún no ha comenzado a construirse, e incluso la empresa no ha presentado el proyecto a la Junta de Castilla y León para solicitar la licencia ambiental, la ciudadanía se ha adelantado y ha comenzado a movilizarse para frenar cuanto antes esta macroplanta de biogás. Así, unas cien personas ya componen la plataforma y multitud de simpatizantes apoyan su iniciativa. Además de acudir a las dos reuniones informativas que Libergia llevó a cabo en el pueblo, el pasado 19 de abril han organizado una charla junto a Javier Gutiérrez, integrante de Ecologistas en Acción y profesor jubilado de Economía Aplicada en la Universidad de Valladolid.

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Javier Gutiérrez durante la charla informativa Susana Recio

Asimismo, han puesto en marcha una recogida de firmas, tanto online como de manera tradicional, que ya alcanza casi las 1.600. «Tenemos muchas propuestas que hacer. Protestaremos cuando haga falta y una vez que la empresa presente el proyecto aportaremos alegaciones para pararlo cuanto antes», adelanta Susana.

Sus miembros declaran no tienen nada en contra de las plantas de biogás, pero sí no estar de acuerdo con su instalación en la localidad. «Para poner una solución a algo, primero tiene que haber un problema. Montemayor y los pueblos de alrededor no lo tenemos. No hay esa cantidad para que sea una preocupación», menciona Recio. Tal y como aclara, no entienden «por qué tenemos que sacrificar a la población de esta manera», cuando los residuos se generan en otro lugares.

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Respuesta del ayuntamiento

Desde el consistorio de Montemayor de Pililla han defendido la instalación de esta planta. «A día de hoy lo que hemos visto, y lo que nos ha contado, nos parece interesante por la creación de puestos de trabajo», comenta Noel Serna, alcalde de la localidad. El mandatario ha recordado que este proyecto no se situará en un suelo público. «Al final es la empresa y un terreno privado», explica. El Ayuntamiento, en este caso, se sujeta a las licencias ambientales de la Junta de Castilla y León; única entidad que toma decisiones sobre la construcción de esta factoría.

El equipo de gobierno teme que si esta planta no se levanta en Montemayor, se llevará a cabo en algún pueblo adyacente y se quedarán sin un «salvavidas» para la localidad. «Si no se nos va a pasar el tren, como ya nos ocurrió con el instituto y con el centro de salud», menciona Noel.

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El único problema que ven desde el Ayuntamiento es la circulación de vehículos pesados por diversas carreteras; aunque apuntan que la manera de entrar al pueblo, sin atravesar los cascos urbanos de otros, sería por la zona de Torrescárcela, «Va a haber tránsito de camiones, evidentemente, pero como cualquier empresa», puntúa.

«No nos llevamos nada a cambio. Este proyecto va a crear problemas a mi equipo de gobierno, pero estamos aquí para gestionar un ayuntamiento y para intentar dar viabilidad económica y futuro», asegura. Así, esperan que sea la primera piedra de muchos más. Esta planta de biogás cuenta con el apoyo del PSOE- partido que lidera el consistorio - y de los concejales populares. «Creemos que puede fijar población», detalla.

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Desde la plataforma vecinal señalaron haber sido conocedores de este plan de «manera extraoficial». Desde el ayuntamiento han negado «rotundamente» estas acusaciones. «La empresa hizo una primera reunión para explicar sus intenciones, y una segunda para aclarar dudas», comenta. Incluso han habilitado un correo electrónico y un número de teléfono para que los vecinos trasmitan sus dudas y, así, «ser transparentes con todo».

«Quiero un pueblo unido que avanza y prospera. Es importante ir todos de la mano. No estamos en contra ni a favor de nadie, estamos intentando lo mejor para el pueblo y creo que este proyecto puede ser interesante», aclara Noel. «Vamos a esperar al proyecto. Si vemos algo mal, los primeros que no queremos esto somos nosotros», cerciora.

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