A apenas diez kilómetros de Peñafiel se encuentra Fompedraza. Un pueblo perteneciente a la Denominación de Origen Ribera del Duero que, a día de hoy, no cuenta con viviendas en venta porque no hay ni una sola abandonada. En este municipio entran todos los días ... cerca de 40 personas a trabajar y, según explica su alcalde, Eduardo Benito, «mucha de esa gente busca una vivienda en la que poder vivir para no estar todo el día en la carretera, pero aquí no hay y en los pequeños pueblos de alrededor, tampoco». Por ello, ha ideado junto con su equipo de gobierno, un proyecto para atraer a nuevos habitantes a Fompedraza. Se trata de la construcción de cuatro viviendas de dos y tres habitaciones en un terreno que pertenece al Ayuntamiento. «Serán casas de primeras calidades y nuestra intención es alquilarlas por un precio de 100 euros al mes durante el primer año con la condición de empadronarse en el pueblo. Si la persona que está de alquiler desea seguir otro año, se le mantendrá el mismo precio, pero al tercer año se le dará la oportunidad de adquirir la vivienda o comenzar una nueva construcción en el municipio. Si al cuarto año no ha comprado la casa, su alquiler será más elevado y tendrá que abandonarla porque eso significará que no se ha asentado en el pueblo», explica el alcalde.
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Benito precisa que «los que buscan vivienda necesitan probar si les gusta Fompedraza antes de venirse a vivir aquí». En el municipio ya está instalada la fibra óptica, algo «fundamental para que la gente pueda teletrabajar». La población a la que va dirigido este proyecto es «de edad indiferente, pero con ganas de conocer el pueblo», sostiene el alcalde. Este proyecto es posible porque el Ayuntamiento ya cuenta con el dinero necesario para la construcción de las viviendas y «es una forma de modernizar y actualizar el pueblo».
Un problema del pueblo es que no hay suelo urbano edificable, pero se solventa con la construcción de estas cuatro viviendas porque se amplía el casco urbano. «Es una manera de modernizar y actualizar el pueblo. Atraer a la gente joven y a aquellos que prefieren la naturaleza. La diferencia es que en un pueblo vives en una vivienda y en la capital, en una colmena», comenta.
Por el momento, el plan está hecho pero al no tener un secretario mantenido en el tiempo el inicio de este se ha alargado dos años. «Nuestra intención era tener las casas ya hechas porque está aprobado en pleno y la autorización para poder hacerlo también está. Solo falta sacarlo a subasta para que las constructoras de la zona las hagan y comenzar a levantarlas», aclara Eduardo Benito.
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