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Adquirir una vivienda en la cotizada Ribera del Duero es cada vez más complicado. A la escasez de casas en buenas condiciones se le añade el elevado precio que los vendedores solicitan por ellas. Pertenecer a la Denominación de Origen ribereña es un factor ... clave a la hora de determinar el coste y aporta un valor añadido a los inmuebles. Varios de los alcaldes de estas localidades coinciden en que los precios son «elevados para segundas viviendas en municipios de tamaño pequeño». Así, en pueblos de menos de 500 habitantes algunas casas superan los 200.000 euros y «necesitan un lavado de cara». Tomás Andrés, alcalde de Olivares de Duero, reconoce que «muchas viviendas en venta están en malas condiciones y los precios son desorbitados, por eso no se venden». En su pueblo hay cuatro inmuebles que oscilan entre los 30.000 y los 180.000 euros y «hay una que lleva, por lo menos, cuatro años con el cartel colgado y no consiguen venderla».
El pueblo más grande de la Denominación de Origen Ribera del Duero es Peñafiel y el precio de las casas y pisos en venta allí varía dependiendo de las características de estas, su localización y las condiciones en las que se encuentren. En el municipio se puede adquirir un piso «para entrar a vivir», según reza el anuncio ofertado en portales inmobiliarios online, por 59.000 euros, mientras que un chalet adosado en la carretera de Pesquera construido hace más de 50 años y con necesidad de un lavado de cara se oferta por 240.000 euros. En calles más céntricas se ofertan pisos con precios muy dispares, como 85.000, 125.000 y 200.000 euros.
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Quien tiene claro que «los precios de las viviendas son elevados para gente que lo que quiere es hacerse una casa para veranear» es Primiano de la Fuente, alcalde de Piñel de Arriba. En su pueblo, se venden media docena de viviendas y su precio ronda entre los 20 y los 50 mil euros, dependiendo del estado en el que se encuentren, aunque «la mayoría necesita una reforma importante». También Canalejas de Peñafiel cuenta con, al menos, seis inmuebles en venta; el más barato es una casa que se oferta por 22.000 euros y necesita reforma, mientras que el más caro asciende a 139.900 y está para entrar a vivir. Manzanillo cuenta, en la actualidad, con dos viviendas en venta: una por 90.000 € y está «para entrar a vivir», según el alcalde de la localidad, Mariano Calvo, y otra está en 30.000 euros pero «en estos momentos se encuentra alquilada, aunque imagino que seguirá en venta».
Otro municipio con un número considerable de casas en venta es Piñel de Abajo. Con menos de 200 habitantes, sus calles albergan seis viviendas de las que sus propietarios desean deshacerse, pero los importes de salida no acompañan ni ayudan a realizar las transacciones. Su alcalde, Fernando Sanz, explica que «algunos precios son elevadísimos para un pueblo tan pequeño y algunas llevan varios años con el cartel colgado y no las consiguen vender». Un viejo cuartel abandonado a su suerte tiene un precio de venta de 35.000 euros y «está para tirarlo porque sería muy difícil salvar su estructura». En contraposición está una vivienda que los propietarios regalan a quien desee rehabilitarla. «Se trata de una casa normal, de las de pueblo de toda la vida, y que los dueños no quieren y la ofrecen gratis a quien quiera quedársela. Eso sí, necesita una obra considerable para poder vivir en ella», relata Sanz. Piñel, pese a su gran oferta cultural y gastronómica, tampoco se libra del descenso de población característico de la España vaciada. «Estamos interesados en que venga a vivir gente, ya sea de aquí o de fuera, porque en el último año se han dado de baja en el padrón casi 15 personas, lo que supone una caída importante de los habitantes del pueblo», precisa.
A cuatro kilómetros del pueblo de Sanz se encuentra Pesquera de Duero, en cuyo padrón hay inscritos 442 habitantes y que cuenta con varias viviendas en venta en su casco urbano. Algunas necesitan una reforma, otras ser demolidas y apenas hay un par que conseguirían condiciones habitables con un ligero lavado de cara. Con esta últimas característica solo hay dos casas en venta a las que se puede entrar a vivir con una mínima reforma a realizar. Sus precios son de 240.000 y 250.000 euros y una de ellas cuenta con naves y un terreno extenso tras la casa. Un terreno en el centro del pueblo para edificar ronda los 100.000 euros, mientras que uno situado a las afueras puede ser adquirido por 19.000€.
Siguiendo la ruta del vino de la Ribera del Duero está Quintanilla de Onésimo, que cuenta con un total de nueve viviendas en venta cuyos precios van desde los 30.000 a los 240.000 euros. Carlos del Barrio, alcalde de la localidad, señala que «algunas casas son muy caras para ser un pueblo, pero cada uno pide lo que considera».
Otros municipios de la zona con viviendas en venta son Olmos de Peñafiel (3), Curiel de Duero (3), Torre de Peñafiel, (1), Castrillo de Duero (7), Bocos de Duero (2), San Llorente (1), Rábano (1), Valdearcos (1) o Roturas (1). En el lado opuesto están Valbuena de Duero y San Llorente, que no disponen de inmuebles a la venta. El edil de este último asegura que «hay gente queriendo comprar una casa en el pueblo y venirse a vivir aquí, pero no encuentra y si las hubiese serían muy caras».
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