Valladolid

Tudela arropa a los trabajadores de Nanta: «No queremos quedarnos en la calle»

Un no rotundo -coreado también por los presentes al final de la concentración- a la clausura de la histórica fábrica de piensos, después de que la empresa anunciase hace unos días un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afecta a 28 de los 45 trabajadores de la factoría tudelana, 28 personas directamente al paro sin posibilidad de recolocación. Los 17 empleados restantes, del departamento comercial, pasarán a depender de otros centros que la firma tiene en otros puntos del país.

La primera en llegar a la plaza de España -35 minutos antes de que empezase a desarrollarse la convocatoria- fue Beatriz, una tudelana de 83 años que tiene un nieto afectado por el ERE, un joven de apenas 30 años que «lleva cinco años en la empresa, muy trabajador, que se había independizado con su pareja en Navidad, y tan contentos que estaban entonces; y ya ves ahora que plan», destacaba la veterana mujer, que no se mostraba muy optimista de cara a la resolución final de este serio problema para un buen número de familias tudelanas y también para el propio municipio, pues el empleo indirecto también se verá afectado en el caso de que se consuma el ERE. «Lo veo muy difícil», destacaba Beatriz, que aun así, ahí ha estado, la primera, para apoyar a su nieto y al resto de empleados de la fábrica de piensos.

Empleados que abarcan un amplio perfil familiar y personal, desde jóvenes solteros a aquellos que acaban de poner en marcha su proyecto vital, con un bebé recién llegado a la familia; o también aquellos que tienen niños o adolescentes, los cuales, estos segundos, reflejaban -este sábado- en su semblante su preocupación, pues son plenamente conscientes de la delicada situación que viven en casa. Asimismo, los más veteranos de la factoría también se ven afectados de lleno por los despidos.

Como señalaba uno de los trabajadores concentrados, recogiendo el sentir de todos sus compañeros y sintetizando la delicada tesitura en la que se encuentran, entre los afectados por el ERE «hay gente de todo tipo, entre ellos, trabajadores con edades de 55 o 63 años, y, los más jóvenes, de 25 y 30 años». La preocupación es grande por lo expuesto, por que «se truncan planes de futuro, de aquellos que comienzan una nueva etapa, y también de aquellos que están llegando a su jubilación, que llevan toda la vida trabajando», y los cuales, por tal y como está el mercado laboral, por su edad van a tener complicado acceder de nuevo a un puesto de trabajo».

«Estamos en una negociación y reclamamos que no se cierre y no quedarnos sin puestos de trabajo y en la calle», explicaba el empleado, quien, de la misma forma, destacaba que el cierre de la planta tudelana tendrá un gran impacto en el pueblo. «Somos veintiocho familias pero en Tudela también hay muchísima gente que vive y trabaja gracias a la fábrica, es una planta que abastece a mucha comarca y genera también mucho trabajo indirecto».

Uno de los representantes sindicales, arropado por otros compañeros y por el alcalde de la localidad y otros miembros de la corporación municipal, desde el balcón del Ayuntamiento leyó un manifiesto claro y conciso, con el reiterado mensaje de «no al cierre». No al cierre de la fábrica de piensos de Tudela de Duero reunidos en la plaza «como una comunidad unida en defensa de una causa justa. La fábrica Nanta en Tudela de Duero, con 56 años de historia, es más que un centro de trabajo; es un símbolo de identidad y un pilar de nuestra economía local», comenzaba el alegato leído, en el cual se destacaba que «la noticia del ERE y el posible cierre de la planta ha caído sobre sus trabajadores y sobre esta localidad como una sombra, amenazando con desvanecer más de medio siglo de esfuerzo colectivo.

«Pero no estamos hoy aquí para lamentarnos», continuaba el llamamiento, «sino para luchar por lo que es justo: luchamos por los veintiocho puestos de trabajo que están en riesgo, por las familias que dependen de ellos, y por el legado de una empresa que ha sido la semilla de lo que hoy es una organización muy fuerte, líder en el sector primario de la alimentación animal en la Península Ibérica». Asimismo, el manifiesto señalaba que «el cierre de Nanta no solo significaría la pérdida de empleos, sino también un retroceso en la innovación y el desarrollo económico de nuestra región», por ello, «hacemos un llamamiento a la reflexión y al diálogo. Pedimos a la dirección de Nanta y a las autoridades competentes que consideren alternativas al cierre, que se exploren vías para mantener la producción y los empleos, defendiendo la sostenibilidad y la importancia de esta planta para Tudela de Duero y para toda Castilla y León, donde el sector primario constituye una de las bases fundamentales de su economía».

Finalizaba la lectura enfatizando que «este manifiesto es un grito de esperanza, una llamada a la acción. No permitiremos que la historia de nuestra fábrica termine aquí. Estamos listos para dialogar, para encontrar soluciones, y para asegurar que Nanta continúe siendo un emblema de nuestra comunidad. ¡Por el futuro de Tudela de Duero! ¡Por el futuro de nuestros empleos! ¡No al cierre de Nanta!».

Tras el manifiesto leído, desde la misma balconada del Ayuntamiento otro portavoz de los empleados ha expuesto que «la situación es muy complicada, porque desde la empresa no se dan a razones y seguramente nos cierren. Desde el Ayuntamiento nos están apoyando, desde la Diputación también, y esperamos que la Junta de Castilla y León, que es la que tiene el gran poder, sean los que pongan alguna solución, como que la planta se venda y la empresa que venga mantenga nuestros empleos», citó como ejemplo para mantener la factoría y los puestos de trabajo.

Preguntado por los planes de la empresa, por lo que esta ha puesto encima de la mesa, Juan Carlos García, representante de UGT FICA Sector Alimentario, coincide en señalar que «la situación es muy complicada, han propuesto un ERE de extinción con cierre de la fábrica una vez que se termine el periodo de consultas. El lunes tenemos una reunión donde debatiremos la memoria explicativa que nos han enviado, y en la que hemos visto varias controversias que debatiremos». La prioridad es «revertir la situación, que no cierren la planta; posiblemente se pueda buscar una solución de venta, o una continuidad, que es lo primero que buscamos nosotros. Para esto necesitamos el apoyo de la Junta de Castilla y León que es la que tiene las competencias, no puede mirar para otro lado».

Sobre la viabilidad actual de la planta tudelana, García explica que «la fábrica funciona, los números están funcionando», por lo que solicitarán los datos de las otras dos plantas que la firma tiene en Castilla y León, en Segovia y Zamora, pues, como indica el representante del sindicato, los argumentos de la empresa para cerrar Tudela es su menor productividad respecto a las otras dos. Tal y como explica, más que motivos productivos, «entiendo que el cierre responde a una política del grupo, porque ya ha cerrado otra planta en Valencia para trasladar la producción a otro centro de trabajo, como también ha hecho en Reus. Al final lo que están buscando es hacer cuartos turnos en una planta y no parar de lunes a domingo; esa es la estrategia que nosotros creemos que están llevando a cabo», una deslocalización.