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Tudela de Duero contra el cierre de Nanta: «Es una desgracia para el pueblo»«Menuda barbaridad lo que se está pagando por las entradas en la reventa. Yo ni loca. Si fuera para ver a mi Madrid me lo pensaría, pero a esta no», se escucha nada más entrar. Hablan de Taylor Swift, la megafamosa cantante estadounidense que actúa estos días en el estadio Santiago Bernabéu. Otro vídeo, cambia el contenido en la tele y cambia la charleta. «Anda, que estos dos... ¡Mira que casarse otra vez!», dice alguien. «No sé quiénes son», responde otro. «Que sí», tercian más allá, «Mayte Zaldívar y el exalcalde de Marbella, al que llamaban El Cachuli».
En la cafetería La Torre de Tudela de Duero la conversación intrascendente de un miércoles cualquiera se corta en seco cuando se pronuncia una palabra: Nanta. La amenaza de cierre que pesa sobre la factoría de producción de piensos de la localidad vallisoletana, «la única fábrica que queda en el pueblo», ha extendido un manto de desánimo entre los vecinos. No es para menos, porque la empresa ha presentado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) extintivo que plantea el despido de 28 trabajadores sin posibilidad de recolocación. Y 28 personas sin trabajo son muchas personas.
Con el agravante, además, de que entre los afectados «hay muchas familias jóvenes». Estrella, la dueña del bar, pone el ejemplo de un matrimonio que «acaba de tener un niño y se ha comprado el piso hace tres meses». Una prueba evidente de que «nadie se lo esperaba», tampoco los empleados. Como tampoco lo hacía presagiar el hecho de que recientemente se hubiera renovado la infraestructura de extinción de incendios. «Se podía haber oído algo antes y no se ha oído nada», insiste desde detrás de la barra, y sentencia, sin paños calientes, que «es una putada muy grande. Una faena para la pobre gente».
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La secundan en esa afirmación otros parroquianos como Miguel, que insiste en que el municipio ya no es lo que era. «Cuando yo nací, en 1957, había en Tudela seis o siete fábricas: de harina, dos tomateras, en verano la fruta, un taller en el que trabajaban siete u ocho personas haciendo muebles, diez o doce constructoras… De eso ya no hay nada», lamenta. Nanta se fundó en 1968 y se ha quedado sola en el antaño pujante sector industrial del municipio, con lo que eso implica en términos de pérdida de riqueza.
Justo en eso incide Jesús, un empleado del Ayuntamiento que apunta que «a nivel de trabajo este pueblo no está bien, está bastante paralizado», y que añade al negro panorama laboral del municipio la reciente clausura del supermercado Dia, que se explotaba en régimen de franquicia y que según los cálculos de los vecinos ocupaba a al menos diez personas.
«En Tudela cierra todo», resume con pesar el grupo de amigas formado por Josefa, Mónica, Sheila, Elena y Eva, reunidas para celebrar el cumpleaños de esta última en la terraza del café bar Santuario de la plaza España. En relación a Nanta la homenajeada lo tiene claro: «Es una desgracia para el pueblo y para las familias. Cualquier cosa que lleve a la gente al paro lo es», reflexiona secundada por el resto de mujeres, que insisten en que «es mucha la gente joven que se queda en la calle».
Unos pocos metros más allá, junto a la oficina de Correos, uno de Los Iguales –dos hermanos de avanzada edad a los que se conoce así por ser gemelos, un parecido que llevan al límite vistiendo de forma idéntica– responde desabridamente a la pregunta sobre su sentir respecto a la desaparición de la factoría. «Fatal, cómo quiere que lo vea. Me he enterado por el periódico», reconoce.
Mari Carmen
Propietaria de la panadería Alcázar
Que «la gente está muy disgustada y muy preocupada» es algo que también palpa en su día a día Mari Carmen, la propietaria de la panadería Alcázar, que señala que la planta perteneciente a la multinacional holandesa Nutreco «da mucho trabajo» y lo ha hecho «durante muchos años». Una afirmación en la que coincide una empleada del establecimiento que, como el resto de los consultados, resalta que «es la única industria que nos queda aquí en Tudela».
Ambas ponen voz a un sentir que se palpa en otros puntos de la localidad, como la siempre concurrida avenida de Valladolid. Allí, en el número 12, está el despacho de lotería y tienda de alimentación El Faro. Juan Jesús Potente Muñoz, su dueño –«y autónomo para más inri», remarca–, también es pesimista sobre el futuro de la factoría. «La planta la cierran y ya puedes hacer fuerza, que como si no», vaticina. Y llama la atención sobre el hecho de que los damnificados no son únicamente los empleados directos, sino otros muchos indirectos como los transportistas.
Potente echa la vista atrás y apunta que no es el primer caso. «Peñascal se fue a Laguna de Duero, por no darle un trecho más para aumentar los terrenos» y «Posadas quería abrir una fábrica de madalenas, pero como daba olor se perdió. Si fuera una vaquería o cochinos, todavía. Pero era olor a madalenas», recuerda. Lo de ahora de Nanta «lo comenta la gente, el fin de semana del espárrago no se ha hablado de otra cosa», dice, constata que «el relevo generacional se ha acabado» en los negocios y augura que «con el tiempo desapareceremos todos los pequeños. Los únicos que van a quedar son los grandes, para que hagan y deshagan», zanja. ¿Su conclusión? La misma que Estrella: «Es una putada para el pueblo».
Los portavoces de los cinco partidos políticos representados en el Ayuntamiento de Tudela de Duero –PP, PSOE, IU, Somos Duero e Independientes por Herrera– trabajan en «una declaración institucional conjunta de apoyo a los trabajadores» de la fábrica de piensos, según ha informado el alcalde, el popular Óscar Rodríguez. La intención es que se visualice que «toda la corporación municipal está unida para pedir que se revierta la situación» y para ello «se está recabando toda la información posible», con el 'No al cierre de Nanta' como leitmotiv. Una pancarta con ese lema, precisamente, se ha colgado este miércoles en el balcón de la Casa Consistorial.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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