El Toro de la Vega de 2019, nuevo inquilino del salón de plenos del Ayuntamiento de Tordesillas

La cabeza del morlaco de nombre Barco, que fue un ejemplar de 570 kilos y perteneciente a la ganadería cacereña de La Cardenilla y que se conformó como el cuarto astado al que no se dio muerte tras la prohibición de la Junta de Castilla y León, ya luce en el salón de plenos para el deleite de los pocos trabajadores que por el momento no están teletrabajando ya que debido a la pandemia provocada por la covid-19, este espacio ha reducido al máximo su actividad y los plenos, se celebran en el Auditorio de El Carmelo para garantizar las medidas de seguridad establecida en el protocolo sanitario.

Por el momento, Barco, ya ha sido colocado de manera estratégica (al lado de la megafonía del salón) en el salón de plenos, pero la intención del equipo de gobierno del Ayuntamiento (PP-Vox) es que esta cabeza de toro sea subastada en la tradicional noche de las portadas que cada verano se celebra en el municipio y que el pasado verano quedó suspendida debido al coronavirus. Asimismo, y según señalan fuentes municipales a partir del próximo año todos los toros de la Vega serán disecados por el Ayuntamiento que después los subastará.

Además de esta cabeza, el próximo miércoles, el alcalde de Tordesillas, declarará dentro del procedimiento que la Fiscalía de Valladolid desarrolla desde hace meses para decidir el destino de la cabeza, también disecada, del último Toro de la Vega con muerte (2015) «Rompesuelas» en poder del antiguo concejal de Festejos del municipio.

En 2018 los grupos municipales de PP y Tordesillas Toma la Palabra reclamaron en pleno la cabeza y tramitaron de manera conjunta la solicitud de un informe jurídico y técnico para conocer si el procedimiento de adjudicación de la cabeza de Rompesuelas se realizó conforme a la legalidad vigente.

La titularidad de esta cabeza ha levantado cierta polémica en el municipio ya que algunos piensan que su adquisición se hizo de manera irregular al no ser subastada de manera pública para que así todo el mundo pudiera pujar por ella. Asimismo, se da la particular que esta cabeza es el último toro que fue dado muerte según los estatutos del torneo ya que al año siguiente la Junta de Castilla y León prohibió la muerte del animal.