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Hermetismo, tristeza, silencio y total consternación. Este martes, en la pequeña localidad vallisoletana de La Seca las pocas y breves conversaciones que se cruzaban en el kiosko de la plaza, en las terrazas de los bares, en la pequeña carnicería situada junto a la iglesia ... o a las puertas de la farmacia de la carretera iban acompañadas de sensaciones en las que coinciden todos los vecinos.
«Esto es una desgracia, parece que nos han echado un maleficio, estamos todos en shock. Primero lo del hombre que mató el toro del Sarmiento en mayo, luego el señor que murió por infarto el lunes por la tarde justo antes del encierro y ahora este hombre que ha muerto anoche al pillarle la vaca». Quien habla es Paula Jorge, una vecina de La Seca que pasa por la plaza de toros, donde hoy lo que más se escucha es un incómodo y triste silencio.
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Las fiestas de los novillos quedaron suspendidas de inmediato tras la muerte, durante la noche de este lunes, de un hombre de 54 años que fue corneado en el cuello por la tercera vaca de la verbena taurina, que dio comienzo a las once y media de la noche.
El hombre, residente en Vizcaya, salió a la plaza sobre las doce y veinte y, tal y como explica una vecina que estaba presente, «llamó a la vaca e hizo como un corte o lo intentó, pero tuvo muy mala suerte porque cayó al suelo y la vaca también. Debía haberse quedado quieto, pero se levantó y fue al incorporarse cuando le pilló y no tuvo remedio». La mujer, de mediana edad, rehúsa dar su nombre, pero es la tónica general de un pueblo mudo donde hoy cuesta encontrar a alguien que quiera encadenar dos frases seguidas.
Mucho menos si se pregunta por lo qué pasó o por si conocen a la familia que desde anoche llora la muerte del vizcaíno que acababa de llegar al pueblo a veranear con Merche, su pareja. El pueblo de La Seca ha quedado envuelto en un absoluto silencio al respecto.
Algunos vecinos recuerdan cómo se enteraron, «fue en la misma plaza, sobre las doce y media, cuando salió Gregorio [el alcalde del municipio] y dio la triste noticia, casi no pudo terminar de hablar», señala una mujer que va cargada con la compra.
Bayón anunciaba que los festejos quedaban suspendidos desde ese momento y anunció también el fallecimiento del vecino de 45 años de Medina del Campo, que sufrió el infarto minutos antes de la suelta del encierro de la tarde y el del hombre de 54 años que acababa de ser corneado.
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M. J. Pascual
Gregorio, el alcalde, apenas pudo terminar de dar el duro mensaje por megafonía. Y en la plaza aplaudieron la decisión, la familia del fallecido destrozada lloraba la pérdida de un ser querido en el ruedo. Este martes el regidor no habla de lo sucedido, «ya he escrito una nota de prensa, no voy a decir más», concluye tajante.
Poco se sabe, ni siquiera en un pueblo donde se conocen todos, de la identidad del fallecido por asta de toro que murió desangrado minutos después en la enfermería.
«Es que no le habíamos visto antes, es la pareja de Merche, una de las hijas de Sindo y Teodosia, que son ya muy mayores (pasan de los 90 años) y según me han dicho acababan de venir de Bilbao, porque aquí se juntan los hermanos, también vienen los sobrinos y disfrutan de las vacaciones, pero mira ahora qué desgracia«, comentan dos vecinas que entran a comprar al kiosko situado a escasos metros de la plaza de toros.
Apenas a dos calles del coso se encuentra la casa donde los hijos de Sindo iban a pasar el verano. La familia del fallecido «pide respeto» y quieren pasar en la intimidad el duro trago de quien pierde a quien se quiere de forma trágica y fulminante. «Esto te deja helada, cómo se va a imaginar alguien que va a pasar algo así, yo poco más puedo decir», dice una mujer, casi susurrando, mientras barre la puerta de su casa, frente a la de la familia rota de dolor por la trágica noticia.
francisca vaquero
Vecina de La Seca
En el bar nadie quiere comentar lo que ha pasado. «Las desgracias nunca vienen solas amigo», le dice un hombre que pasa con su periódico a otro vecino que apura una caña en la terraza y que solo asiente con la cabeza mientras observa el coso a escasos metros.
En las calles aledañas a la plaza de toros, si no fuera por las atracciones, la churrería y las tómbolas, cerrados a cal y canto, nadie diría que este pueblo acaba de vivir una fiesta con más de 350 años de tradición. La doble tragedia ha enmudecido al pueblo de La Seca.
«Aunque no los conocieses, lo sientes igual, se te pone igual la carne de gallina. Es tremendo, ha sido terrible. Dos personas el mismo día y las familias destrozadas. Una auténtica pena», dice Francisca Vaquero, que vive pared con pared con los familiares del hombre que perdió las vida al ser corneado por la vaca.
No es la única tragedia que ha vivido el municipio, pues hace apenas tres meses fallecía un vecino de El Carpio de 50 años, en el Toro del Sarmiento y durante la capea del primer encierro nocturno de estas fiestas de los novillos, un joven de veinte años fue corneado el sábado por uno de los astados. Sufrió un desgarro de más de 30 centímetros en la pierna derecha, aunque permanece ingresado en el Hospital Comarcal de Medina del Campo, se encuentra estable.
Da igual por donde uno vaya, este martes en La Seca el sentimiento general es de tristeza, dolor, consternación y silencio, sobre todo silencio, ante las desgracias que han sobrecogido a un pueblo que debía terminar hoy de celebrar sus fiestas.
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