
Los carnavales en San Román de Hornija han vuelto a brillar con una de sus tradiciones más entrañables: correr el bollo. Esta costumbre, recuperada hace algunos años, consiste en recorrer las casas del pueblo para degustar los dulces típicos de estas fechas, como las orejas de carnaval y bollos acompañados de ponche casero.
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Este domingo, numerosos vecinos, de todas las edades, se dieron cita disfrazados para revivir este rito. Debido a la climatología y a los copos de nieve que caían en ese momento, la celebración tuvo que trasladarse al centro de cultura. Allí, cada vecino aportó sus viandas y todos compartieron dulces y bebidas típicas. En cuanto fue posible se retomó la ruta por las calles del pueblo, acompañados de música y alegría.
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