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Victoria charla con la vecina de Mayorga Isabel Redondo, en presencia de sus hijas Victoria y Karina. A. Mingueza
«Salimos de Mariúpol sin nada, todo se quedó en los bombardeos»

«Salimos de Mariúpol sin nada, todo se quedó en los bombardeos»

Victoria y su familia llegaron a Mayorga hace unas semanas y buscan empezar de cero lejos de una de las ciudades devastadas por la guerra

Álvaro Muñoz

Valladolid

Domingo, 1 de mayo 2022, 00:19

A Vladimir y a Victoria, junto con sus hijas Victoria y Karina, les ha tocado empezar de cero en Mayorga. Sin nada, pero sobre todo sin su perro. Lo perdieron en uno de los bombardeos a Mariúpol, ciudad en la que vivieron hasta que no pudieron soportar más el horror de la guerra. Allí residieron 18 días, en un refugio antibombas. «Una de las bombas impactó en el edificio en el que estábamos y perdimos a nuestro perro», apunta Victoria Kolomoisky.

Con la tristeza de dejar todo atrás y sin corredores humanitarios establecidos, «condujimos bajo nuestro propio riesgo hasta Berdyansk 18 horas», relata aún apenada Victoria.

Tras Berdyansk, se mudaron hasta Zaporozhye, trayecto en el que «recibimos disparos». Y a partir de ahí, los voluntarios prepararon un viaje, como millones de ucranianos, hasta la frontera con Polonia.

Después de diez días tras el éxodo desde Mariúpol, Victoria y su familia llegaron a España. «Aún estamos muy cansados. Todo fue muy duro, pero gracias a los voluntarios de Cruz Roja llegamos a España con nuestro gato el 25 de marzo», prosigue.

El primer destino fue Valladolid, en la capital permanecieron una semana para poner rumbo a Mayorga, municipio que siempre ha destacado por su hospitalidad con los emigrantes. «Los niños del municipio son muy acogedores, al igual que los vecinos. Estamos muy agradecidos porque nos han ayudado en todo. Al igual que el alcalde, Alberto Magdaleno», añade Victoria.

Con las niñas escolarizadas, los dos adultos buscan un puesto de trabajo para que la adaptación sea completa. Vladimir, camionero de profesión, ya se aventura a decir las primeras palabras en castellano. Pero aún queda mucho trabajo, como el que han empezado esta semana en Villalón con clases intensivas de español.

Esa acogida ha sido gracias, especialmente a Isabel Redondo, vecina de Mayorga que ha cedido uno de sus hogares. «Al final, esto se resume a que haz lo que te gustaría que te hicieran a ti si vivieras una situación similar», apunta Redondo mientras invita a las dos niñas a que acudan con ellas a clases de baile en Mayorga.

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