Inundaciones

Los ríos de Valladolid vuelven a sus cauces: así están y estos han sido sus picos históricos

La punta de este episodio, tal y como anunció la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), llegó durante el fin de semana y el grueso de los ríos que se desbordaron, aunque cuatro de ellos aún se encuentran por encima de sus niveles de alerta amarilla (Cega, Duero y Zapardiel) y naranja (Adaja), sus caudales presentan ya una tendencia claramente descendente hasta el punto de haberse reducido sus volúmenes de agua a la mitad, como en el caso del Adaja, o a una cuarta parte (el Cega), o prácticamente al mínimo, como el Duratón y, sobre todo, el Zapardiel.

Así están los principales ríos de la provincia y estos han sido sus picos de la presente avenida:

El Cega alcanzó el pasado fin de semana un pico inédito de 208 metros cúbicos por segundo, cuando su volumen días antes de la crecida apenas rondaba los diez. Este lunes arrastraba 56 metros cúbicos a las 9:00 horas y 49 a las 16:00. Esa punta superior a los doscientos, por dar una idea de la excepcionalidad de la avenida, ronda el caudal alcanzado en paralelo por el Pisuerga en Valladolid (260), con un cauce que multiplica, y con por mucho, el tamaño del Cega. Su desbordamiento anegó casas, garajes y locales y obligó a desalojar a 22 personas.

La punta de 208 metros cúbicos por segundo triplica con creces a la registrada en la última avenida que anegó prácticamente el mismo entorno urbano de Viana de Cega el 28 de marzo de 2013 (después se levantó un muro de contención en el cauce). Aquel día 'solo' se alcanzaron los 64 metros cúbicos por segundo.

La presente avenida, en palabras de la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), María Jesús Lafuente, «ha sido fruto de caudales históricos, excepcionalmente altos, causados por las lluvias y el deshielo dentro del régimen natural del río».

Otro río que llegó a cotas históricas fue el Duratón, que anegó las calles de Rábano, un municipio próximo a Peñafiel, después de alcanzar un pico de 137 metros cúbicos por segundo aguas abajo, en Fuentidueña (Sgovia). El Pisuerga, por continuar con el ejemplo, mantiene un caudal similiar durante el invierno. El río capitalino, en este sentido, arrastra hoy 157 metros cúbicos en Valladolid. El Duratón, por su parte, ha visto reducirse de manera drástica su caudal y este lunes tan solo arrastra 14 metros cúbicos por segundo (a las 9:00 y las 16:00 horas) con una tendencia estable.

Y hubo un tercer río de la margen izquierda del Duero, como es el Adaja, que también superó unos más que inusuales doscientos metros cúbicos por segundo durante el pasado fin de semana, cuando alcanzó los 240, su pico de la presente avenida. Su cauce es mucho mayor que los del Cega o el Duratón y aún así anegó sus riberas al paso por el aforador de la CHD destinado a medir precisamente su caudal. Su caudal ha descendido ya menos de la mitad y este lunes arrastra 112 metros cúbicos por segundo (registro de las 9:00 horas).

El citado aforador, por cierto, ya está libre de agua y los técnicos trabajan en su limpieza y puesta en servicio (no hay medición de su caudal por la tarde). La tendencia claramente descendente de su caudal se aprecia en el medidor, que sí esta operativo, de Olmedo, donde arrastraba a media tarde 22 metros cúbicos por segundo después de alcanzar una punta de 73.

El Adaja, que también baña la capital, entre las urbanización Los Doctrinos (perteneciente a Valladolid) y Villanueva de Duero, también ha anegado allí el cuarto de bombas de la red de suministro de las urbanizaciones Puente Adaja y Las Tinajas, donde el Ayuntamiento del segundo municipio, al que pertenecen, desaconseja consumir agua potable hasta que se limpie la maquinaria.

Y si espectacular fueron las citadas crecidas, a las que se sumaron las de afluentes de los anteriores como el Pirón o el Eresma, que también sufrieron desbordamientos en sus cauces, no menos fue la registrada en el Zapardiel, otro afluente del Duero, donde se disparó su caudal, que habitualmente es prácticamente nulo (apenas suele alcanzar el metro cúbico por segundo), hasta alcanzar una punta de 36,90 metros cúbicos por segundo y anegar tierras de cultivo a su paso por el entorno de Medina del Campo.

Las aguas del Zapardiel han vuelto ya a su cauce y, aunque su caudal aún está relativamente alto para su volumen habitual, a las 9:00 horas arrastraba 2,4 metros cúbicos por segundo y aún menos, 1,91, a las 16:00 horas, es decir, quince veces menos que la punta de la presente avenida.

El río que da nombre a la cuenca, el Duero, también ha experimentado notables crecidas, aunque en su caso, con un enorme cauce, apenas ha causado daños más allá de anegar algunas riberas, como en Puente Duero, a su paso por la capital, donde cubre el entorno del puente que da nombre al barrio; o en Tordesillas, en el punto de fuga habitual de la playa situada junto al puente.

El Duero se mantiene aún por encima de su nivel de alerta amarilla a su paso por los puntos de control de la provincia, con una tendencia aún estable en Quintanilla de Onésimo, donde arrastraba este lunes por la mañana 160 metros cúbicos por segundo y 160 por la tarde (alcanzó una punta de 324); y en Herrera de Duero (justo antes de Puente Duero), donde alcanzaba los 200 a las 9:00 horas y los 175 a las 16:00 (su pico fue de 300). En San Miguel del Pino ya se encuentra con una tendencia claramente descendente, y por debajo de su nivel de riesgo de desbordamiento, con un caudal de 508 metros cúbicos por segundo por la mañana y de 441 por la tarde (su punta ha sido de 804).

Aguas abajo de la provincia, en el siguiente aforador, situado en Toro (Zamora), el Duero aún se mantiene por encima del nivel amarillo, aunque con tendencia descendente, con 772 metros cúbicos por segundo por la mañana y 659 por la tarde(su punta fue de 870).

El otro gran río de la cuenca, el Pisuerga, también se ha sumado a la presente avenida, aunque de forma muy moderada y lejos de rondar siquiera su nivel de alerta (619). Este lunes, a su paso por la capital, donde ha llegado a anegar sus paseos inferiores en el entorno del puente de Poniente, arrastraba 157 metros cúbicos por segundo por la mañana y 149 por la tarde, lejos ya de su punta de 260. El nivel de su caudal es también claramente descendente.

El afluente urbano del Pisuerga, como es el Esgueva, fue el primero en romper sus costuras la semana a su paso por el valle, donde anegó el entorno urbano de Villanueva de los Infantes. Allí alcanzó una punta de 15,04 metros cúbicos por segundo. Su caudal hoy es de 6,26 en el mismo punto y está estable (a media tarde arrastraba 6,06).

En la capital, en paralelo, el Esgueva cubrió prácticamente su cauce entre Pajarillos y Pilarica, anegando sus paseos inferiores pero sin llegar a desbordarse a la calzada, con una punta de 12,17 metros cúbicos por segundo. Este lunes, y con una tendencia descendente, arrastraba 8,48 por la mañana y 8,22 por la tarde.

Lo peor de la presente avenida ha pasado ya, después de dejar una ristra de picos históricos durante el fin de semana, fruto de los aguaceros dejados por las borrascas que regaron la provincia y la comunidad durante los días anteriores y del deshielo en las cabeceras, sobre todo, por el sur provocado por las altas temperaturas de la semana pasada.

El cambio del tiempo augura un periodo de estabilidad meteorológica para los próximos días, cuando no se esperan ya lluvias y sí un deshielo moderado causado por el nuevo incremento de las temperaturas, que rondarán los quince grados en los próximos días.

La CHD mantiene, en este sentido, el aviso por posibles avenidas (más moderadas) de los ríos y la recomendación de extremar la precaución en torno a los cauces, sobre todo, del Cega, el Adaja y el Duero.