Inundaciones en Valladolid
La riada del Cega causó 400.000 euros en daños en las casas de VianaInundaciones en Valladolid
La riada del Cega causó 400.000 euros en daños en las casas de Viana«Nosotros llevamos aquí 42 años y solo hemos visto esto dos veces», recuerda Pepe mientras limpia junto a su mujer el bajo de su casa en la calle del Río de Viana de Cega, donde las paredes marcan aún «el metro largo» del nivel ... que alcanzó el agua durante el súbito desbordamiento, el mayor de su historia, registrado justo una semana antes (en la madrugada del 19 al 20 de enero). Ellos, al menos, ya vivieron lo ocurrido once años atrás, en 2013, cuando el río se coló también en la fila de viviendas situadas en la parte baja del pueblo. «Aquí solo tenemos el comedor y poco más, el resto está arriba», suspiran.
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La peor parte del desbordamiento del Cega se la llevaron los vecinos de una hilera de viviendas situadas unos metros más abajo en la misma calle y, en especial, José Antonio González, quien apenas llevaba quince meses en su domicilio cuando vio su hogar convertido en «un lago». En su caso estima en más de cincuenta mil euros los daños sufridos y su familia es una de las seis afectadas que continúan desalojadas y albergadas en hoteles o casas de familiares a la espera de las reparaciones e indemnizaciones que llegarán del Consorcio de Seguros.
Los propios afectados, que aún intentan limpiar los restos de lodo y arreglar en lo posible los desperfectos ocasionados por la histórica riada de hace una semana, estiman en 400.000 euros los daños sufridos. «Somos diez los vecinos más afectados y seis, en especial, los que hemos enviado un informe de daños al Ayuntamiento para que intenten solicitar la declaración de zona catastrófica», apunta José Antonio. En dicho informe se estima una media de unos cuarenta mil euros por vecino.
Los daños, según recuerdan quienes vivieron ya la anterior riada de 2013, cuando aún no existía el muro de contención en la ribera, que fue construido precisamente para evitar las fugas del cauce, han sido similares. Y eso que en la madrugada del pasado sábado, el Cega alcanzó su mayor punta de la historia, con un desorbitado caudal de 208 metros cúbicos por segundo, un volumen que triplicó con creces el pico de 2013 (64).
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El agua, en cualquier caso, llegó a alcanzar los dos metros de altura en la parte más baja de la calle del Río, donde se encuentra un bloque de pisos (solo afectó a sus bajos no residenciales), y el metro en la hilera de casas unifamiliares situadas en la cuesta de la propia vía. «Parece que quieren subir un poco más el dique que construyeron entonces, en torno a un metro o algo más, para que esto no vuelva a ocurrir», señalan los afectados antes de desear que «ojalá sea así».
El desbordamiento del río se produjo entre la tarde de aquel viernes, 19 de enero, y la madrugada, sobre todo, del sábado siguiente. «Nos llamaron pasadas las dos de la mañana y nos encontramos la calle y nuestras casas cubiertas por el agua», recuerdan.
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El agua, en efecto, se coló en las viviendas de la calle del Río y, al margen de dejar un reguero de lodo y humedades a su paso, causó cuantiosos daños materiales en muebles, electrodomésticos y calderas. Los peritos del Consorcio de Seguros, que asumirá las indemnizaciones, visitaron las viviendas afectadas el pasado viernes, casi una semana después de los hechos, para tomar nota de los desperfecto y cuantificar el importe a recibir por cada afectado.
«Nos han dicho que puede tardar, pero nosotros necesitamos arreglar todo esto cuanto antes para volver a casa», lamenta José Antonio, quien concreta que, en su caso, la riada inutilizó su caldera. «Si no llega ese dinero, tendré que pedir un crédito para comprar una caldera nueva, aunque luego me lo devuelvan, porque sin calefacción es imposible poder regresar a casa». Ellos viven ahora en un hotel -parece ser que «nos cubren, aunque no sabemos con cuánto, hasta un año fuera»- y otros afectados están alojados con familiares.
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La calle del Río, entre tanto, presenta una relativa normalidad, ya con la calzada limpia de barro, aunque con tres contenedores repletos de mobiliario y enseres destrozados por el agua hace una semana. Detrás de las rejas de las viviendas se atisba a vecinos limpiando aún sus hogares e intentando «recuperar lo que se pueda». LLueve sobre mojado sobre mojado una calle que once atrás vivió la misma situación.
Las aguas del Cega, eso sí, han vuelto a su cauce, aunque el río aún arrastra un notable volumen estabilizado desde días atrás en torno a los 23 metros cúbicos por segundos. Lejos del pico histórico de 208 que alcanzó una semana atrás.
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