Patricia González
Ataquines
Domingo, 19 de septiembre 2021, 08:15
Primero fue «la odisea» de la cita previa, en la que «te podías pasar colgado al teléfono toda la mañana para conseguir una cita», explica el alcalde de San Vicente del Palacio, Miguel García Sáez (Cs), para a continuación detallar que «después llegó el regreso ... de las consultas presenciales, pero tienes que ir con cita, claro, como en las grandes ciudades. Y ahora nos quitan las urgencias, lo mejor que nos podía pasar». Esta «pésima gestión» ha producido un enorme malestar, según asegura García Sáez, que sin titubear asevera que están «hartos». «Tanto de nuestra querida amiga Casado -en referencia a la consejera de Sanidad- como de Igea (vicepresidente de la Junta) ,ya que son unos auténticos sinvergüenzas. No saben lo que son los pueblos. Nos han dejado de lado. Están reventando la sanidad pública en los pueblos y no hay derecho que nos traten de esta manera».
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Este monumental enfado no es exclusivo por parte de este regidor, ya que son muchos los vecinos de todas las poblaciones afectadas los que llevan meses enfadados con el Gobierno autonómico. «Mi marido Vicente sufrió una parada cardiaca y ahora, sin urgencias en el pueblo, no podemos vivir tranquilos, porque si se pone malo aquí tienen todo lo necesario para atenderle», asegura con rotundidad Encarnación Villa. Puntualiza que «si se pone malo y hay que esperar a que venga una ambulancia hasta el pueblo se puede morir. No hay derecho a lo que nos están haciendo». Caso idéntico es el de Luciana Martín, que a sus 77 años se declara «enferma» desde que sufrió una hemorragia tuvo que llamar a su hija para que la llevara «corriendo a urgencias a Medina porque en el pueblo están cerradas por culpa de estos señores políticos que solo piensan en ellos y no en los ciudadanos». Desde el cierre del servicio de urgencias, el marido de María Ángeles Reinaldo ha necesitado ser atendido en dos ocasiones. «Le ponen oxígeno, algo que hacían antes en el pueblo, en Medina del Campo, pero es una faena que tengan cerrado el centro médico para las urgencias, porque tienes que depender de alguien que te lleve hasta Medina o esperar mucho tiempo a que llegue una ambulancia cuando es una urgencia real». También en dos ocasiones María Jesús Arce ha necesitado ir a urgencias por sufrir una fuerte inflamación que «se complicó». «Ahora me siento intranquila por si me pongo mala y no tengo quien me pueda llevar al médico a Medina», dice.
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