Dos mil firmas contra el cierre de las urgencias en Ataquines

Esta situación «insostenible», como la califican muchos de los alcaldes afectados, desde hace ya diez meses, por esta supresión del servicio de urgencias está colmando la paciencia de los vecinos, quienes ya han conseguido reunir más de 2.000 firmas que entregarán junto con cartas de protesta. En ellas reclaman a la consejera de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Verónica Casado, y al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, por la situación. Tanto el alcalde de Ataquines, Héctor Arroyo, como su homólogo en San Vicente del Palacio, Miguel García Sáez, temen que se retire «de manera definitiva este servicio, que es imprescindible para los vecinos en una zona en la que la población está envejecida y en la que cada vez hay más carencias».

Aparte de recoger firmas en los nueve municipios afectados y en otras muchas localidades, como Medina del Campo, los vecinos están dispuestos a «hacer y llegar hasta donde se tenga que ir para ser escuchados» y para que les devuelvan el servicio de urgencias. No descartan manifestarse en Valladolid o una medida mucho más extrema como es la de cortar la Autovía A-6, idea que ya resuena con fuerza en Ataquines desde hace meses.

Por su parte, desde la Gerencia Regional de Salud de la Junta de Castilla y León reconocen que el Centro de Guardia de Ataquines no dispone del servicio de urgencias desde hace diez meses, pero señalan que los vecinos están perfectamente atendidos en el PAC de Medina del Campo. Asimismo, explican que se comunicó al Ayuntamiento el cese del servicio de urgencias y ante las demandas vecinales contestan que un médico en Medina del Campo hace una media de entre 50 y 100 urgencias al día, frente a las cuatro diarias que un facultativo realizaba en Ataquines. Reiteran que «si tienen una urgencia se pueden desplazar hasta Medina del Campo donde estarán perfectamente atendidos».

El sentir tanto de alcaldes como de vecinos es unánime. El calificativo más usado por ambos regidores es el de «vergonzoso». «Vergonzoso el trato que dan a la sanidad rural y vergonzosa la actuación de los políticos con los vecinos de los pueblos», aseguran al unísono Paula Llorente del Bosque, Saturnina Moreno y Celia González Valero. La primera de ellas muestra intranquilidad ante la posibilidad de que las urgencias ya no regresen a Ataquines. «Vivo sola. No tengo ni marido ni hijos. Soy una persona mayor y si me pongo mala no tengo a nadie que me lleve hasta Medina del Campo, por lo que tener las urgencias aquí en Ataquines es un derecho que nos han robado». Este mismo sentimiento, el del robo, es el que también tiene Micaela González, que no entiende cómo les «han dejado así», dice. «Nos han dejado sin urgencias en un pueblo en el que hay mucha gente mayor que no puede ir hasta Medina del Campo para ser atendida». González tuvo que desplazarse hasta el PAC de Medina del Campo el pasado 10 de agosto para ser atendida de urgencias, situación que no es única en el municipio ya que durante todo el verano son muchos los que han sufrido algún percance de salud.

El último de los incidentes sanitarios en Ataquines se produjo la semana pasada cuando un vecino sufrió una caída. «Tuvimos que llamar a una ambulancia que tardó 45 minutos en llegar y nos la mandaron desde Ávila, porque en Medina del Campo era imposible contactar con nadie. Si hubiéramos tenido urgencias probablemente el herido podría haber sido atendido en el consultorio médico o incluso el médico se podría haber trasladado hasta el lugar de la caída», comenta el alcalde, Héctor Arroyo Izquierdo, quien señala que «aparte de no tener urgencias aquí, luego cuando se acude a Medina resulta que hay menos médicos de los que debería haber. Y con unas colas de espera infinitas, porque están saturados».

Esta misma tesis, la de la saturación, es la que expone el alcalde de Lomoviejo, José Ignacio Niño que explica que «aparte de que están saturados en Medina del Campo, la faena» para su pueblo «es que Ataquines está más cerca». La proximidad también es el argumento esgrimido por el alcalde de Rubí de Bracamonte, Rafael del Río Sánchez, que reconoce que a pesar de no haber tenido grandes problemas de salud en el municipio desde que quitaron las urgencias, a sus vecinos siempre les vino bien «tener el servicio en Ataquines, porque en Medina siempre hay colas, más jaleo y al final terminas cansado de esperar y te vas al Hospital a urgencias».

Estos nueve municipios también sufrieron en 2013 el tijeretazo sanitario, tras una restructuración de las zonas de salud. La presión vecinal facilitó entonces el regreso de las urgencias.