El pueblo de Valladolid que alquiló su bar por un euro al mes para garantizar su continuidad
La medida, impulsada en tiempos de pandemia, ha permitido que Camporredondo mantenga abierto este punto de encuentro
Camporredondo fue en 2024 uno de los 53 pueblos de Valladolid que obtuvo la ayuda de 3.000 euros para el mantenimiento del negocio en ... pequeños municipios y espera que este 2025 se repita la suerte. En concreto, en un pueblo donde la población no supera los 150 vecinos el bar cuenta con una peculiaridad añadida, pues el Ayuntamiento alquila el negocio por un euro al mes.
El objetivo que persiguen con todas estas ventajas es el de evitar el cierre y en este caso funcionó porque Camporredondo iba a quedarse sin bar en 2020, pero finalmente en este pueblo se siguieron poniendo cafés, sirviendo raciones y tirando cañas. «Desde entonces ha tenido varios dueños y no ha parado, la gente está muy contenta y además ahora está funcionando muy bien», asegura Javier Izquierdo, el alcalde de la localidad.
En ese «funcionando muy bien» tienen que ver, y mucho, José María y Lidia Miralles, padre e hija, que decidieron el pasado mes de febrero ponerse al frente del negocio, un local diáfano de unos 45 metros cuadrados en el interior, casi cien de terraza y ubicado en la carretera principal del pueblo. «La experiencia está siendo mejor de los que imaginamos en cuanto a la cantidad de gente que viene, no solo del pueblo también de los municipios cercanos», relata la joven de 19 años, natural de Palma de Mallorca.
«Nos enteramos del alquiler simbólico y decidimos probar, mi padre lleva toda la vida en la hostelería y mantenemos el bar abierto casi todos los días, mañana y tarde», explica. Ese es precisamente otro de los requisitos para optar a la subvención, el de abrir al menos cinco días a la semana, incluyendo fines de semana y festivos y durante al menos cinco horas.
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«Es un alivio el saber que tienes un respaldo para los gastos que van surgiendo, porque los días de diario la caja que se hace es muy normalita y aunque se trabaja bastante el fin de semana, no es como si estuvieras en otros sitios con más afluencia y donde lo tienes más fácil», añade Miralles.
También un respaldo, en el caso de este pueblo en concreto, el saber que «atienden a las mejoras que se necesitan, por ejemplo un horno o una plancha nuevas para las raciones que nos ha puesto el Ayuntamiento o las ayudas con el recibo de la luz». Tienen claro, tanto ella como su padre, y cuyo grueso de clientes supera los 40 años, que quieren continuar con el negocio. «Emprender en un pueblo pequeño no es fácil, pero vamos a continuar aquí en Camporredondo», asegura.
Tanto los actuales encargados como las administraciones, local y regional, coinciden en que aquí ganan todos. «Los vecinos de los pueblos porque disfrutan de un punto de encuentro y los que llevan el negocio con empleo estable», finaliza el alcalde del municipio.
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