Un proyecto ambicioso para evitar que Tordesillas sea punto de escape

El nudo que conforman autovías como la de Madrid-La Coruña o la París-Lisboa, al que se unen cuatro comarcales propiciaba que a muchos se les perdiera el rastro en el término municipal de Tordesillas. «Son muchas carreteras y vamos a dotar a la Guardia Civil y Policía Municipal de alta tecnología para controlar matrículas y coches. Si un vehículo se está buscando y pasa por delante de algunas cámaras saltarán avisos para que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado actúen», detalla el alcalde de Tordesillas, Miguel Ángel Oliveira.

«Esa información, bien adaptada y con un 'software', puede ayudar a esclarecer muchos casos. Darán seguridad a los ciudadanos de Tordesillas y a todos los que pasen por nuestro municipio», continúa el regidor.

Un presupuesto de 55.000 euros para el montaje e instalación de los dispositivos. «Además, las podremos adaptar para eventos tan importantes como el de Motauros. Tenemos que aclimatarnos a los nuevos tiempos. Eso sí, siempre será una información protegida para la Guardia Civil y la Policía Local. Nosotros no controlamos nada», prosigue Oliveira.

La implantación de este sistema de vigilancia vendrá de la mano de la apertura de las nuevas dependencias de la Policía Local, que se trasladarán desde el Ayuntamiento al antiguo velatorio municipal. En este espacio se creará una sala de control desde la que los agentes podrán ver en tiempo real todas las imágenes captadas por las cámaras wifi. «Una pareja de agentes, por ejemplo, se podrá ahorrar ir todos los días al polígono porque sabrá lo sucede a través de este sistema», agrega el regidor.

Porque actualmente lo que existe en las calles de Tordesillas son unas 16 cámaras que velan por los edificios municipales, el polígono y el parque logístico. «En nuestra localidad hay mucho patrimonio monumental y siempre hemos querido que los actos vándalicos desaparezcan. Ese sistema de videovigilancia ya nos ha dado resultados. No hay robos y las empresas ya están más tranquilas», concluye Miguel Ángel Oliveira.