El cocodrilo avistado este sábado en la confluencia de los ríos Duero y Pisuerga, en Valladolid, podría proceder de una vivienda cercana y «no es previsible» que ataque a los humanos, salvo que se sienta acorralado, ha explicado a EFE el profesor de ... la Universidad de Lleida Frederic Casals.
Publicidad
Casals, experto en Ciencia Animal y coordinador de la Sociedad Ibérica de Ictiología (Sibic) en el proyecto Life Invasaqua, ha explicado que estos animales «normalmente son muy asustadizos -sobre todo los jóvenes- y el peligro de un ataque es muy relativo».
El reptil, cuyas huellas han sido identificadas por un biólogo como pertenecientes a un cocodrilo del Nilo, podría medir un metro y medio, lo que indica que su edad oscila entre los 4 y los 6 años, ha subrayado Casals, quien ha incidido en la necesidad de concienciar a la población del peligro de mantener este tipo de mascotas.
Para Frederic Casals, el análisis de las huellas es determinante para identificar la especie de la que se trata, que en el caso del cocodrilo del Nilo, «como de tantos otros reptiles», puede proceder del comercio ilegal y «es muy creíble» que se haya escapado de la vivienda de un particular.
Más información sobre la búsqueda del cocodrilo
La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ha aumentado la vigilancia en el área de rastreo, en coordinación con el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), mientras que un experto en gestión de fauna salvaje del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) y personal de la Comisaría de Aguas de la CHD se sumarán mañana a las tareas de búsqueda del animal.
Publicidad
«La gente opta por mascotas que se pueden convertir en peligrosas cuando adquieren un tamaño considerable», ha asegurado Casals, que participa en el proyecto Life Invasaqua, coordinado por la Universidad de Murcia y centrado en el control y/o erradicación de especies exóticas invasoras (EEI) acuáticas en España y Portugal.
Este proyecto, en el que participa la Agencia EFE, insiste en la prevención como la herramienta principal para combatir este problema, que amenaza la supervivencia de especies autóctonas, algunas en peligro de extinción, merma la calidad de las aguas, daña la productividad de algunos sectores y moviliza grandes inversiones.
Publicidad
Tener como mascota a este tipo de animales «no sólo es ilegal, también es absurdo», ha afirmado el experto, porque «el animal crece y se puede volver agresivo y su mantenimiento muy complicado».
«Cuando la mascota se convierte en un problema, su propietario decide deshacerse de ella», como ocurre con la tortuga de Florida, una especie «muy común en acuarios de particulares pero que cuando mide 30-40 centímetros suele ser liberada al medio sin tener en cuenta el daño que puede ocasionar».
El experto se ha referido también a algunas especies de peces habituales en acuariología, cuya presencia en el medio natural las convierte en grandes enemigas de especies nativas, como es el caso del fúndulo, que compite por el alimento o el hábitat del fartet o el samaruc, dos peces muy amenazados en la península Ibérica.
Publicidad
En su opinión, el cocodrilo avistado en Simancas (Valladolid) «ha debido escapar hace poco tiempo y podría sobrevivir hasta que lleguen los fríos del invierno», ya que se trata de una especie tropical, y su efecto sobre la biodiversidad «será escaso», al tratarse de un ejemplar aislado «y seguramente bien alimentado».
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.