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Personal del Seprona y del Servicio de Ganadería y Agricultura de la Junta de Castilla y León, se ha personado en la granja de Renedo con una orden judicial para llevarse las ovejas que han sido trasladadas para su sacrificio. Las reses vivían encima de montañas de estiércol. Unas siete patrullas de la Guardia Civil apostadas a ambos lados de la vía impedían el acceso a la zona en la que el personal del servicio de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León ordenaba la carga de las ovejas, en un camión con capacidad para unas 260 reses, en presencia de la hija del propietario.
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