Olmedo llegaba a este soleado, aunque frío, sábado al ecuador de sus fiestas patronales en honor a San Miguel y San Jerónimo. Jornada nuevamente marcada por los festejos taurinos que son quienes acaparan el grueso del programa. El primero de ellos, por la mañana, el ... tercer encierro tradicional al estilo de la villa con cuatro bravos y bien armados novillos utreros de la ganadería cacereña Sánchez Urbina y la acostumbrada parada de bueyes guía que completaron el recorrido, tanto campestre como urbano, en apenas 15 minutos.
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Si bien no resultó perfecto, como hubiera sido el deseo de la organización, al no llegar entera o la mayor parte de la manada al coso de forma compacta, sino que lo hizo de forma escalonada tras protagonizar en la rastrojera del Hontanar y la carretera de Matapozuelos bonitas carreras a los aficionados de a pie y a los caballistas que acompañaban al director de campo y colaboradores encargados de llevar a buen puerto el encierro.
Precisamente el caballo de uno de esos jinetes, vecino de Olmedo y que resultó ileso, fue protagonista del incidente e imagen más reseñable y comentada de la jornada al morir llegando al recorrido urbano en su huida desde la rastrojera próxima al comienzo del embudo, tras ser despojados de la montura y cabezada, perdiendo en su galopar todas las vísceras y órganos vitales después de sufrir varias cornadas en la zona abdominal por uno de los cornúpetos que dejaron al aire gran parte de su aparato digestivo. Concluido el encierro en la plaza de toros tuvo lugar la acostumbrada probadilla de cuatro novillos que se saldó sin ningún incidente reseñable.
A primera hora de la tarde en la carpa de la Plaza de Santa María organizado por las peñas Los Electrógenos y Los Guich tenía lugar la celebración del divertido concurso 'Clava la punta'. Y tras el café y la sobremesa la actividad se reanudaba en la plaza de toros con la celebración del único festejo taurino serio programado, una novillada mixta con picadores, que se prolongo por espacio de casi tres horas y dejo pocas sensaciones en los tendidos, en la que hicieron el paseíllo el novillero sevillano Diego Bastos (ovación con saludos tras dos avisos y oreja) y el marroquí afincado en Pamplona Nabil 'El Moro' (oreja y silencio), y el rejoneador malagueño Ferrer Martín (vuelta al ruedo y dos orejas) que salió por la puerta grande, quiénes lidiaron respectivamente cuatro utreros de la ganadería Vellosino y dos de la ganadería José Manuel Lupi Oliveira.
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Todavía sin concluir la novillada, la actividad festiva se desdoblaba, por un lado en los conocidos como Patios de San Pedro donde los más pequeños se divirtieron con sus personajes favoritos y la discomovida infantil 'Baila con la granja', y por otro lado en el frontón municipal Florencio Gallego donde la afición pelotazale disfruto con el tradicional festival organizado por el Club de Pelota Olmedo que incluyo varios partidos de pelota a mano protagonizados por pelotaris aficionados y profesionales.
El broche a la jornada lo ponían primeramente un encierro urbano nocturno de toros y vacas al que siguió una capea en la plaza de toros y a primera hora de la madrugada una nueva verbena popular en la carpa de la Plaza de Santa María animada por la orquesta Clan Zero.
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