Olmedo celebra el centenario de la coronación canoníca de su patrona con una multitudinaria despedida

Antes habían entonado con fervor, devoción y mucha emoción, algunos casi con lágrimas en los ojos, en el atrio situado después de haber visitado el histórico barrio de La Picota, próximo al templo donde los vecinos habían instalado un altar, la tradicional Salve.

Despedida de la imagen que ponía fin a diez intensos días en los que esta ha recorrido y visitado por primera vez en la historia a los vecinos y templos parroquiales de los siete pueblos donde ha sido objeto de numerosas honras en forma de actos eucarísticos y ofrendas con motivo del primer centenario de su coronación canónica. Acontecimiento que tuvo lugar el diez de octubre de 1924 por el entonces arzobispo de la diócesis de Valladolid Remigio Gandásegui subdelegado para dicho acto por el entonces obispo de la diócesis de Ávila, a la que pertenecían las parroquias de Olmedo y pueblos de su alfoz, Enrique Plá en la plaza Mayor de la Villa del Caballero.

Se trata de la segunda jornada histórica, al igual que la vivida el pasado jueves, coincidiendo con la efeméride, en la que participó como oficiante en el acto eucarístico conmemorativo celebrado en la iglesia de Santa María del Castillo el cardenal y arzobispo emérito de la diócesis de Valladolid Agustín Blázquez, en la que los vecinos fueron los protagonistas tras velar la imagen durante toda la noche y madrugada instalando altares en los lugares estratégicos del casco urbano por donde debía pasar la patrona.

A las 11 de la mañana la Virgen de las Soterraña salía portada a hombros por los hermanos de la Cofradia de Nuestra Señora con el titulo del Pino con un sol radiante de la iglesia de Santa María del Castillo para iniciar el camino hacia la Corrala del Palacio del Caballero acompañada por los miembros de las corporaciones de los ocho municipios, las Camareras de la Virgen, los Mayordomos de la Cofradía Virgen de la Soterraña y del resto de cofradías olmedanas, siendo recibida con la interpretación de una jota castellana, realizando la primera parada en la plaza Mayor en un altar instalado a los pies de la Casa de la Villa.

Calle abajo la multitudinaria procesión, acompañada musicalmente por los sones que marcaban las bandas de la Agrupación Musical Oración del huerto y la Asociación Musical Villa de Olmedo, tomó dirección hacia la plaza de San Andrés en uno de cuyos lados se ubica el monasterio de las religiosas dominicas de Madre de Dios, donde la imagen fue introducida en el interior de su capilla para que estas pudieran verla de cerca, rezarla y despedirla.

La siguiente parada sería ya en La Corrala del Palacio del Caballero, atestada de fieles, donde tuvo lugar una misa misa solemne oficiada por el vicario general de la diócesis Jesús Fernández Lubiano junto con el párroco titular José Ramón Peláez y el que durante muchos años también fuera párroco, además de profesor de religión y corresponsal de El Norte César Rincón, armonizada musicalmente por el veterano grupo folk olmedano 'Pan de centeno' que brindó su colaboración a su fallecido 'alma mater' Manuel Rodríguez Centeno a quien la muerte le sorprendió en plena preparación.

Concluida la eucaristía, nuevamente portada a hombros, la procesión con la imagen tomaba dirección hacia el arco que otrora fuera una de las entradas al recinto amurallado de la villa al cual está adosado la iglesia de San Miguel, realizando previamente una parada en el altar instalado por los vecinos de la zona conocida como 'cuatro calles'.

Para el recuerdo de esta conmemoración, entre los millones de imágenes que los vecinos han captado con sus cámaras fotográficas y teléfonos móviles de cada uno de los actos celebrados, queda de forma permanente la bonita exposición de mantos y ajuar de la Virgen de la Soterraña instalada en la capilla de la Adoración de la iglesia en la que se encuentra el camarín y cripta donde se la venera.