Valladolid

Los okupas de Cigales abandonan el chalé y la Sareb tapia los accesos

Hasta esa calle se trasladó de urgencia el regidor, junto con el subdelegado del Gobierno, Jacinto Canales, para conocer de primera mano los hechos. Tras entrevistarse con la pareja, en presencia de la Guardia Civil, comprobaron, a tenor de las palabras de los okupas, que llevaban varios días allí. A pesar de todo, desde el Ayuntamiento no se quedaron de brazos cruzados.

Porque para evitar posibles enganches de los okupas al alumbrado público, el alcalde decidió cortar la luz de esa parte de la calle y dejarla en la penumbra, además de restringir el tráfico rodado. «No sé si ese ha sido el motivo por el que han abandonado la vivienda, lo importante es que se han ido», continúa Rodríguez.

La preocupación se disparó también entre los vecinos al compartir todas esas viviendas un patio interior del que es muy fácil pasar de una casa a otra. Incluso algunos propietarios instalaron focos de gran potencia para iluminar la zona por si sucedían esos hechos. Y así fue, uno de ellos pilló in fraganti a uno de los okupas en la primera noche mientras intentaba colarse.

El testimonio de esas noches de desvelo y terror lo relataba, entre otros, Paloma Ramos, propietaria de una de esas casas que comparten patio. «Estamos desprotegidos. El problema es que la ley ampara más a los okupas que a los propios vecinos. Sabemos que la Guardia Civil y el Ayuntamiento van a hacer todo lo posible, pero los que estamos solos somos nosotros», incidía Ramos ante la vivienda okupada en enero.

Fue ella, junto al resto de moradores, la que lamentaba que la primera intervención de la Guardia Civil no fuera más eficiente, pues tenían constancia de que los okupas acababan de llegar al chalé y, por tanto, se les podía desalojar al permanecer pocas horas. No fue así y estos metieron colchones y un carrito de bebé al asegurar que la mujer estaba embarazada.

Tras varios días, ese episodio de okupación llegó a su final. Eso sí, las viviendas, en las que nunca nadie ha llegado a vivir desde su construcción en 2006, siguen vacías. Nunca recibieron la licencia para que se pudieran habitar por la cercanía con una red de alta tensión que se encuentra a escasos metros. No tienen la licencia de primera ocupación. Así que el problema surgió cuando quedaron abandonados por la constructora.

«Como Ayuntamiento lo único que podemos hacer es solicitar el movimiento de esas líneas de alta tensión. Será un importe elevadísimo, pero creemos que es necesario. Ya no solo por estas viviendas, sino que aunque la ley la permita, la alta tensión está demasiado cerca del municipio y debería estar más lejos. Si estuviera más lejos, pues aparte de mejorar la salud de los vecinos en la zona de esa misma calle en la cual se oye perfectamente el ruido, también permitiría la venta de esas viviendas y la eliminación completa del problema», agregó este jueves el alcalde del municipio.

Para evitar que se problema al que hace referencia el alcalde se vuelva a repetir, la Sareb, propietaria de los chalés, ya ha tapiado los accesos que quedaban desprotegidos.