Al viajar por la provincia de Valladolid y visitar sus pueblos, solemos recrearnos en su paisaje, en su patrimonio arquitectónico, en el entramado urbanístico, en la gastronomía local y hasta en el carácter de sus lugareños, pero pocas veces nos detenemos en pequeños detalles que ... pasan desapercibidos pero que pueden ser muy reveladores del pasado y la idiosincrasia de cada municipio. Nos referimos al nombre de las calles, callejones, avenidas, plazas y rotondas. Nombres que, tras sus placas, esconden una historia única y fascinante que es necesario preservar. Los hay que despiertan la curiosidad, la risa y, a veces, la incredulidad. Por eso, aquí detallamos algunos de los más peculiares y las historias que se esconden tras de ellos.
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El nombre más singular lo encontramos en Arroyo de la Encomienda. En el año 2011, el gigante sueco IKEA, decidió lanzar una encuesta para denominar a la vía pública que entonces se estaba construyendo y en la que se iba a ubicar su nueva tienda. Dos de las propuestas fueron: 'Como en casa, nada' y 'Calle del abrazo en el sofá', que salieron derrotadas. La ganadora, con el 54,3% de los votos fue calle 'Me falta un tornillo'. El público eligió y el Ayuntamiento de Arroyo lo aprobó en pleno municipal. Como curiosidad cabe decir, que IKEA sorteó diez reproducciones personalizadas de la placa con el nombre de la calle ganadora.
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Otro nombre, curioso donde los haya, lo encontramos en Urueña, que en su callejero alberga nombres que rememoran tiempos pasados, como la calle 'Catahuevos'. En la placa que preside una de las vías más céntricas del municipio se puede leer: 'Lugar donde los recoveros solían catar los huevos que estaban frescos poniéndoselos en el hueco del ojo y mirando a la luz del sol'. Esta calle es, sin duda, la que más curiosidad despierta entre los miles de turistas que cada año pasean por la Villa del Libro. Conduce desde la Plaza Mayor hasta el Mirador del Roto, desde el que se divisa una de las vistas más hermosas de Castilla. «Es muy transitada, y a todo el mundo le llama la atención la placa», comenta orgulloso su alcalde, Paco Rodríguez.
Hay calles que parecen avisarnos de ciertos riesgos. Así, mientras que en Villasexmir encontramos una calle 'Escapa', que invita a emprender la huida, en Mucientes encontramos otra que advierte de que puede ser traicionera y que se llama calle 'Peligro'.
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Otras que previenen de ciertas estrecheces, como en Cogeces del Monte y en Sieteiglesias de Trabancos, pueblos que tienen en sus callejeros la calle 'Salsipuedes'. Esta curiosa denominación para una calle, la encontramos también en ciudades como Madrid, Pamplona, Jaén o pueblos como Cudillero y parece avisar de que al menor descuido, te quedarás atrapado en ellas. «Es un nombre de toda la vida y supongo que vendrá porque se trata de una calle estrecha, con forma de ese, en la que antaño no podía entrar ni un carro. Ahora, los vehículos, por su parte más estrecha, tampoco pueden pasar», explica el alcalde de Cogeces, Fernando Esteban, quien también presume de otros nombres curiosos de su pueblo como calle 'Carrabahabón', que puede venir de abreviar «carretera a Bahabón» y Plaza 'del Silencio'.
Otros nombres curiosos los vemos al pasear por Villanubla, donde encontramos un nombre redundante donde los haya, calle 'Cuatrocalles' y otro, cuanto menos, peculiar, calle 'Pajón', aunque no hay que ser malpensados, simplemente, «se llama así, porque antaño había allí numerosos pajares», explica Pablo Miranda, alcalde de esta localidad. En Íscar también encontramos las calles 'de Toca' y 'Casca', nombres, cuyo origen se desconoce. Es imposible evitar que despierten cierta curiosidad al evocar ciertos temas de índole más íntima, aunque suponemos que esconderán fascinantes historias que van más allá de las apariencias. Directamente más románticos son en Gallegos de Hornija, donde una de sus vías principales, se llama calle 'Del Amor', aunque no se sabe bien el origen de este nombre o la calle 'Abrazamozas' de Nava del Rey, que por su situación, podía ser un lugar que permitía los abrazos furtivos entre enamorados. «Es una calle en la que no había ninguna casa. Todo eran traseras, con lo cual, se supone que daba lugar a la intimidad», explica José Manuel Rodríguez, técnico de turismo de esta localidad, quien también apunta como calle «muy poética» a la llamada 'Cuarto Cielo', de Sieteiglesias de Trabancos.
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En La Seca también han sido muy imaginativos con los nombres de sus calles. Encontramos la calle 'Torcido' y las más llamativas, la calle 'Chorizo', que ya se nombraba así en el siglo XVII y la calle 'Velay', esta última procede de la expresión «Ve ahí», que en el municipio acortan como «Velay» y que se emplea de manera muy cotidiana en las conversaciones de los lasecanos.
'Cantarranas'. Un nombre que parece divertido y llamativo, pero que es muy recurrente en los pueblos vallisoletanos. También en la capital encontramos la plaza 'de Cantarranillas', más conocida como 'Cantarranas', cuyo nombre procede, al menos, de 1676, de cuando los sapos y ranas habitaban esta la antes de la canalización del río Esgueva. Torrelobatón, Mota del Marqués, Marzales, Tiedra, Peñaflor de Hornija, Villavicencio de los Caballeros, Sieteiglesias de Trabancos o Nueva Villa de las Torres, son algunos pueblos que presumen de esta denominación.
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Hay pueblos con callejeros temáticos. Así, en Peñafiel, la afición taurina se deja también notar en el nombre de sus calles. En un mismo barrio encontramos la calle 'Capote', calle 'Estoque', calle 'Burladero' y calle 'Montera'. Mientras que en La Zarza, les ha dado por nombrar a sus calles con nombres de flores. Así encontramos 'Lirio', 'Clavel', Plaza 'Violeta' y 'Rosaleda' y fases del día como 'Alba', 'Poniente' y ronda 'Mediodía'.
Poner a las calles nombres de animales, es también algo muy recurrente en muchos pueblos. Así, en Quintanilla de Trigueros encontramos la calle 'Tortuga', en Villabrágima la calle 'Cabrita', en Torrelobatón calle 'Paloma', en Nava del Rey la calle 'Golondrinas', en Mucientes las calles 'de los galgos' y 'de las liebres', en Íscar 'La Borrega' o en La Seca, callejón 'Los Erizos'.
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Hay denominaciones de vías que provienen de errores tipográficos. Es el caso de la calle 'Ahogaznos' de Medina de Rioseco, que muy probablemente provenga de la expresión «Ahoga asnos», en referencia a un accidente ocurrido con un burro ocurrido, al menos antes de 1652 y que demuestra cómo las anécdotas más cotidianas pueden dejar una marca indeleble en la toponimia de un lugar. También en este municipio encontramos la calle 'el Bis-Bis', que en el inventario de 1652 era conocido como 'Callejón de las viejas', pero debió de cambiarse de nombre, porque «era un lugar en el arrabal, (fuera de la muralla) en el que se jugaba a este juego, similar a la ruleta», explica David Esteban, alcalde de Medina de Rioseco.
En Medina del Campo podemos pasear por la calle 'Chalamandrín', que en lengua romance se refiere a la planta conocida como 'No me olvides', que antaño debía florecer en los alrededores. También está la calle 'Puente Aguacaballos', ya que hace siglos allí existió un antiguo abrevadero para caballerizas. Otra calle curiosa es el callejón 'del Recogido', «se conocía así, porque albergaba un corral que era donde se recogía el ganado de las ferias», aclara Borja del Barrio, concejal de Urbanismo del municipio.
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Es curioso cómo algunos hechos históricos marcan tanto a los pueblos que sirven para elegir hasta el nombre para sus vías y plazas. Así en Villanubla, encontramos un barrio entero dedicado a los miembros que conformaban la corporación municipal en el año 1635 y que obtuvieron el Privilegio de Villa de manos del rey Felipe IV. Así encontramos nombres como 'Alonso Castañeda', 'Antonio Meneses', 'Toribio Díaz'… entre otros. Rueda es también otro pueblo agradecido. El 3 de agosto de 1896 sufrió un devastador incendio que devoró buena parte del municipio. Fueron muchos los que contribuyeron económicamente para paliar las pérdidas. Tras el suceso se construyó el llamado Barrio Nuevo, cuyas calles llevan los nombres de los benefactores de aquella desgracia, tanto particulares y entidades como pueblos. Así encontramos calles dedicadas a 'Casasola de Arión', al 'Círculo Mercantil', 'Cándido Pimentel', 'Caridad Española' o a 'Cruz Roja', entre otros
Como vemos, los nombres de los callejeros de la provincia de Valladolid son mucho más que meras etiquetas geográficas. Cada placa en cada calle y plaza es una ventana abierta a un capítulo en la crónica del pueblo. Tienen tras de sí, una historia única que se remonta a décadas o incluso siglos atrás y que siempre resulta interesante conocer.
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