Varios vecinos de Viana de Cega ven la crecida con la calle Río anegada tras dispararse el nivel. R. Jiménez

Inundaciones en Viana de Cega

El nivel del río baja y los afectados inician las labores de achique

Empieza volver a su caudal después de anegar once viviendas y superar sus máximos históricos

Álvaro Muñoz

Valladolid

Domingo, 21 de enero 2024, 20:40

La calle Río de Viana de Cega se convirtió en la madrugada de este domingo en un río. Literal. Con una bolsa de agua que con el paso de los minutos tiende a mermar, como el caudal del propio Cega, pero que en la noche ... del sábado dejó momentos de tensión para los 22 vecinos que tuvieron que abandonar sus viviendas unifamiliares con «el agua hasta las rodillas». Y fue de manera sorpresiva como ellos mismos relatan y como el propio alcalde del municipio, Alberto Collantes, insiste al incidir que no se lo esperaban a tenor de los datos que ofrecía la Confederación Hidrográfica del Duero en el punto de control de Megeces. «Desde ese control, el agua tarda unas cuatro horas en llegar a Viana. Los datos han fallado porque a las 21:00 horas del sábado no se reflejaba esa cantidad de agua que luego ha aparecido de golpe», recalca el regidor después de una madrugada caótica.

Publicidad

Porque sin previo aviso la calle Río empezó a embalsar agua. Cada vez se hacía con más terreno en una vía que en 2013 ya sufrió la misma situación y por la que se construyó un muro de contención, sobrepasado, en esta ocasión, por la cantidad de agua que llegó hasta el interior del municipio. Si el Cega, a su paso por Viana, suele tener un metro de nivel, ayer alcanzó los siete metros, con un caudal de 208 metros cúbicos por segundo. Hasta el punto de duplicar los máximos históricos, según la Confederación.

Un datos que llegaron a posteriori y con momentos de tensión en la calle Río antes de dar solución a los vecinos afectados, que iniciaron por la noche las labores de achique de agua. 22 fueron en total los que pasaron la noche en vilo y viendo cómo el agua ganaba espacio a la tierra. Con una familia 'durmiendo' en la Casa de Cultura (el Ayuntamiento también puso a disposición el polideportivo) y el resto buscando acomodo entre familiares y amigos. Frustración e impotencia ante la imposibilidad de achicar agua. De hecho, al mediodía de este domingo, los bomberos todavía no podían acceder a la espera de que bajara un poco el nivel. «Ya ha mermado un poco, pero se necesita que siga bajando», recalcaban mientras hacían un pequeño descanso en la calle afectada.

«Sabemos que ahora tenemos un largo recorrido hasta poder entrar, retirar el agua, limpiar y esperar a que se seque la casa»

Ana de Frutos

Afectada

Porque si uno caminaba hasta el puente de las vías del tren presenciaba una imagen desoladora. Con agua hasta lo alto de las señales de tráfico y con una vía totalmente anegada. La anchura del Cega era inabarcable a la espera de poder acceder y cuantificar los daños, el gran temor de los vecinos.

Publicidad

Calle Río, inundada por la crecida del Cega. R. Jiménez

La crecida del Cega rememoró viejos fantasmas del 2013, cuando la estampa se volvió a repetir.

Desde entonces, se levantó un muro de contención, sobrepasado este fin de semana por la ingesta de agua. «Se construyó y sabíamos que se iba a estar al límite. Algo ha fallado. Tal vez tener tan cerca la confluencia del Duero…», lamenta el alcalde, que exige más limpieza del cauce a la Confederación Hidrográfica del Duero. «Hay varios puentes que no se han limpiado. Escribimos todos los años, pero...», continúa Collantes.

Publicidad

Un vecino camina sobre la zona inundada. R. Jiménez

Una de las afectadas, al igual que en el 2013, ha sido Ana de Frutos. Se encontraba fuera de casa y regresó a la 1:00 de la noche para subir al piso de arriba el máximo de cosas y evitar situaciones como las de hace 11 años, cuando el depósito de gasóleo de la calefacción se derramó tras entrar el agua. En esta ocasión, desde el precinto de los bomberos de la Diputación mira cómo la presión del agua ha reventado la puerta del garaje. «Nos hemos quedado en casas de amigos. Sabemos que ahora tenemos un largo recorrido hasta poder entrar, retirar el agua, limpiar y esperar a que se seque la casa para finalmente iniciar los trámites con el seguro», concluye antes de ir a comer.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad