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Valladolid, epicentro de la investigación. Pero hasta ahí. Las pesquisas que arrancaron casi hace dos años en el centro regional de una empresa de paquetería de la calle El Norte de Castilla derivaron, al tirar del hilo, en una gran operación antidroga y contra la ... explotación sexual de ciudadanas chinas en Madrid y Guadalajara. Fueron detenidas nueve personas de nacionalidad china, de las que siete serán juzgadas este lunes en la Audiencia de Valladolid.
Y eso sucederá después de que en febrero de 2022 fueron interceptados en Valladolid trece paquetes con marihuana con destino Holanda y Bélgica. Hicieron parada en Valladolid para su distribución a ciudades europeas, pero sin que su destinatario estuviera en la región. Esas cajas repletas de cogollos sirvieron para tirar del hilo y completar meses de seguimientos por toda la geografía española para acabar con la red china de drogas y sexo.
Lingli Xu, Quiongyu Liu, Quiongxian Liu, Xiaojie Zhuo, Feng Xia, Hongwu y Wenjun Yang, todo ellos de nacionalidad china y con residencia legal en España, se sentarán este lunes en la Audiencia de Valladolid acusados de delitos contra la salud pública y por pertenecer a grupo criminal. Ni rastro de los delitos de índole sexual o tenencia de armas, que serán menester para la Audiencia de Guadalajara o de Madrid.
Porque lo que se juzga en Castilla y León es la averiguación de lo que se hallaba en los paquetes y ahí se certificó, según las calificaciones de la Fiscalía de Valladolid, cómo los acusados se desplazaban por la A-1 hasta municipios burgaleses, especialmente Aranda de Duero, para dejar la marihuana empaquetada en puntos logístico de mensajería. Se alejaban de su residencia, en Rivas-Vaciamadrid, para enviar desde la provincia burgalesa la droga.
Hasta que en febrero, en calle El Norte de Castilla, se empezó a desmontar un negocio ilícito que hasta ese momento explotaban a la perfección. Fueron trece paquetes, seis de ellos entregados por los acusados Hongwu y Wenjun Yang, que se desplazaron desde Madrid hasta un negocio informático de Aranda de Duero (con punto de envío de paquetes) para colar los envases que previamente habían cerrado al vacío para ocupar lo menos posible.
Sucesos en Valladolid
Marco Alonso
En Aranda, con remitentes falsos e inventados, la marihuana comenzaba un largo recorrido por carreteras nacionales y europeas. Su primera parada era Valladolid, al tener la empresa de mensajería su sede central de todo lo que se manda desde Burgos, Palencia y Valladolid. Y allí, fue requisado todo el material. Eran trece cajas con 87,49 kilos de cogollos de marihuana, pero que sirvieron también para certificar que estas dos personas, desde febrero de 2021, habían enviado otros 59 paquetes.
Los destinatarios, al parecer también con nombres falsos, se encontraban en ciudades como Eindhoven (Países Bajos) o Waterloo (Bélgica).
Con las alarmas encendidas dentro de la Policía Nacional, la investigación siguió hacia adelante. Tuvieron que esperar otros dos meses para un nuevo avance. En esta ocasión, cazaron un envío en un punto de la calle Júpiter de Valladolid. El remitente, otra vez desde Aranda de Duero. En el interior de los paquetes se hallaron cinco bolsas de cogollos, entremezcladas con otro tipo de productos para enmascarar la droga, con un peso neto de casi seis kilos de marihuana.
El 19 de abril se repitió la misma operación, al igual que el 3 de mayo. Kilos y kilos de cogollos de marihuana que a veces tenían su punto de partida desde otros puntos de la región como en Salamanca o Zamora. Pretendían utilizar los dominios de la amplia meseta norte para despistar lo máximo posible.
Los agentes comenzaron con las gestiones para identificar a las personas implicadas, domicilios y naves empleadas, así como para descubrir posibles lugares de cultivo. Además, comprobaron las medidas de seguridad que los integrantes del grupo tomaban antes de acudir con los paquetes a empresas internacionales de paquetería postal y cómo intercalaban envíos de paquetes con sustancias estupefacientes con otros envíos convencionales.
Además de dedicarse a traficar con drogas, los agentes averiguaron que el grupo criminal disponía de un chalet en Guadalajara, que era utilizado para la explotación sexual de ciudadanas chinas. Los investigadores pudieron comprobar que integrantes de la organización acudían frecuentemente al aeropuerto de Madrid-Barajas, recogían a ciudadanas chinas, y regresaban -tras adoptar múltiples medidas de seguridad- a la casa de Guadalajara, la cual se encontraba siempre con las persianas bajadas y permanentemente vigiladas. Pero esos hechos no serán juzgados este lunes en Valladolid.
Los policías tenían toda esa información antes de que el 15 de noviembre explotara una gran operación en todas las propiedades que los ciudadanos chinos tenían a su nombre.
Registraron cinco domicilios, cuatro en Madrid y el chalet de Guadalajara utilizado por el grupo criminal para llevar a cabo el delito de la explotación sexual. Se incautaron grandes cantidades de dinero, más droga y hasta una pistola de aire comprimido. Una gran operación de la que solo en Valladolid se juzgará una parte con los siete acusados, que se enfrentan a penas de entre cuatro años y medio y cinco años y tres meses de cárcel.
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