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Con dulzainas, manteos y jotas castellanas, el sábado 1 de junio la Asociación Medioambiental Oropéndola de Nava del Rey daba por concluidas las actividades del 'Voluntariado Ambiental 2023'. Todo ello frente a la joya de la corona de este proyecto; el mural 'El vuelo de las oropéndolas', realizado en solitario por el conocido pintor Manuel Sierra en el Frontón Municipal.
Un trabajo de siete días que tenía previsto inaugurarse en octubre pero que, debido al estado de salud del muralista y de las causas meteorológicas, se vio retrasado hasta la fecha. El acto contó con la presencia de colectivos participantes en las actividades desarrolladas durante el año pasado, quienes contaron de qué manera colaboraron en el proceso.
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J. I. Foces
Unas acciones que dieron comienzo en febrero del 2023. «Todo empezó por un correo electrónico», explica Ricardo Sánchez, presidente de la entidad navarresa. La empresa pública Tragsa contactó con la asociación para formar parte de la iniciativa Solidarios Nacionales. «Vimos las bases y vimos que cuantos más pueblos colaboraran más puntos había, si eran medioambientales más, si participaban mujeres, niños o personas con discapacidad más puntos», añade.
Así, Oropéndola aunó fuerzas junto a otras asociaciones medioamebintales de la Comarca de Medina y el proyecto salió adelante. Tragsa financió el 90% del voluntariado y el otro porcentaje restante estuvo divido entre los navarreses, que aportaron 1.100 euros; El Arcornocal de Foncastín, que aportó 350 euros; Pinariegos de Villanueva de Duero, con 300 euros; y Asocastrona de Castronuño, con 150 euros.
Gracias a esta fusión, los municipios pusieron en marcha el voluntariado ambiental para combatir plagas de polilla de la vid, oruga procesionaria y mosquito mediante el montaje de cajas nido para vencejos y murciélagos por personas con discapacidad, mujeres y niños en entornos urbanos, para el cual disponían de un presupuesto total de 6.700 euros.
Durante doce meses, las localidades han colocado un total de 436 cajas mixtas para vencejos y murciélagos, gorrioneras triples, murcielagueras archivador, además de nidos para páridos. Una operación en la que han participado treinta y cuatro colectivos y entre unas 1.500 y 2.000 personas.
Un trabajo en equipo
Como si de una cadena humana se tratara, los vecinos de Nava del Rey se pusieron manos a la obra para sacar adelante esta propuesta. Pero antes, Iniciativas Mediambientales Buteo formó a la población a raíz de unas charlas informativas. Tras ello, llego el momento de coger el martillo y dar inicio a los talleres de construcción, en los cuales han participado numerosas entidades de la localidad. Desde los más pequeños, quienes montaron las cajas para páridos y algún que otro refugio más pequeño, hasta los integrantes del taller ocupacional, quienes se encargaron de las cajas mixtas. Una vez elaboradas, la Asociación de Mujeres 'Los Pegotes', el club de lectura y la Asociación Rancio Bike barnizaron con aceite de linaza cada una de los nidos para protegerlas de la climatología.
Con las cajas listas, llegaba la hora del montaje. En un primer momento, los socios de Oropéndola colocaron varias en periferia de Nava del Rey. Tras ello, la entidad involucró a la Banda de Cornetas y Tambores y a los jugadores del Club Deportivo Navarrés. Un ejemplo de trabajo en equipo que ha dado como resultado la instalación de unas 200 cajas nido.
«Este proyecto para nosotros, sino ha sido el más importante, es uno de los más importante que ha colaborado y coordinado, sobre todo, Oropéndola», manifiesta Sánchez. La entidad, que nació en hace 21 años con el objetico de promocionar y difundir el ecosistema de la localidad y de la Comarca realizando diferentes actividades didácticas como exposiciones, conferencias, limpieza de parajes, talleres de reciclaje y creación y colocación de cajas anidaderas, cuenta ya con 256 socios. «En un principio surgió en 1999 con la filmación de un documental de fauna salvaje. Pero en 2003 es cuando ya empezamos a movernos más y es cuando nos vimos obligados a formalizarlo», aclara su presidente.
Un nuevo proyecto para el 2024
Después del éxito del voluntariado de 2023, la entidad ya ha presentado el proyecto de este año; pero esta vez en solitario. «Se llama 'Muraves' y son diecinueve murales de aves extintas o endémicas del pueblo que han desaparecido aquí en Nava», detalla Sánchez. Así, sus vecinos podrán hacer un viaje en el tiempo a través de dibujos enorme que recuerden algunos ejemplares que pasaron por la localidad como el alcaraván, la carraca o el pájaro moscón. Unos bocetos que estarán realizados por Manuel Sierra y en el que volverán a involucrarse, de nuevo, todos los colectivos navarreses. En este caso, sus vecinos dejarán a un lado las herramientas de carpintería y tomarán en sus manos una brocha y un cubo de pintura. «Lo hemos presentado hace escasamente un mes y estamos esperando la respuesta», puntúa Sánchez.
Y es que el pintor tiene que ser, sí o sí, el leonés. «El Vuelo de las Oropéndolas sería o el principio o el final del recorrido que se va a hacer en el municipio. O que dé a parecer que las oropéndolas del frontón se esparcen por el pueblo o como que están dispersas y se unen en este punto», explica. Una iniciativa que espera atraer turistas hasta sus calles.
Pero esta no será la única acción que desarrollen hasta diciembre. «Más que colocar más cajas, el cometido a partir de ahora es controlarlas, saber si están ocupadas o no, enfocarnos en la limpieza y en el anillamiento de las especies», expresa el presidente de Oropéndola. Una labor que han comenzado a realizar a finales de mayo. En concreto, se monitorearon veinte cajas nido, de las cuales catorce están ocupadas con un total de 38 polluelos de cernícalos y 5 de lechuza. Asimismo, durante el mes de febrero, la entidad ha colocado otras 36 cajas nido para combatir plagas de topillo campesino; completando así un total de 112 instaladas en todo el término municipal de la localidad.
Entre sus objetivo también se encuentra la recaudación de dinero para comprar un pinar en Nava del Rey y convertirlo en un bosque sostenible en el que se plantarían pinos, alcornoques, encinas y arbustos autóctonos. «Tenemos pensado que se redirija el agua y se cree una charca natural, hacer un anfiteatro de forma natural para dar charlas, hacer marchas nocturnas hasta allí y dar charlas sobre aves», manifiesta Sánchez. Un enclave que no solo serviría como sede para la Asociación Medioambiental Oropéndola, sino como un entorno saludable en el que pueda disfrutar todo el mundo.
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