El misterio del tiroteo de Geria sigue sin resolverse casi dos meses después

Fueron trece impactos de bala (calibre 9 milímetros) que dejaron un reguero de casquillos que en la mañana de ese 6 de junio Criminalística analizaba en una vía cortada al tráfico y a los periodistas, pero no al ciudadano. Casi sesenta días después las muescas de los impactos se aprecian en la fachada y en la puerta del garaje mientras la coloración de las pegatinas con flechas colocadas por el instituto armado se pierde por el paso del tiempo.

Tan solo, hasta el momento, lo único que se ha sustituido ha sido la puerta principal y una de las persianas que dan a la fachada principal. De hecho los daños en el inmueble crecieron, cuando la Guardia Civil, al día siguiente, tuvo que forzar la puerta del garaje para saber que había en el interior en busca de pistas. Y lo que allí encontraron, según los vecinos del mismo inmueble, fue «un coche de grandes prestaciones (hablan de un valor de 300.000 euros) que al parecer estaba siendo buscado desde hace una década tras una redada».

Eso sí, el vehículo ya no está allí después del paso de la Guardia Civil, que entre otras cosas, según relatan los mismos testigos, se dejaron una de las luces de la parte superior de la vivienda encendidas. «Parece que vive alguien, pero no es así. Desde que se fueron los agentes por aquí no ha pasado nadie», agregan.

Porque los vecinos de esta calle que aglutina pocas casas aseguran desconocer quién residía actualmente. «Veíamos a dos hombres, pero no estamos seguros», prosiguen mientras confirman que en ese mismo inmueble, hasta junio del año pasado, sí que vivió, junto a su familia y de alquiler, uno de los hijos de Amancio García Carro 'El Rubio', conocido por su relación con el mundo del narcotráfico. «No dieron nunca ningún problema, pero llevaban más de un año sin residir por aquí. No sabemos dónde se fueron», explican en la misma calle de los hechos.

Ahora, en esa vivienda unifamiliar solo queda un aviso de Correos a nombre de la que tal vez sea la propietaria de la casa y que asoma desde el buzón. «Creemos que la dueña es una señora mayor que vive en Laguna de Duero», concluyen su día veraniego mientras siguen sin olvidar ese episodio del 6 de junio mientras el misterio continúa en la calle Velliza de Geria.

Porque precisamente enigmático fue desde el primer momento. Los 13 proyectiles supuestamente se dispararon sobre las doce de la noche, pero la primera comunicación a la Guardia Civil no llegó ocho horas después. Cierto es que los residentes en la zona escucharon una «especie de traca y un coche huir de la zona», pero hasta que a la mañana siguiente vieron los restos del tiroteo no dieron el aviso.