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A algunos les pilló de sorpresa, pero muchos otros ya se lo esperaban. Sabían que era cuestión de tiempo que la Junta de Castilla y León aplicara medidas para contener la expansión de la covid-19 en su término municipal, pero los vecinos de Pesquera de ... Duero (448 empadronados, según el INE) pensaban que el Ejecutivo regional no adoptaría la medida de confinarles al no haberlo hecho hace «siete o diez días», momento en el que, coinciden, la situación estaba «bastante peor» que en la actualidad.
Sin embargo, este martes, al filo del mediodía, Sanidad anunció la restricción de la movilidad con aislamiento tanto en Pesquera como en el municipio burgalés de Sotillo de la Ribera durante las dos próximas semanas. Además, se suspenden las visitas y salidas de las residencias y las peñas y se limitan las reuniones de más de diez personas.
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Una medida que entra este miércoles en vigor y que se toma, en el caso de la localidad vallisoletana, ante la sospecha de que se produzca transmisión comunitaria, pues el 10% de la población está contagiada, es decir, en torno al medio centenar. Los profesionales sanitarios de la zona básica de Peñafiel, por su parte, se mostraron «muy preocupados» por la situación no solo de Pesquera, sino de todo el área sanitaria, pues en los últimos siete días se han confirmado 66 positivos.
La decisión se convirtió en el principal tema de conversación de un pueblo que lleva ya «varias semanas autoconfinado» y con algunos locales cerrados por decisión de sus propietarios. Así lo confirmó el alcalde, José Luis Martínez, quien consideró la orden como «perfecta», aunque opinó que «tenían que haberlo hecho la semana pasada con la cantidad de casos que estaban surgiendo». «Es cierto que hay un poco de miedo. Hay gente muy mayor que, en cuanto empezaron a darse los primeros casos, se quedaron en casa. Luego los jóvenes también hemos procurado salir para lo justo», añadió.
No obstante, y pese a reiterar la «total predisposición» por parte del Ayuntamiento, el regidor señaló que no cree que el aislamiento varíe la situación epidemiológica de Pesquera. «No sé si limitar la movilidad va a ayudar a reducir los contagios porque ahora mismo la gran mayoría está autoconfinada, y no necesariamente porque haya dado positivo. No hay nadie por la calle, y ahora solo nos queda a esperar a que remitan los casos», apostilló.
Desconocen por dónde se ha colado este virus mortal e invisible. Tienen sospechas, pero ahora, apuntó el alcalde, «buscar culpables es lo de menos. Entendemos que es un pueblo que en verano multiplica su población por tres o cuatro y la gente sale mucho a la calle; no es algo que hayamos creado nosotros, sino que ha venido y puede pasarnos a cualquiera», subrayó Martínez, mientras advirtió que «es muy difícil saber cuántos contagios hay porque mucha gente que se marchó de aquí al acabar el verano, luego ha dado positivo, aunque unos 40, seguro», prosiguió.
Entre los vecinos, disparidad de opiniones sobre si la norma será o no efectiva. Eso sí, los pocos que a primera hora de la tarde de este martes transitaban por las calles de la localidad coincidían que «llega tarde». Como Miguel Ángel Calvo, quien, parapetado bajo una mascarilla personalizada 'made in' Pesquera de Duero, afirmó que «hubiera sido mejor que lo hubieran hecho hace diez días». «La cosa está muy mal. Ahora somos 400, pero hace quince días éramos 2.000 y la cosa parecía que estaba peor», aseveró.
El Ayuntamiento de Pedrajas de San Esteban pidió esta semana a sus vecinos «no bajar la guardia» ni relajar las medidas de seguridad ante el aumento de casos de covid en el municipio. Así, a través de un escrito, recordó que «debemos ser responsables y no relajarnos en nuestra vida cotidiana». La zona básica de salud de Íscar acumula en los últimos siete días 35 positivos confirmados. Íscar y Pedrajas fueron, a principios de agosto, las primeras zonas de Castilla y León en ser confinadas.
Otra vecina, Nuria Rioja, apuntó hacia los negocios como una de sus preocupaciones. Regenta una peluquería, y aunque indicó que «de momento» continuará prestando el servicio, reconoció que «depende de cómo vaya, porque muchos clientes vienen de fuera».
Quien también tenía intención de cerrar las puertas de su establecimiento es Fernando Diez, propietario del único restaurante de Pesquera. «Creo que es una medida justa, aunque se tenía que haber hecho mucho antes; para el restaurante es un paso atrás. Estaba flojo y desde que reabrimos se notaba que la gente aún tiene miedo de venir», comentó.
El único atisbo de actividad registrado este martes en Pesquera se dio en el único bar –sin contar el restaurante– que abrió sus puertas. Allí, un grupo de vecinos hablaba de la decisión mientras tomaba café. «Era algo que esperábamos», indicaba un hombre, mientras su acompañante en la mesa le matizó que «es una medida necesaria, pero llega tarde porque ya está todo el pueblo metido en casa».
Por otra parte, el alcalde cree que el confinamiento no afectará a los negocios, aunque sí repercutirá sobre el enoturismo, «ya cerrado». «Mayoritariamente hay bodegas y no creo que salgan perjudicadas». Esta situación tampoco influirá, en principio, sobre la campaña de vendimia en la Ribera del Duero, que comenzará en quince días, tal y como estimaron fuentes del Consejo Regulador. Una opinión que suscribió José Luis Martínez, que instó a «seguir los protocolos y recomendaciones sanitarias».
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