La jueza encausa por delitos de corrupción de menores a un profesor de Medina

De todos estos delitos se considera responsable civil subsidiario al colegio San Juan de la Cruz y como responsable civil directo, a la mutua aseguradora.

En el auto judicial se ratifica también la orden de alejamiento y prohibición al encausado de comunicarse con el menor por cualquier medio que le fue impuesta el 31 de julio de 2020. Además, se le requiere al acusado y, de forma solidaria, a la mutua de seguros como responsable civil directo y al colegio, como responsable civil subsidiario, para que presten una fianza de 59.850 euros para asegurar las responsabilidades pecuniarias que se les pudiera imponer en sentencia. Advierte la resolución que, de no prestarla, se podrá acordar el embargo en cantidad suficiente para asegurar la suma señalada. Contra este auto no cabe recurso, excepto en lo relativo a la situación personal del acusado, quien podría interponer recurso de reforma ante el juzgado.

Una vez presentados los escritos de las acusaciones y la defensa, tras resolver los recursos que se planteen, la Audiencia de Valladolid fijará la fecha para la vista oral, que no es probable que tenga lugar antes del próximo otoño, habida cuenta del abigarrado calendario de señalamientos del tribunal.

Este procedimiento judicial tiene su origen la primera de las dos denuncias recibidas por el colegio de los carmelitas descalzos de San Juan de la Cruz de Medina del Campo contra el profesor laico A.F.H., que era también el director del coro del colegio, Escolanía Stella Maris, por abusar sexualmente de dos menores, uno a mediados de 2020 y otro entre 2014 y 2017 cuando era cuidador en el seminario del mismo centro. El docente, desde que salió a la luz esta primera denuncia, dejó de dar clase en el colegio.

Las primeras acusaciones tuvieron lugar en julio de 2020 y los hechos, que A.F.H. niega. En este caso, el menor manifestó que el profesor, su tutor e instructor en el coro, había abusado de él hasta en dos ocasiones durante el confinamiento. Los padres acudieron al centro y este comunicó el caso a la Fiscalía. Días más tarde, la policía detuvo al acusado y lo puso a disposición judicial. Tras ser interrogado, fue puesto en libertad.

En febrero de 2021, la Policía descubrió un segundo caso tras arrestar a un joven por vender joyas del acusado, que posteriormente habría denunciado haber sufrido abusos del mismo docente desde 2014 a 2017, cuando era alumno en el seminario del centro.

Las agresiones sexuales que recoge la primera denuncia comenzaron en junio del año pasado en el pueblo vallisoletano donde residen los abuelos paternos del menor, El Campillo. El docente se desplazó hasta allí para darle un regalo de cumpleaños al pequeño, de 10 años, y presuntamente le convenció para que subiera a su coche. Dentro del vehículo, A.F.H. supuestamente abusó de él.

El segundo episodio ocurrió el 22 de junio en la casa del acusado, durante un encuentro de fin de curso al que fueron varios alumnos con sus padres. El acusado presionó, según la versión de la víctima, para que fuera una hora antes. En ese lapso, el docente condujo al menor a una habitación y le agredió sexualmente.

Los padres también han denunciado a A.F.H. por un delito continuado de 'grooming' infantil, técnica de acoso y abuso por Internet comúnmente utilizada por pederastas. El acusado, cuando comenzó el estado de alarma, se escudaba en su trabajo como profesor para hablar con el alumno vía WhatsApp (y no por la plataforma oficial de la que disponía el colegio).

Según el relato de la acusación particular, los padres comenzaron a notar que su hijo se comportaba de una forma extraña a la habitual, menos afectiva y más introvertida. La madre preguntó al acusado si él apreciaba lo mismo y le confesó que estaba pensando en llevar a su hijo a un psicólogo. A F. H. se lo desaconsejó y se ofreció a apoyar emocionalmente al pequeño. La madre accedió y el profesor comenzó a hablar más a menudo con el menor por teléfono.

Los progenitores, alarmados por las «constantes» llamadas y mensajes del profesor, algunas a medianoche, le advirtieron de que se limitase a hablar con su hijo durante el horario escolar y por la plataforma de la que disponía el colegio.

El menor, según se desprende de su declaración, sufrió presiones de A.F.H. para que no contase nada de los abusos, para que siguiera en contacto con él y para que evitase que sus padres fueran a hablar con él al centro. El menor, arrinconado, comunicó a la pareja de su padre el acoso que sufría y las agresiones sexuales.

Los padres se entrevistaron con el director del colegio, prior de los carmelitas en la localidad y presidente de la Conferencia Española de Religiosos de Valladolid, Francisco Sánchez Oreja. En su despacho, según los denunciantes, les confesó que ya se había reunido con A.F.H. para «darle un toque de atención porque tenía un comportamiento demasiado afectuoso con los menores«.