Los cabos sueltos de la investigación sobre la muerte de Esther López cuatro meses después

Para justificar la presencia de Esther en las inmediaciones de su casa, el sospechoso dirigió las miradas a un vecino supuesto amigo de Esther. Esta es una de las mentiras que, según los investigadores y la acusación particular, pudo decir el sospechoso a la jueza. Y hubo muchos indicios que no supo explicar. Por qué llamó a un teléfono antiguo de Esther varias veces o por qué su móvil y el de Esther se movieron por la mañana en la misma dirección.

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Los investigadores están convencidos de que hubo un atropello o un golpe que pudo ser accidental y que trasladó el cuerpo de Esther a la cuneta en el maletero. Ella no había entrado en ese coche nunca antes y no había accedido al maletero, según la declaración del propio Óscar, pero hay ADN de Esther mezclado con el de Óscar. Si la muestra de sangre o las fibras del sofá de la vivienda de Óscar son de Esther, pasaría de sospechoso a detenido.

El abogado de la familia, Guillermo Ruiz Blay, ha mostrado este sábado su apoyo a la labor que están desarrollando los investigadores de la Guardia Civil para esclarecer los hechos -«como es lógico siguen trabajando, pero de momento no podemos aportar nada nuevo», ha señalado-, al tiempo que espera los resultados del estudio sobre la huella digital de los sospechosos, que ha encargado él mismo.

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Esta pesquisa a iniciativa particular intenta averiguar a través de los téléfonos y las redes sociales la ubicación y movimientos que realizaron el día de la desaparición de Esther todos los protagonistas. El objetivo de esta pericial, que en su día podría incorporarse a la causa o utilizarse en un hipotético juicio, si es que se obtiene alguna información relevante para la investigación, es escudriñar los rastros digitales dejados por los investigados, y por la propia víctima, con el fin de buscar indicios que puedan arrojar luz sobre sus movimientos y lo ocurrido antes, durante y después de la desaparición de Esther, en la madrugada del 13 de enero. «Tenemos confianza en que los resultados de esa investigación nos ofrezcan nuevos datos», avanzó Ruiz Blay.