«La fibra óptica y la conexión con Valladolid o Madrid fueron claves para venir a Geria»

«El terreno es heredado y decidimos contratar a un albañil del pueblo para empezar a construir la casa en 2020, han tardado lo que ha durado la pandemia y se está muy bien aquí», señala el joven, ilusionado por echar raíces en el pueblo. Su pareja trabaja como historiadora en el Archivo de Simancas, a escasos 5 kilómetros del pueblo donde residen desde mayo.

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Geria cumple para ellos la mayoría de requisitos, «yo soy informático y teletrabajo al 100%. En el tema laboral son fundamentales servicios como la fibra óptica y las buenas conexiones por carretera, ya no solo con Valladolid, también con Madrid, donde viajo con frecuencia por trabajo», añade González.

Diego y Sara han cambiado su modo de vida, han pasado de vivir en el centro de la capital, -en la calle Felipe II- a una localidad donde la vida es mucho más tranquila. «Todo tiene sus pros y sus contras, como las alternativas de ocio nocturno que ofrece la ciudad y que no tiene un pueblo pequeño como Geria o la necesidad de coger el coche para casi todo, pero compensa», puntualiza González.

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No es el único de su círculo de amistades que se queda en la localidad vallisoletana, «en el último año varios amigos míos también se están haciendo su casa aquí para quedarse en un futuro», apuntala el joven informático quien asegura, que vivir en un pueblo «sale a cuenta. No es que sea más barato, pero por el mismo dinero tienes una casa bastante mejor que si ya estuviera construida o en otra zona», finaliza.