El festival LatinOlmedo cierra un mes de junio marcado por la música

Las otras citas musicales de junio han sido el festival OlmedoRock organizado por el colectivo del mismo nombre con la colaboración del consistorio que este año ha alcanzado la mayoría de edad al sumar dieciocho ediciones.

Noticias relacionadas

400 personas marchan contra el cáncer en Tudela de Duero

Yaiza Cobos

El arte naval toma Valladolid con un museo inédito y gratuito

Miguel García Marbán

Festival que optó hace unos años por cambiar su habitual formato, al ampliar su celebración en diferentes escenarios urbanos en lugar de un único espacio y cerrado, que en esta ocasión por culpa de la meteorología la organización se ha visto obligada a concentrar algunos de los conciertos en un único escenario y a cubierto.

El programa de esta año ha incluido un animado concierto didáctico titulado 'Baby Rock' sobre la historia del rock, en el que con letras en castellano adaptadas, que estos disfrutaron rockanroleando en familia, y los conciertos del grupo salmantino Honda's Bridge Band, Motociclones Electrocharanga con su siempre sorprendente concierto de rock en movimiento, la banda vallisoletana Hula Baby y el grupo de versiones de rock nacional murciano Kavando a Pala que se encargó de poner broche al festival.

La otra cita musical que tuvo como escenario la corrala del Palacio del Caballero, presentado por Joaquín Díaz y protagonizado por el grupo 'Pan de centeno' y muchos amigos, ha sido un emotivo concierto-homenaje en memoria de Manuel Fernando Rodríguez Centeno, uno de los referentes musicales de Olmedo que falleció repentinamente el pasado mes de octubre a los 59 años.

Vecino que vivió desde muy joven para la música, fundado con apenas 17 años el mítico grupo de música tradicional 'Pan de centeno' que años más tarde pasó a denominarse 'Olmemustrov' con quienes realizó una importante labor de recopilación, clasificación y adaptación de muchas de las coplas, canciones y romances tradicionales de la zona pinariega, e hizo de la música su forma de vida al especializarse en educación musical tras acabar sus estudios de magisterio, materia que impartía en un centro escolar de la cercana localidad segoviana de Coca. Actividad docente que compaginada con otras de sus pasiones, tocar la guitarra, el violín o la dulzaina, y el canto coral, afición esta última que le llevó hasta el Coro Lírico del Teatro Calderón de Valladolid del que fue miembro hasta su fallecimiento.