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Dice Ramón Pradera, periodista, que la pandemia es un tren al que la «España en coma» debe subirse. Un ahora o nunca. Porque el hándicap de la despoblación, que ahoga a buena parte de la región desde hace años, se ha convertido en una ventaja inesperada en tiempos de la covid-19. Antes de la crisis sanitaria recorrió «pueblos maravillosos donde el más joven tenía 75 años» y que estaban condenados a desaparecer «si no se hacía algo de manera inmediata». Por ello, decidió tomar cartas en el asunto. La intención era clara: atraer a nuevos vecinos hacia el medio rural.
Una vez concluido el primer estado de alarma, Pradera, impulsor de la iniciativa, comenzó a 'madurar' un proyecto que vio la luz hace apenas dos meses y cuyo objetivo es llenar las casas de la España vaciada. Bajo el nombre de 'Vente a vivir a un pueblo', esta plataforma «ayuda a los urbanitas» a encontrar el municipio o la zona que mejor se adapte a sus gustos y necesidades a través de filtros como la distancia a la ciudad, los servicios básicos, las conectividades y la conexión, entre otros.
Lucha contra la despoblación
Miguel García Marbán
Esther Bengoechea
Es, en definitiva, un escaparate para las localidades adheridas a este plan. En el caso de la provincia de Valladolid, son cinco los pueblos que se han sumado al proyecto: Mayorga (1.509 censados, según el INE), Villalón de Campos (1.602), Valoria la Buena (629), Simancas (5.276) y Campaspero (1079).
«La intención es que los pueblos digan: 'Esto es todo lo que tengo y todo lo que puedo ofrecerle'». También una forma de responder a los «grandes miedos que tiene el urbanita: conectividad, transportes, viviendas... Pero además enseñamos el resto de servicios que se necesita para vivir en un pueblo, como saber si hay entidad bancaria, tienda de alimentación, centros culturales o deportivos, residencias de ancianos...», explica Pradera.
Todo, a través de un breve vídeo en el que se exhiben las zonas públicas y el entorno del pueblo en cuestión. «Es la mejor toma de contacto porque es lo que te vas a encontrar».
Municipios como Campaspero y Valoria la Buena ya han recibido decenas de correos electrónicos y llamadas solicitando información. En el primer caso, su alcalde, Julio César García, asegura que decidieron sumarse a la plataforma porque «vimos que la gente abogaba cada vez más por el medio rural después de estar tantos años desprestigiados». «La gente está deseando salir de la ciudad, allí están comprimidos, en poco espacio, y en los pueblos estamos a gusto porque tenemos muchos kilómetros cuadrados para pocas personas», apunta el regidor, mientras indica que «cada vez estoy más convencido de que hemos hecho bien en participar en este proyecto».
El motivo, según justifica, es porque «ya hemos contestado a varios correos electrónicos de gente que se ha interesado por ello», un proceso que confía en que se materialice pronto con la llegada de nuevos residentes. «Viviendo de momento no hay nadie, pero tenemos bastantes visitas y visualizaciones del vídeo, aunque también es verdad que no espero milagros. Los pueblos que estamos lejos de la capital de provincia estamos un poco condenados, parece que estamos en otra dinámica», lamenta García.
Otra de las localidades vallisoletanas que se ha incorporado a 'Vente a vivir a un pueblo' es Valoria la Buena. Su primer edil, Francisco Javier Calvo, comenta que «nos informaron de su puesta en marcha y nos pareció buena idea» para complementar a las acciones ya llevadas a cabo por el ayuntamiento para tratar de incrementar el censo. «Esta plataforma nos da visibilidad. Por el momento hay solicitud de información. Nos lo han pedido en torno a veinte familias, de las que quince residen en el extranjero y el resto, en España», incide.
Todo ello, subraya Pradera, implica un coste para el consistorio en cuestión que ronda los 750 euros, «bueno y asumible para las arcas municipales». En el programa, además, se han llegado a dos conclusiones que son «importantísimas». La primera, que «una familia puede ahorrarse hasta el 80% de los gastos yéndose al pueblo». La segunda, el perfil de quienes visitan esta web: personas que buscan un espacio idóneo para teletrabajar. «Ha llegado para quedarse y, tras el confinamiento ya no se tiene la necesidad de estar anclado en la ciudad porque esté ahí la empresa».
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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