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Sano y salvo después de pasar 41 horas a la intemperie. José Valdivieso, el enfermo de alzhéimer de 82 años que desapareció el martes por la tarde en Piñel de Abajo, fue localizado hoy por la mañana «en un aparente buen estado de salud», ... aunque magullado, deshidratado y con hipotermia. Una situación que sus vecinos no dudan en calificar abiertamente de «milagro navideño» si se tiene en cuenta que el hombre fue encontrado –la casualidad quiso que por su sobrino Rafael– en una ladera al norte de Roturas (cerca de un camino que conduce a San Llorente), en la que apenas contaba con unos pinos para refugiarse y en la que pasó dos noches al raso antes de ser localizado por una de las batidas llevadas a cabo en torno a su pueblo desde la tarde del martes.
José Valdivieso fue visto antes de la diez de la mañana cuando estaba sentado y consciente bajo una torreta de alta tensión situada a 3,8 kilómetros de su pueblo. Enseguida se movilizó a una ambulancia para atender a este superviviente a casi dos días de lluvia, viento y frío cuando prácticamente se había perdido la esperanza de hallarlo vivo. Pero José estaba vivo. «Un auténtico milagro», según lo calificó el alcalde de Piñel de Abajo, Fernando Sanz.
«Lo más bonito de todo esto es cómo hemos sido capaces de sumar un montón de esfuerzos para alcanzar un objetivo que era altamente difícil. Ha sido muy emocionante y queremos dar las gracias a todos los que han colaborado con una actitud completamente generosa», destacó Rafael Valdivieso, el hombre que encontró a su tío «sentado, consciente y, sobre todo, vivo, aunque con algunas magulladuras y los pies muy hinchados». Él mismo le preguntó cómo estaba y su respuesta fue llana: «No ha hecho nada de calor esta noche». Ni la anterior. José no solo estaba vivo sino que hablaba y su estado de salud era aparentemente bueno, aunque «estaba muy deshidratado y puede que un pie mal, quizás roto, y una magulladura superficial en la cabeza». Pero nada más.
Los propios voluntarios enseguida le arroparon con sus abrigos y le dieron agua antes de la llegada de los sanitarios. Después fue bajado de la ladera en camilla por una numerosa cadena humana de guardias civiles, vecinos y voluntarios (Cruz Roja, agentes medioambientales...) para meterle en la ambulancia que esperaba en el camino. Esta noche se recuperaba en el Clínico. Su localización puso fin a unas intensas tareas de búsqueda que mantuvieron en vilo a los vecinos de esta localidad de apenas doscientos habitantes situada a diez kilómetros de Peñafiel.
Allí se perdió la pista de José Valdivieso a media tarde del martes, cuando salió de tomar café de un bar de la localidad. Sus familiares (vive con una hermana, su cuñado y dos sobrinos) dieron la voz de alerta al filo de las siete de la tarde. Comenzaba un dispositivo de búsqueda que a partir del miércoles se centró precisamente en el entorno de Roturas, donde un testigo afirmó que le vio paseando la tarde que desapareció.
José, seguramente desorientado, apenas recorrió medio kilómetro desde Roturas por el camino que conduce a San Llorente y pudo pararse en la citada ladera, donde «debió cobijarse en el pinar» antes de ser localizado 41 horas después de que se le perdiera la pista. Ahora tendrá que ser examinado por los médicos (su evolución anoche era favorable) para confirmar lo que, según todos los indicios, apunta a un «milagro».
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