Un empresario de Tordesillas, Francisco G., ha denunciado este lunes a la Guardia Civil haber sido secuestrado y retenido junto a su familia la noche del domingo pasado en su propio domicilio por «cinco o seis» individuos que, tras inmovilizarle, le golpearon reiteradamente hasta que ... les dio la contraseña de la caja fuerte donde, al parecer, guardaba una importante suma de dinero cuya cuantía no ha trascendido.
Según ha confirmado la Guardia Civil, en torno a las 23:00 horas, los delincuentes interceptaron el vehículo en el que el industrial y su esposa regresaban a Tordesillas tras pasar el domingo con los padres de esta. En esa carretera local, los delincuentes cruzaron dos coches y se presentaron al conductor como integrantes de una unidad especial del Instituto Armado que participaba en una operación contra el blanqueo de capitales. Después conminaron a G. a que les condujera hasta su domicilio. Se desconoce si estos individuos estaban armados.
Fuentes vecinales aseguran que cuando llegaron a casa solo estaba la hija, que sospechó pero solo le dio tiempo a guardar el móvil en el interior del pijama
Cuando llegaron al chalé familiar, los cacos se repartieron las tareas y mientras unos fueron revisando las distintas estancias, otros se ocuparon de maniatar al matrimonio. En la vivienda, cuando entraron, solo estaba la hija, que se estaba lavando el pelo en el momento en que irrumpieron los intrusos. Fuentes vecinales afirmaron que la chica sospechó y no terminó de creerse que fueran guardias civiles, pero solo le dio tiempo a ocultar el móvil dentro del pijama. A las mujeres las maniataron y al hombre le llevaron por todas las habitaciones en busca del dinero y le propiaron una gran paliza.
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Según las mismas fuentes, cuando los teléfonos móviles y el fijo empezaron a sonar (puesto que a los suegros le extrañó que no la llamaran cuando llegaron a casa, como acostumbraban) la banda de delincuentes, alarmada por tantas llamadas y sospechando que pudiera llegar la Policía, habría emprendido la huida. Sin embargo, fuentes próximas a la investigación consideran más probable que el grupo criminal, jerárquicamente organizado, que conocía perfectamente las costumbres de sus víctimas y sabían que guardaban cantidades importantes de dinero en la caja fuerte de su vivienda, decidieron marcharse tranquilamente cuando consiguieron lo que iban a buscar.
Francisco G. es administrador único de su empresa desde 2001 y se dedica al suministro de materiales de construcción, está especializada en prefabricados de hormigón y piedra artificial y da trabajo a más de una treintena de empleados.
Fuentes vecinales alertan, no sin preocupación, de que el pasado viernes también intentaron robar en otra vivienda de la zona, aunque los gritos de la dueña de la casa consiguieron ahuyentar a los desconocidos, que ya habían entrado en su propiedad.