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Los ediles Fernández Salinero dejan un rosario de estafas y 'sablazos' de El Escorial a Bobadilla
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El matrimonio detenido ha sido puesto en libertad por el juzgado de Medina y serán llamados a declarar en breve, junto con su hijaCómo padre e hija llegaron a ejercer como concejales del Partido Popular en el Ayuntamiento de Bobadilla del Campo compatibilizando sus cargos públicos con su otra 'especialidad' sin que hasta 2021 saltara la liebre es un milagro en un municipio de poco más de 290 ... habitantes, dónde todos saben casi todo de todos. Fue a raíz de un procedimiento de desahucio en Medina del Campo, donde reside esta familia, cuando empezaron a salir a la luz varias estafas y 'sablazos' por los que próximamente comparecerán ante el juez, si es que hasta que eso ocurra no vuelven a salir del radar judicial una vez que han sido puestos en libertad con cargos. De hecho, el edil Francisco Javier Fernández Salinero y su esposa María Jesús Carrasco han estado durante meses en rebeldía hasta su detención, la pasada semana, en principio, por un delito de falsedad en documento y otro de estafa. Inés, la hija de ambos y también concejala, fue detenida antes, a mediados de abril. Como sus progenitores, está en libertad con cargos.
Nadie sabe con exactitud cómo y por qué la familia se estableció en Medina del Campo, donde recaló en el año 2016. Se desconocen sus orígenes y su historia familiar, pero para muchos de los afiliados del PP de local, los vecinos de Bobadilla y las víctimas de los supuestos fraudes que se atribuyen a padre e hija, los ediles populares Francisco Javier y María Inés Fernández Salinero, «llegaron para seguir haciendo lo que mejor saben hacer» y consideran que, como poco, son unos profesionales del 'sablazo'.
«Jamás me imaginé que alguien con un cargo público pudiera actuar así«, indicó el alcalde socialista de Bobadilla del Campo, Francisco Pastor. A fecha de hoy, el padre aún sigue siendo concejal del Ayuntamiento ya que no ha dimitido, pero el Partido Popular ha confirmado que ya iniciado el procedimiento para abrir un expediente a este militante que llegó desde El Escorial (Madrid) junto a su mujer y su hija. Todos ellos están acusados de varios delitos de estafa, usurpación de identidad y falsificación de documentos públicos por unas cuantías que ascienden globalmente a 62.000 euros.
Establecer una hoja de ruta de esta familia durante su estancia en Medina del Campo es complicada ya que, según aseguran algunos de los estafados, «han cambiado varias veces de domicilio, aparecen y desaparecen y nadie sabe a lo que se dedican, ya que sus profesiones son variadas. Ahora dicen que se han marchado a Tordesillas, por lo que la gente de este municipio debe tener cuidado», advierten los denunciantes. Determinar sus ocupaciones laborales no es tarea fácil, por la alta capacidad de fabulación que tienen y que les ha permitido embaucar a varias personas para conseguir sacarles dinero a cambio de unas supuestas gestiones para conseguir sus sueños. María Inés, durante toda su estancia en la Villa de las Ferias, ha presumido de contactos en las altas esferas y se presentaba como conseguidora. «Ha dicho primero que trabajaba en un puerto seco, después que era gerente de un hotel de varias estrellas y luego nos hemos enterado de que también decía que era inspectora de Hacienda y notaria», comentan concejales del Ayuntamiento de Bobadilla. De hecho, una de las denuncias contra ella está presentada por un primo suyo, al que aseguró que le gestionaría la licencia para poner una administración de lotería en Medina. El interesado aportó 6.000 euros para las gestiones más sucesivas cantidades en concepto de alquiler y otros gastos del local, en total, más de 10.000 euros. Según consta en esta denuncia, el primo ni consiguió tal administración de lotería ni existía local alguno.
Respecto del padre, los ediles que compartieron escaños en el Ayuntamiento de Bobadilla señalan que «creíamos que estaba estaba jubilado ya que tenía problemas con una pierna, puesto que siempre llevaba muletas». De hecho, él y su mujer cobran sendas pensiones, pero no pagaban el alquiler de la vivienda en la que residían en Medina y por ello el dueño emprendió el procedimiento de desahucio que destapó dos de las estafas. Una, por supuesta falsificación de certificados covid que presentaron al juzgado para que no se les lanzara de la vivienda. Otra, interpuesta por una mujer a la que, aprovechándose de su confianza, según fuentes policiales, le 'limpiaron' las cuentas.
En el peor de los momentos del Partido Popular medinense, cuando estaba en manos de una ejecutiva durante el pasado mandato, la familia de los Fernández Salinero se presentó en la sede de la formación política ubicada en las galerías comerciales de la Plaza Mayor. Allí, comentaron que venían de El Escorial, donde eran militantes, y que querían integrarse al partido en Medina. Este dato, el de su procedencia desde el Escorial, es auténtico, ya que «se hizo el traslado de militancia desde allí por lo que es real» explica el presidente del PP medinense, Luis Carlos Salcedo, quien concreta que los denunciados «participaban en las actividades que organizábamos, se pasaban por la sede, y fueron integrados en diversos grupos de trabajo». En 2018, cuando comenzaron a crear las listas y candidaturas a los 225 municipios de la provincia de Valladolid, bajo la consigna de presentar en el mayor número de pueblos posibles, padre e hija fueron incluidos en la lista del Partido Popular de Bobadilla, junto a un histórico popular de Alaejos, Jesús Muñoz quien, debido a problemas de salud, decidió dejar su acta como concejal en el Ayuntamiento de Bobadilla. Fue entonces cuando los Fernández Salinero se quedaron al frente del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento.
Los concejales populares se introdujeron en la sociedad medinense «inventándose su vida». Así, durante su primera etapa en el Consistorio de Bobadilla del Campo, «eran amables, tenían buena relación con nosotros y desde el principio acudían a los plenos y participaban en los actos más importantes que organizábamos» recuerda Pastor, el regidor socialista del municipio, quien añade que «nunca propusieron anda y jamás nos votaron algo en contra. Jamás. Es algo que nunca entendimos, ya que somos de ideologías diferentes y, hombre, no todo lo haríamos bien para que nos votaran a todo sí y sin reparos». Durante su participación en la vida política de Bobadilla, padre e hija cobraban cada uno 30 euros por pleno, al igual que el resto de los concejales.
Transcurrido un tiempo, los ediles de Bobadilla empezaron a ver «cosas raras», como que «cada día llegaban con un coche diferente, o en taxi, nos pedían dinero con la excusa de que tenían problemas con las tarjetas de crédito (este último mismo modus operandi, el de pedir dinero, lo pusieron también en práctica en la sede del PP de Medina del Campo)... Cosas que empezaron a no cuadrar». Al principio, los ediles, de buena voluntad, prestaron dinero a los Fernández-Salinero incluso para «comprar tabaco y comida, ya que decían que tenían la tarjeta bloqueada por problemas del banco y así multitud de cosas». Llegaron a pedir dinero a sus compañeros de Corporación (PSOE) para hacer frente al pago del alquiler de la casa rural del municipio. «Nos dijeron que se habían mudado allí de manera temporal ya que se habían comprado un chalé y estaban cambiando toda la fontanería. Vamos, otra mentira más. Seguro que los habían invitado a irse de la casa en la que vivían en aquel momento», indican desde el equipo de Gobierno.
Un día, María Inés, llegó al Ayuntamiento de Bobadilla con cinco invitaciones para su boda. Una para cada uno de los concejales socialistas. La boda supuestamente se iba a realizar en el hotel en el que dijo que trabajaba. Incluía todo. La estancia y convite y en la invitación venia la correspondiente cuenta bancaria para hacer el ingreso del regalo. «Nosotros decidimos llamar al hotel y nos dijeron que ni boda, ni reservas ni nada. Vamos, que nos quería engañar de nuevo» comenta el alcalde, quien apostilla que «tres días antes de la boda, nos dijo que la suspendía».
Los militantes del PP que conocen tanto al padre como a la hija les definen como «personas muy raras, trafulleras y liantes». Recuerdan que en el partido tuvieron «varios problemas con ellos por su forma de actuar« y dicen con alivio que ahora, »después de conocer todo lo ocurrido, menos mal que no ganaron las elecciones en Bobadilla ya que, si hubieran ganado, a saber la que hubieran preparado».
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