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Las cuatro Dominicas que pronto partirán de Mayorga de Campos a Toro, en el claustro del convento. Rodrigo Ucero

Valladolid

Las dominicas se despiden de Mayorga 630 años después de su llegada

Ya solo quedan cuatro en el monasterio y la normativa de la Santa Sede no permite conventos habitados por menos de seis religiosas

Sábado, 16 de marzo 2024, 00:06

Las monjas dominicas se ven obligadas a abandonar Mayorga. Ya solo quedan cuatro y las leyes promulgadas por el papa Francisco no permiten conventos habitados por menos de seis religiosas, por lo que se tendrán que ir de un municipio en el que esta congregación ... ha estado presente desde hace 630 años.

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El convento de San Pedro Mártir de Mayorga fue fundado en 1394 por la reina Catalina de Lancaster con bula de Benedicto XIII, el Papa Luna. Desde ese lejano año, las dominicas han habitado de forma ininterrumpida este monasterio, patrimonio cultural de Tierra de Campos, y ahora tendrán que marcharse, tal y como explica Sor Juana Vela, una de las cuatro religiosas que permanecen en Mayorga y que ejerce como priora en funciones. «Nuestro monasterio se va a cerrar. Nos vamos a ir a la comunidad de Toro y allí ya seremos once», asegura.

Las dominicas han tratado de atraer a monjas de otros lugares, pero las que llegaron se acabaron marchando. Esta circunstancia les impidió sortear la normativa que exige un número mínimo de monjas para mantener abierto el convento. «Han fallecido tres hermanas seguidas, luego tuvimos tres o cuatro extranjeras y una tras otra se fueron por los mismos motivos: para ayudar a su familia», indica sor Juana, crítica con la decisión de irse de estas monjas. «Ese no es el camino. Se puede ayudar en un momento dado, pero no es la norma de una comunidad contemplativa, que tiene que estar al servicio de la Iglesia con la oración y la alabanza a Dios. Una por otra se fueron marchando y aquí nos hemos quedado nosotras», explica.

Y ante esta situación, a las dominicas de Mayorga no les ha quedado otra opción que buscar un nuevo monasterio en el que vivir. «Hemos tenido que lanzarnos a buscar un monasterio donde nos acogieran y nos vamos a ir con las hermanas de Toro. Ellas y nosotras ya somos una comunidad, pero estaremos en Mayorga este verano y tal vez para septiembre u octubre sea cuando nos vayamos. Se va a hacer una misa de despedida con el obispo y dependemos de cuando el obispo disponga y pueda», apunta sor Juana, que lleva cincuenta años en Mayorga y trata de ver este cambio como una oportunidad. «Supone una riqueza porque vamos a unirnos a otra comunidad y vamos a ser más, pero también cuesta abandonar donde has vivido, has trabajado y has puesto ilusión por mejorar. Nos abandonaremos en manos de Dios porque el Señor da fortaleza. Necesitamos desprendernos de las cosas materiales. Cuando has vivido en un monasterio tantos años acabas echando raíces, pero en este mundo estamos de paso», añade.

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Las dominicas de Mayorga han trabajado durante lustros en el sector textil. «Cuando yo entré, trabajaban el punto para una empresa de Valladolid de prendas para niños. También hemos trabajado para El Corte Inglés de Madrid mucho tiempo con prendas de punto y luego para empresas de León. Lo último que hemos hecho ha sido de corsetería hasta hace un par de años que lo dejamos porque no merecía la pena», explica esta religiosa, que se despedirá dentro de medio año de un lugar en el que ha pasado buena parte de su vida.

«Tristeza para todo el pueblo»

Después de tantos siglos, la partida de las religiosas dominicas es un mazazo para los vecinos de Mayorga, como ya lo fue para los de Medina de Rioseco cuando partieron carmelitas y clarisas y para los de Villafrechós cuando lo hicieron sus clarisas. Para el alcalde mayorgano, David de la Viuda, «es una tristeza para todo el pueblo no poder seguir conviviendo con nuestras Dominicas, nuestras vecinas que tantos y tantos años han estado en Mayorga».

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En este sentido, reconoció saber que «ellas se deben a lo que las manda su orden y es hora de partir debido a la falta de monjas en el convento». También recordó que «hemos nacido y crecido escuchando sus campanas, celebrando sus misas a diario, entrando las procesiones dentro a escucharlas cantar, sus novenas, celebrando Santo Toribio, San Nabor y es una lástima perderlo y decirlas adiós».

El regidor explicó también que «el pueblo quiere que sigan en Mayorga y desde el Ayuntamiento, con un grupo de vecinos, se ha intentado ver de qué manera se podían quedar, pero no ha sido posible». Por eso, aseguró que «queremos que ellas estén bien, sobre todo, y las mandan a otro convento para esto mismo, para que estén bien y con más hermanas».

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Por ahora, la marcha de las religiosas ya se va a sentir esta Semana Santa, ya que, al irse a pasar esos días a su nuevo convento, el paso que cada año entraba en la iglesia conventual en la procesión del Jueves y el Viernes Santo, cuando para frente al convento, no se podrá hacer. Además, la Virgen de la Soledad tampoco podrá salir de la iglesia conventual en la procesión de Domingo de Resurrección para que tenga lugar el encuentro con Jesús Resucitado.

Los vecinos tampoco podrán disfrutar de otro importante acto el 12 de julio, en la festividad de San Nabor, anterior patrón de la localidad, ya que no se podrá celebrar la misa en el convento, dónde se guardan unas reliquias del santo, que, con unas pequeñas andas, eran sacadas en procesión por las calles del pueblo. Mientras, el 27 de abril, festividad de Santo Toribio, los pasos con la imágenes de Santo Toribio y Santa Rosa de Lima y con la reliquia del santo que se guarda en su ermita, no podrá entrar en la iglesia del convento, donde, cada año, las religiosas, en un momento de gran emoción y devoción, entonaban un cántico al «glorioso Santo Toribio de Mogrovejo».

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El párroco mayorgano, Jesús Manuel Nieto, habló en estos término de la misa de despedida que oficiará Luis Argüello en presencia de todo el pueblo: «Será un acontecimiento en medio de tanta tristeza, pero también de agradecimiento después de tanto siglos en Mayorga», explica el cura de una localidad que perderá la misa que todos los días celebraba en el convento para los feligreses.

Otra de las inquietudes que se suscita ahora es lo que va a pasar con el rico patrimonio que alberga el convento. Entre sus tesoros se encuentra la primera reliquia de Santo Toribio que llegó a Mayorga. El convento se encuentra en el corazón del municipio terracampino, en plena calle Derecha, por la que cada septiembre pasa la Procesión Cívica del Vítor y por donde esos días corren los centenarios encierros de Mayorga.

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