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La agricultura es una de las innovaciones culturales más importantes de la humanidad. Eso es lo que piensa Pilar Castell, una mujer valiente que, a sus 44 años, ha sabido unir sus dos pasiones, la cultura y la agricultura. Su historia es de las que ... inspiran y nos hacen recordar que nunca es tarde para perseguir los sueños.
Pilar ha nacido y crecido en Marzales. Es hija, nieta y biznieta de agricultores y para ella el campo lo ha sido siempre todo, aunque su vida laboral la ha desarrollado en otros derroteros. Tras ser encuestadora, dependienta y distribuidora de vinos, decidió probar en el sector de la formación vial formando a futuros conductores en una autoescuela de la capital. Reflexionando sobre su vida y las metas que había postergado durante años, tuvo la sensación de estar estancada. Quería vivir una vida más auténtica y significativa con aquello que realmente le apasiona. Así, el pasado mes de marzo se dieron las circunstancias propicias para ella y para su familia, y decidió dejar atrás su trabajo estable para abrazar sus dos pasiones, la música y la agricultura. «A partir de los 40, una se plantea más cosas que cuando eres joven y yo me planteé si quería seguir siendo educadora vial toda la vida o dejarlo todo y hacer lo que realmente me gusta. No ha sido fácil. Hoy en día empezar de cero en la agricultura es prácticamente imposible debido a las enormes inversiones que se necesitan. Es más fácil si es algo que te viene de familia», dice esta agricultora, quien clama por más ayudas para las mujeres. «Si que siento que hay apoyo a la mujer rural, pero haría falta mucho más. Existen ayudas dirigidas a emprendedoras menores de 40 años. Yo, que tengo 44, no me he podido beneficiar de ninguna. Me he tenido que buscar poco a poco la vida e ir con pasos de plomo. Como la agricultura es algo que me apasiona, el resto de dificultades que me he encontrado, las veo como oportunidades», prosigue Pilar, quien actualmente está estudiando invertir en maquinaria agrícola.
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A pesar de la incertidumbre, esta joven de Marzales tenía claro que deseaba tomar las riendas de las tierras de labranza que habían estado en su familia durante generaciones. Convertirse en agricultora no solo significaba aprender nuevas habilidades, sino también conectar con su pasado y trabajar en armonía con la tierra. Con perseverancia y dedicación, Pilar ha implementado prácticas sostenibles en sus tierras de cultivo en las que siembra legumbres y cereales ecológicos. Para ello, ha contado con el asesoramiento del Grupo de Acción Local Zona Centro de Valladolid y su Red PAME de apoyo a la mujer emprendedora en el medio rural. «Mi familia tenía cultivo convencional. Estoy en pleno proceso para conseguir la certificación de cultivo ecológico. He optado por este tipo de agricultura por plena convicción. Quiero ser respetuosa con el medio que me rodea. Creo que ese es el futuro de la agricultura. Las pasiones son difíciles de explicar, pero para mí este oficio es vivir en contacto con la tierra sin estar de espaldas ella», señala.
Desde muy pequeña, Pilar mostró también un gran talento musical heredado de su madre, que era una gran amante del folk castellano. Esas canciones que tanto escuchó en la infancia son ahora su forma de expresión y catarsis al convertirse en una cantautora de folk. «La música tradicional y, sobre todo, el folk castellano, es lo que más me toca el alma y la sensibilidad. Hago versiones de canciones de toda la vida y también compongo mis propios temas», dice Pilar, a la que se puede seguir en el perfil de Instagram @cronicastellmusic y en el de Twitter como @pilicultora. También ha dado algún concierto. «Empecé a cantar siendo una niña. Mi abuelo me hacía micrófonos con los periódicos de El Norte de Castilla. La afición por la guitarra me llegó más tarde. Siempre he sido muy tímida y empecé a los 30 años», comenta.
La música y la agricultura la llenan por completo y se está cultivando en ambas facetas para dar siempre lo mejor de sí misma. Es alumna de la Escuela Municipal de Música de Tordesillas y este curso comenzará un grado medio de Producción Agroecológica a distancia. «Me gusta hacer las cosas bien y quiero profundizar mis conocimientos sobre agricultura. También he hecho el curso de 200 horas de incorporación agraria para poder hacerme con la explotación familiar», concluye Pilar, quien se despide de esta entrevista mirando al campo mientras canta una versión de la tradicional jota 'Los Labradores'. Así Pilar integra su amor por la música y su conexión con la tierra.
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