Conrado Íscar, presidente de la Diputación: «No defraudemos a los que nos han elegido»

«Quiero dejar claro mi primer compromiso de cara a esta nueva etapa: estamos aquí para trabajar en favor de los 225 municipios y 9 pedanías y para contribuir, junto a sus alcaldes y concejales, a mejorar la calidad de vida de cada uno de los vecinos de la provincia», dijo Íscar. Y respondía así a las exigencias y peticiones que le acababan de hacer los portavoces de los grupos políticos. Ya no está Ciudadanos, que se convirtió en socio de Gobierno y ha desaparecido del horizonte. Vox aparece con dos escaños, los que ocuparán su presidente provincial, Mario de Fuentes, y Luis Carlos Giménez. Toma la Palabra se ha quedado con uno, que estará en manos de Julio Pereda. En el PSOE prosigue Francisco Ferreira, ahora concejal en el Ayuntamiento de Valladolid por decisión de Óscar Puente. Iba a ser el enlace entre la Diputación y el Gobierno de la capital, pero la pérdida de Valladolid le ha dejado en la Diputación como edil del municipio que aglutina al 60% de la población. Desde ahí, en su discurso, reclamó que «la Diputación está para dar servicios y derechos a los municipios de menos de 20.000 habitantes. Depuración de aguas, secretarios, plan de ruinas, carreteras, Internet…». Y dejó claro su objetivo. «Nuestro control y fiscalización va a ser esa, que desde el primer céntimo al último, todo, debe ser para esos municipios», dijo Ferreira, que es el encargado de recorrer y reconocer el territorio de la provincia en el PSOE.

El PP tendrá 14 diputados de 27 y, por tanto, manos libres para actuar como considere. Ahí es donde Conrado Íscar, esta vez sin pactos ni tutelajes de segundos, tendrá la oportunidad de marcar su línea política y de trabajo. Cuenta con los pesos pesados del partido en la provincia, algunos de ellos tan leales como su mano derecha, Víctor Alonso. El alcalde de Fombellida vuelve a estar entre los responsables de campaña en la provincia de cara al 23J. Y en este pleno constitutivo de la Diputación asumió, para empezar, el rol de portavoz. A su lado estaban también Guzmán Gómez (Medina del Campo), David Esteban (Medina de Rioseco). Se incorpora Roberto Migallón (Zaratán) y llegan Moisés Santana y Sonia Alonso, que en el partido judicial de Medina del campo consiguieron alzarse en la votación -por la mínima en uno de los casos- de Inmaculada Toledano y Luis Muñumer.

Conrado Íscar ha conformado así un equipo cuyas funciones tendrá que definir. Tiene claras cuáles son las exigencias de los rivales. Mario de Fuentes (Vox) abogó por algo que responde a la lógica de un territorio con muchos municipios pequeños. «En 2019 la corporación tomaba un nuevo rumbo, un alcalde, uno de los nuestros, se hacía con el mando de esta casa», decía De Fuentes, sin citar a Jesús Julio Carnero, el predecesor de Íscar, que era concejal en Valladolid. «Pero cuatro años más tarde no he percibido esa especial sensibilidad hacia los pequeños municipios de nuestra provincia, que son la mayoría. No puede ser que tengamos más de 40 líneas de subvención con algunas cuantías que no hacen interesante su solicitud», le reclamó.

Julio Pereda (Toma la Palabra) habló de la política como diálogo y lo hizo contraponiéndolo a lo ocurrido apenas un día antes. «Si defendemos lo justo, lo igualitario, lo diferente, y han sido necesarios muchos años para lograrlo, no lo dejemos perder. En muchas instituciones se ha dejado de hacer», dijo. Entre el público, Carlos Pollán, presidente de las Cortes, e Irene Carvajal, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Valladolid, ambos de Vox. Ambos, este miércoles, apoyaron que no se exhibiera la bandera arcoíris en los edificios públicos. Incluso, en el caso de Pollán, se llegó a amenazar al PSOE con acudir a los tribunales por colgarla de sus ventanas en el parlamento autonómico. Y Francisco Ferreira le dejó claro a Conrado Íscar que la oposición, constructiva, educada y sin algarabías, empieza desde ya. «A los Gobiernos se les da cien días, pero usted ya estaba, así que hay que quitarle ceros a esos cien días».

Pereda agradeció el apoyo a sus votantes. Mario de Fuentes también, «por haber permitido el crecimiento de Vox hasta los 52 concejales y 2 alcaldes en 2023». Francisco Ferreira agradeció a los «340 concejales y a las 93.000 personas que votaron al PSOE en la provincia» su confianza en las siglas. Y Víctor Alonso (PP) puso el as de bastos sobre el tapete. «Quiero agradecer su confianza a las 109.000 personas que han votado al PP, y a los 808 concejales, 175 alcaldes de 234 de la provincia».

Esta mini competición dialéctica improvisada es significativa. Porque el PP, efectivamente, tiene una mayoría muy cómoda en la institución que más se presta a la unanimidad, la que tiene el deber de asistir a municipios en los que priman las necesidades más básicas. Y Conrado Íscar las enumeró. La primera de ellas, «las políticas que mejoren la situación demográfica de los municipios, un reto enorme que no se podrá llevar a cabo sin la colaboración necesaria del resto de administraciones». Y mientras Mahoma va a la montaña, el compromiso de que la montaña visite a Mahoma. «Vamos a acercar los servicios a los vecinos y garantizaremos la atención presencial en los municipios», dijo. Por ejemplo: «Optimizaremos los Servicios de Transporte a la Demanda y el servicio del Cajero Móvil. Sin olvidar la extensión del servicio 012 a toda la Provincia».

El segundo punto crucial, los servicios sociales. «La ayuda a domicilio y la puesta en marcha de un servicio de atención para luchar contra la soledad no deseada serán básicos. […] Ampliaremos la Red Integral de Personas con Discapacidad y garantizaremos la apertura de una nueva vivienda tutelada en Tordesillas». Y en este punto incluyó una medida que parece chocar con el ideario del socio preferente del PP en Castilla y León y el resto de España: «Seguiremos luchando contra la desigualdad a través del VII Plan de Igualdad de Oportunidades y Contra la Violencia de Género 2023-2027, desarrollando diferentes medidas que incidan en este ámbito, entre las que quiero destacar la realización de un diagnóstico específico sobre la igualdad y violencia de género entre el colectivo juvenil».

También se comprometió el presidente de la Diputación a intentar «una mayor simplificación administrativa, reduciendo la carga burocrática» para los municipios, asfixiados por la falta de recursos personales. Incluyó el «plan de mejora en la eficiencia y sostenibilidad de la Gestión Integral del agua, para optimizar el consumo de un recurso tan valioso y cada vez más escaso» y el apoyo a autónomos y empresas.

Un programa de Gobierno completo que podrá desarrollar a su conveniencia y con el apoyo de un Gobierno de la junta que estuvo presente con los consejeros de Movilidad y de Presidencia, María González Corral y Luis Miguel González Gago.

La despedida y conclusión del reelegido presidente fue casi un criterio de autoevaluación para dentro de cuatro años. «Unamos experiencia e ilusión y seamos capaces de cumplir las expectativas que han depositado en nosotros nuestros vecinos, cada uno desde la posición que nos corresponda, pero todos con el mismo objetivo: no defraudar a quienes nos han elegido».