Los vecinos de Castromonte vivirán un verano muy especial, ya no solo por el paulatino regreso a la normalidad, sino porque estrenarán las nuevas instalaciones de las piscinas municipales, las primeras que existen en la localidad. Con una inversión de más de medio millón ... de euros, el Ayuntamiento ha llevado desde inicios del pasado año un gran proyecto en una parcela que ha adquirido junto a la carretera de Tordesillas, a la salida del pueblo, «con la piedra como principal elemento con el fin de que se integre en un pueblo en el que es el material más característicos de sus casas», según explico el alcalde, Heliodoro de la Iglesia. «El proyecto se engloba dentro de las actuaciones que el Ayuntamiento está llevando a cabo para mejorar la calidad de los vecinos y visitantes, además de que sea un aliciente que anime a fijar población», afirma el regidor.
Publicidad
Un atractivo que se pretende que se una a los ya existente en el municipio con las rutas de senderismo y cicloturismo, el patrimonio artístico y urbano, la oferta agroalimentaria o los paisajes de los montes Torozos. Las nuevas piscinas abrirán sus puertas el 1 de julio para iniciar una temporada que, con abonos infantiles y adultos de 20 baños, se prolongará hasta el 30 de agosto y en la que se cumplirán los aforos que marque las normas sanitarias. La instalación cuenta con una superficie de 3.700 metros cuadrados, cuenta con dos vasos, uno para adultos, de 19 por 8,5 metros, con una profundidad que varía desde los 50 a los 175 centímetros; y otra infantil, de 6 por 6 metros. Además, los bañistas podrán disfrutar de más de 1.600 metros de césped, en el que hay sombrillas y donde se han plantado arboles como perales, abedules o castaños de indias.
Desde el interior de las piscinas, por encima de las casas del pueblo, se observan los aerogeneradores, verdaderos artífices del proyecto gracias al remanente del Ayuntamiento derivado de los parques eólicos, que también hará posibles otras iniciativas en la localidad con ese fin de mejorar la calidad de vida de sus vecinos y promover el desarrollo local, como viviendas junto a la parcela de las piscinas, una casa de comidas o un plan para la adaptación del municipio a los personas con problemas de movilidad, entre otras acciones.
No faltarán los espacios normales en este tipo de instalaciones como la taquilla, amplios vestuarios, aseos, duchas, sala de depuración, almacén y el bar, que tendrá la posibilidad de dar servicio a los usuarios, pero también a vecinos y visitantes desde una barra que da a la calle, donde existen también servicios.
Publicidad
El espacio contará con iluminación por medio de focos situados en altos mástiles en los que además se colocará un sistema de wiffi. Sin duda alguna las nuevas piscinas destacan por su moderno y sugerente diseño, debido al reputado arquitecto vallisoletano Óscar Miguel Ares, ganador de varios concursos, y cuya obra ha sido reconocida y premiada en la Bienal de Arquitectura Española (2011) y en las Bienales de Arquitectura de Castilla y León (2009, 2011 y 2016), así como en los Premios de Construcción Sostenible de Castilla y León (2017).
El arquitecto explica que las piscinas son una síntesis de las dos realidades que identifican al municipio, siendo «su composición parte del diálogo que resume las dos naturalezas que conviven en el actual contexto campo-municipio que circunda el caserío, en una aparente contradicción». Por una parte, se emplea la piedra sin talla y su materialización en largos muros-cerca «emulando la tradición de tapias y vallados que identifican el municipio»; por otra, se ha reinterpretado la realidad tecnológica de los campos eólicos que emergen entre trigales mediante la disposición, aparentemente aérea, de una cubierta formada por vigas prefabricadas.
Publicidad
El trazado en planta del edificio se configura a partir de una sucesión de muros paralelos de mampostería, ejecutados conforme los cánones tradicionales; la cubierta, dispuesta a partir de vigas tipo Artwind, «quiere simbolizar ese otro mundo de aerogeneradores e industrialización que ya forman parte del ecosistema de los montes Torozos. Su disposición, transversal a los masivos edificios-muro, sirve para coser el conjunto, unificándolo y reforzando la identidad dual del proyecto». El arquitecto también dio gran importancia a las vigas, que «juegan a elevarse sobre los mampuestos, abrazándose a ellos y al suelo a partir de las sombras que proyectan». En este sentido destacó que los claroscuros, y su condición atmosférica, son parte esencial del proyecto, «convirtiéndose en la argamasa que debía coser lo vernáculo y lo industrializado».
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.