![El Castillo Hearst se suma a las pesquisas por identificar el artesonado de Cuenca de Campos](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202001/25/media/cortadas/rehabilitacion-kuUF-U9013427615534pF-624x385@El%20Norte.jpg)
![El Castillo Hearst se suma a las pesquisas por identificar el artesonado de Cuenca de Campos](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202001/25/media/cortadas/rehabilitacion-kuUF-U9013427615534pF-624x385@El%20Norte.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Las pesquisas de la Fundación Rehabitar Tierra de Campos prosiguen su curso. Mientras que las comparativas entre los restos del artesonado que disponen del convento adquirido de Cuenca de Campos junto a las imágenes que arrojan los buscadores de internet de la antesala del ... gabinete del castillo Hearst ya arrojan, a sus ojos, una similitud «del 99%», la institución ha respondido a las solicitudes de la Fundación sumándose a esta investigación. Según ha podido saber El Norte de Castilla, el castillo ha solicitado la documentación al equipo técnico de la Fundación, y se han comprometido a hacerles llegar una serie de fotografías del recinto donde se encontrarían estos restos para que posteriores estudios terminen de determinar si se tratan, o no, de los fragmentos de una misma gran pieza.
Noticia Relacionada
Para Rehabitar Tierra de Campos, restan pocas incógnitas tras su comparativa: «Coinciden tanto las policromías del alicer como el escudo de la familia fundadora, los Fernández de Velasco», señala el técnico Giovanni Olcese, que mantiene contacto con ellos a la espera de que faciliten más información. La Fundación liderada por Izaskun Villena, que actualmente trabaja en un artículo académico cofirmado entre Olcese, ella misma y Rosa Benito, persigue así «poner en valor este patrimonio y que quien visite este castillo sepa que esa parte es de Cuenca de Campos».
Además, Rehabitar afirma estar «muy interesada» en recuperar los otros restos que del artesonado pudieran quedar en algún almacén de Nueva York, ciudad que visitarán en abril, aunque son conscientes de que los pocos medios con los que ya a duras penas sacan adelante su propio proyecto les obligan a buscar cómplices en otras instituciones, cuando no directamente un desembolso a cargo del Ministerio de Cultura para recuperar estas piezas patrimoniales de mano de los estadounidenses. «Si tuviéramos los recursos necesarios seríamos su mejor cliente», aseguran. La directora de la Fundación también apunta que las reacciones en el pueblo han sido «mayoritariamente de sorpresa» y que la noticia allí «ha sido muy bien acogida».
Fue en octubre de 2018 cuando la Fundación Rehabitar acometió la reparación la cubierta del coro alto del convento de Cuenca de Campos. En estas tareas, descubrieron las policromías de los aliceres, una serie de dibujos que pronto hallarían al resto de la techumbre perdida a miles de kilómetros, producto de la venta de las monjas de la época con la aprobación del cabildo de la diócesis de Palencia; a la que entonces pertenecía este convento, «en un momento previo a las posteriores redistribuciones territoriales», explica Villena, quien ha encontrado también restos del convento en el museo diocesano de esta provincia.
Más adelante, sería Alfredo Rodríguez, dueño de un palomar de Pedraza de Campos, quien les pusiera sobre la pista del empresario sobre el que basó Orson Welles su célebre 'Ciudadano Kane': un recorte que les conducía a la profesora María José Martínez Ruiz y a su texto 'Patrimonio de Valladolid emigrado', en el que citaba a Arthur Byne como marchante de Hearst en España en una época en la que los artesonados mudéjares eran «piezas muy demandadas». Martínez Ruiz también aportaba dos citas bibliográficas: el libro de Aderito Pérez Calvo 'Cuenca de Campos ayer' y la obra propia coescrita junto a José Miguel Merino de Cáceres 'La destrucción del patrimonio artístico español. W. R. Hearst: «El gran acaparador»'.
Una serie de búsquedas en internet, y a la espera de recibir mayores fotografías o de realizar en unos meses una nueva visita a Estados Unidos, fueron más que suficientes para que la Fundación perciba estar en el camino correcto: parte del artesonado que falta en el convento ahora de su propiedad se encuentra, junto a otras piezas palentinas, en ese estudio de Hearst. Por su parte, El Norte de Castilla ha podido contactar con el Castillo Hearst, si bien han solicitado expresamente que sus declaraciones no sean incluidas en esta pieza.
La Fundación Rehabitar Tierra de Campos trabaja por la arquitectura (especialmente aquella conformada por elementos creados con tierra) de la comarca de Tierra de Campos, además de por la «creación de fuentes de riqueza» que favorezcan su rehabitado y toda la divulgación y fomento de su patrimonio. Entre sus líneas de acción, destaca el rescate de la industria agroalimentaria en torno al palomar «para no perder servicios de los que ya disponemos», además de crear equipos de jóvenes que trabajen en torno a ello apoyados por un empresario que genere trabajo y vuelva a llevar vida y movimiento al entorno rural: «La ciudad no puede estar sin el campo», asevera Villena.
Además de actividades como talleres de verano en los que se rehabilitan palomares, la Fundación cuenta con el apoyo de todo su equipo técnico y el sustento de numerosas empresas de la comarca que aportan su granito de arena en lo económico para que Rehabitar Tierra de Campos prosiga desarrollando su trabajo: «Alguien tiene que hacer eso, y seremos nosotros, aunque necesitamos toda la ayuda del mundo».
Desde 1973 lleva trabajando el profesor y arquitecto José Miguel Merino de Cáceres en techos exportados desde España. Es a quien cabe achacar el inmenso inventariado de techumbres acreditadas por Hearst (83 y, aun así, asumidamente no exhaustivas) que se encuentran como apéndice al libro ya mentado 'La destrucción del patrimonio artístico español. W. R. Hearst: «El gran acaparador»' (Cátedra, 2012)'. En él figura el llamado techo 22, que acredita 372 metros cuadrados de techo comprado el 20 de junio de 1930 a Arthur Byne y llevado a Nueva York en enero del año siguiente: «Pero no es el único techo presente en el Private Gothic Study», advierte, pues allí identifica también otras piezas procedentes de Palencia. Era habitual que artesanos como George Loorz, que lista sus encargos en el libro 'Building for Hearst and Morgan' de Taylor Coffman, remontaran y rediseñaran las piezas recibidas sin ningún orden ni concierto, adaptándolas a los espacios y creando un «'tótum revolútum', una mezcolanza de cosas sin pies ni cabeza que arquitectónicamente a veces son un disparate».
Lo recuerda el profesor Merino tanto de sus estudios como de sus visitas a numerosos lugares donde se pueden ver estos techos: «Como lo decía un amigo mío, es arte para ver y olvidar: montar piezas de diferentes sitios era habitual en esta clase de construcciones». Entre los muchos ejemplos que acredita el libro, destaca también el dormitorio de Hearst, con piezas procedentes de varios techos turolenses, o la residencia Mar a Lago, cuyo cuerpo central replica la puerta del desaparecido Hospital de la Latina. El techo más interesante que se puede visitar en este castillo, abierto al público, es el de la Morning Room, conocido como el «del Judío», y procedente a su vez de Teruel.
Por su parte, la coautora y profesora de la Universidad de Valladolid María José Martínez Ruiz llama a la «prudencia» y a la necesidad de «tener desarrollado el estudio de investigación con todo el periplo de ese techo de principio a fin y la información debidamente recabada». Martínez prefiere limitar sus declaraciones a lo publicado en sus textos, si bien insiste en que «hay que ver el artesonado con cuidado, compararlo bien con los restos del convento y aportar documentación rigurosa».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.