Valladolid

Carpetazo judicial al crimen de Laguna tras tres años sin pistas

La familia del malogrado joven, a través de su letrado, Óscar Criado, ha recurrido la decisión judicial del sobreseimiento provisional para que se realice una prueba, el análisis de ADN de uno de los cuchillos encontrados por los investigadores en el escenario del crimen. El abogado explica que ya se analizaron otras armas blancas que también se localizaron en el entorno, pero el resultado fue negativo. Ahora se espera una resolución de la instructora respecto del recurso que han planteado y, como última vía, en el caso de que la magistrada rechace realizar esta prueba solicitada, se apelará ante la Audiencia de Valladolid.

Las fuentes jurídicas consultadas reconocen que los investigadores han tenido todo en contra en esta investigación, empezando porque los hechos ocurrieron en plena noche de confinamiento por la pandemia de coronavirus, en una zona en la que no había cámaras. Tampoco han aparecido en estos tres años testigos que presenciaran la agresión al joven, que había salido de casa inopinadamente sin decir a dónde iba. También se desconoce el móvil del crimen, aunque en un principio se barajó la hipótesis de que el joven David había sido víctima de un posible ajuste de cuentas en un contexto de drogas.

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A David le quitaron la vida a golpes y a cuchilladas la madrugada del 16 de abril de 2020 a doscientos metros de su casa, en el parque del lago, detrás del polideportivo municipal de Laguna de Duero. En pleno confinamiento estricto David salió a la calle poco después de la medianoche. «Mi niño era hiperactivo y necesitaba tomar el aire», explicaba Lorena, por eso no le sorprendió la escapada de esa noche. Esa noche en la que bajó al parque del lago con lo puesto pero no volvió a subir a casa. Su madre salió a buscarlo pero no lo encontró, fue un vecino quien a primera hora, en torno a las siete de la mañana, se topó con el cuerpo ya sin vida del joven.

«Lo que más me temo es que los asesinos sean de aquí, alguien a los que haya mirado a la cara, con los que me haya cruzado. Pensar eso me destroza», confesaba la madre a El Norte de Castilla al cumplirse el tercer aniversario del crimen, el pasado mes de abril. «Fueron unos niñatos a los que no han pillado todavía, porque uno solo no podría con David, medía metro ochenta y era delgado pero tenía mucha fuerza». La muerte del joven sigue siendo un misterio y el caso se ha convertido en una espina difícil de tragar para los investigadores de homicidios de la Guardia Civil. Por ahora sigue siendo un crimen perfecto, ese que nunca se esclarece.