Valladolid

El presunto asesino de Paloma e India no recuerda «nada» y alega que le «dieron una sustancia»

Concretamente cuando estaba con un amigo suyo en varios establecimientos hosteleros en el barrio de La Rondilla. Ese amigo, propuesto por la defensa para declarar como testigo, ha alegado que a última hora del 22 de enero, horas antes de que el presunto autor de las muertes llegara a la vivienda de Paloma e India, «se tomaron tres copas» y que él mismo no echó ninguna sustancia en las bebidas de David Maroto. «Estaba en perfectas condiciones», ha apuntado ante el juez Emilio Vega el acompañante de Maroto durante esa tarde.

Versión, la del amigo de Maroto, que contrasta con el informe forense remitido al juzgado hace unas semanas en el que se detallaba que el presunto autor de las muertes de Paloma e India «no presenta una patología mental que altere las bases de su imputabilidad en relación con los hechos». Ese documento también incide, a través de las muestras obtenidas del cabello de Maroto, que mantenía un consumo continuado de alcohol, anfetaminas y cocaína «sin afectar a su capacidad mental».

La declaración de Maroto ante el juez ha durado escasos diez minutos, aunque durante toda la mañana se han vivido momentos de tensión al estar presentes la familia de Paloma e India. En el interior de las dependencias judiciales han visto la llegada del presunto autor de las dos muertes, para más tarde esperar a la salida del furgón de la Guardia Civil que ha devuelto a Maroto al centro penitenciario de Villanubla. Todo eso con gritos de «asesino» desde el interior. Asimismo, varios agentes de la Policía Nacional han custodiado los accesos a los garajes de los juzgados.

Junto al análisis forense, al juzgado ha llegado también el informe de la Policía Nacional. Esa investigación ha desvelado la hora a la que llegó Maroto al domicilio en el que vivía Paloma con su hija. El presunto autor de las dos muertes llegó al número 66 del paseo de Zorrilla pasadas la una de la madrugada, según recoge una cámara de videovigilancia de la zona. Y desde entonces, «en ningún momento», se le ve abandonar el inmueble.

Sobre esa horas, Maroto, sin llaves del domicilio, llamó a Paloma, que según la investigación policial fue la encargada de abrir la puerta. Asimismo, los agentes de la Nacional no concretan la hora exacta de los apuñalamientos, «y lo establece entre el lapso de tiempo de su llegada al edificio y el momento en el que llamó al número de su hermana para decir que había matado a Paloma». Es decir, entre las 1:00 y las 3:12 horas del 23 de enero de este año.

Tras hallar los cuerpos sin vida de Paloma e India, bomberos y policías trasladados al lugar de los hechos encontraron a David Maroto «con heridas autolíticas». Precisamente, en el informe de la Policía Nacional precisa que las lesiones no eran graves.

Además de la primera declaración de Maroto, acusaciones particulares han solicitado nueva documentación para encarar la recta final del proceso de instrucción.

En el auto de prisión, el magistrado Emilio Vega señalaba que existían «indicios serios y racionales de que el detenido ha participado en los hechos a título de autor», destacaba la «especial brutalidad» de la agresión que sufrieron las víctimas (ratificados en el informe de la Policía Nacional) y explicaba que «concurren todos los requisitos exigidos por la legislación vigente para adoptar la medida cautelar de prisión, pues los delitos imputados están penados con penas muy graves, incluso con la posibilidad legal de aplicar la pena de prisión permanente revisable, lo que evidencia un claro riesgo de fuga que hacen que la medida sea proporcional a la gravedad de los hechos imputados».