Carolo versus Óscar S.: «Esther no dijo en el coche que quisiera ir a Valladolid»
la investigación ·
El último interrogatorio de la UCO al camarero investigado por la desaparición y muerte de la vecina de Traspinedo resalta los puntos oscuros de la declaración del agente de viajes ante la jueza
La última vez que los testigos les vieron a los tres juntos fue cuando iba a echar el cierre el bar El Castillo, ubicado en ... pleno casco urbano de Traspinedo, pasadas las dos y media de la madrugada del 13 de enero. Sobre lo que pasó después hasta que se perdió el rastro de Esther López en el aparcamiento del restaurante La Maña, los dos investigados que estaban con ella se han mantenido en sus respectivas versiones. Unas declaraciones que la UCO ha contrastado al milímetro.
El último interrogatorio en calidad de investigado a Lucio Carlos 'Carolo' G. D., que fue realizado en la Comandancia de la Guardia Civil de Valladolid el 26 de mayo, incide en los puntos flacos y los «no puedo explicarlo» que salpican la declaración que un mes antes, el 25 de abril, realizó Óscar S. M. ante la jueza instructora por primera vez. Es la palabra de un investigado contra la del otro, aunque Carolo parte con una ventaja a la hora de una posible exculpación porque tiene coartada: su hija veinteañera le abrió la puerta de casa y le «arropó» y, además, los datos de su teléfono móvil respaldan sus movimientos de esa fatídica madrugada.
Óscar S.: «La dejé en el cruce de El Romeral»
Carolo: «Si se hubiera bajado, habría ido a mi casa»
Según los datos de los informes técnicos de la Guardia Civil recabados del coche de Óscar S., el Volkswagen T-Roc y de los móviles del investigado principal y de Esther López, entre las 3:26 y las 3:29 horas de la madrugada del 13 de enero los dispositivos estaban bajo la antena que da servicio al chalé de verano de los padres de Óscar S. en la urbanización El Romeral de Traspinedo. Sin embargo, el sospechoso contestó a la magistrada instructora en el interrogatorio que «no tenía explicación ninguna» a que el móvil de Esther diera señal a menos de 45 metros de su domicilio. Aquí fue donde introduce en el drama a El Fleki. «Hay un amigo suyo que vive cerca, en la Calle Cuatro y con ese suele quedar». El agente de viajes aguanta el tirón cuando la magistrada insiste: «Están todos los dispositivos a horas muy próximas y todos en su domicilio. ¿Cómo es posible?» «No puede ser», replica el interrogado. «El coche y yo, sí, pero Esther no. Yo la dejé en la entrada de la urbanización». Y, a la siguiente repregunta, subraya: «Desde que se bajó del coche no sé nada. Me fui solo para casa». Pero Carolo sostiene que si la joven se hubiera bajado del coche «de manera voluntaria» en el cruce de El Romeral, a apenas 1.000 metros de su casa, habría ido caminando hasta allí.
Óscar S.: «Se enfadó porque quería bajar a Valladolid»
Carolo: «En el coche nunca dijo de ir de fiesta a Valladolid»
Sobre el motivo de que la joven bajara del coche Óscar S. afirmó que «Cuando dejamos a Carolo (en La Maña), me dijo (Esther) que quería bajar a Valladolid. Le dije que no. Se enfadó conmigo. Me dijo que parara, que se iba donde Carolo». La jueza le indicó: «¿Y a usted le pareció normal dejarla allí a las tres de la madrugada?». El investigado contestó: «Sí, porque con él queda más a menudo. Va a su casa». Aquí deslizó la posibilidad de una relación de pareja entre los dos amigos, que Carolo, después, en su declaración ante la UCO, ha rechazado de plano, definiendo su relación exclusivamente como una «amistad» de muchos años. Negó que entre ellos hubiera habido sexo.
«No sé si tenían algún tipo de relación, pero el hermano de Carolo me dijo que qué me parecía el nuevo novio de Esther», insistió Óscar, a lo que la jueza replicó: «¿Se supone que era el novio de Esther?» Le respondió el sospechoso: «A mí raro no me pareció. Eso me dijo su hermano».
Carolo también pone en duda que a esa hora la joven quisiera continuar la fiesta en Valladolid y niega que en el coche lo sugiriera siquiera. Aunque reconoce que, aunque la idea de todos era irse a casa después de salir de El Castillo, ella no quería marcharse y propuso que se terminaran las consumiciones y fumarse unos cigarrillos en la zona de las bodegas. Hacía mucho frío. Después, cuando llegaron a la puerta del domicilio familiar de Esther, sin salir del coche, ella preguntó que qué iban a hacer y Carolo señaló que se iba a casa, que tenía a sus hijos allí. Entonces Óscar le dijo que tenía bebida en su casa y la invitó a ir a El Romeral. Pero hasta tres veces le preguntó a ella que «si estaba segura». Óscar explicó al fiscal durante el interrogatorio que «ella no quería ir a casa y por eso yo le ofrecí bajar a mi casa, como lo han hecho sus padres y su hermana muchas veces conmigo». Carolo, por su parte, afirma que la idea de que Esther se desplazara a la casa de El Romeral «partió» de Óscar y que la sensación era que «iban a continuar bebiendo, porque ella preguntó si tenía algo para beber en casa».
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Óscar S.: «Cuando el sábado me llamó Luisón, me preocupó»
Carolo: «El comportamiento de Óscar en ningún momento me pareció normal»
Esther desapareció la madrugada del jueves 13 de enero. En su declaración en sede judicial, Óscar S. M. señaló que la dejó sana y salva en el cruce del camino de acceso que bordea la urbanización, que la vio bajarse del coche pero no se fijó hacia donde encaminó sus pasos. Él, asegura, siguió hasta su casa, dejó el coche abierto con la llave puesta, se fumó un cigarrillo y se fue a descansar. Que no supo nada de ella hasta dos días después, que fue cuando se enteró de que había desaparecido. «Cuando el sábado me llamó Luisón (uno de los amigos de Esther) me precupó, y después, Carolo. Me extrañé de que me escribiera y al decirme que no fue a su casa y que a ver si le había pasado algo, no le di importancia porque pensé que estaría con alguien». Afirma que llamó a Fleki (el vecino de El Romeral) el domingo y el lunes, que el teléfono le daba apagado y que el martes se lo encontró en La Maña y preguntó. Especificó, respecto de esa supuesta apatía respecto de lo que le pudo pasar a la joven que Esther no era de su grupo, sino su hermana Inés, «que es una de mis mejores amigas». Óscar sí participó en la primera batida de búsqueda.
Lucio Carlos G. D., 'Carolo', a la pregunta de los investigadores sobre si había notado algún tipo de comportamiento o actitud extraña en Óscar tras la desaparición de la joven, señaló que «en ningún momento le pareció normal» por «la falta de interés e iniciativa en la búsqueda del paradero, más si cabe cuando ha sido un gran amigo de Inés». También dijo que le extrañó que «sus respuestas vía Whatsapp fueran tan cortas, tan dilatadas en el tiempo», así como que «no se implicase más con Inés en saber dónde podía estar la joven». El camarero ya le había mandado el primer mensaje pasadas las dos de la tarde del día 13 de enero (once horas después de dejarle en el aparcamiento de La Maña) preguntándole «¿qué tal remataste» para «saber qué tal habían acabado la fiesta» porque «estaba completamente convencido de que habían estado bebiendo en casa de Óscar hasta el día siguiente». Empezó a temer que algo no iba bien, les confesó a los investigadores, cuando Esther no le respondía a los mensajes y señaló que se enteró de la desaparición el domingo 16 cuando su jefa le mandó un 'whatsapp' con un cartel de SOS Desaparecidos con el rostro de Esther. Carolo no volvió a tener más contacto con Óscar hasta el martes 18 de enero por la mañana, día de la primera batida por los pinares que rodean la localidad, en torno al cruce con la carretera de Soria, donde se encuentra el restaurante La Maña. Allí apareció el principal investigado cuando Carolo estaba hablando con Inés, la hermana. «Cuando nos vio se puso a llorar diciendo 'que no aparece, no aparece', rememora Carolo. Entonces les contó que ella se apeó del coche porque quería seguir de fiesta en Valladolid y que le llamó «cortarrollos» y se bajó, diciendo que iba a casa de Carolo. Este afirma que los siguientes contactos que hubo con el fueron «extraños», que la comunicación se interrumpió «lo que también le pareció extraño, dada la gravedad del asunto» y que cuando coincidieron en la Comandancia de la Guardia Civil «mantuvo una actitud muy distante», lo que también le pareció «raro».
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