![Valladolid: Los buzos que hallaron el cuerpo del piloto del ultraligero: «Ha sido duro para todos»](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202301/03/media/cortadas/buzoss-ksMF-U190146165145uhG-1968x1216@El%20Norte.jpg)
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Más de dos semanas en las aguas del Duero. Sin descanso. Sin las festividades de Navidad ni de Año Nuevo. No ha sido una época agradable para los voluntarios de la Asociación de Salvamento y Rescate de Castilla y León, que desde el 17 de ... diciembre han acudido diariamente al río para ayudar en las tareas de búsqueda de Beatriz Cantos y Guillermo Álvarez, los dos tripulantes del ultraligero accidentado, y cuyas labores de rastreo concluyeron este lunes tras hallar el cuerpo de Guillermo a la altura de la pesquera de San Miguel del Pino.
Una ardua búsqueda al luchar contra los elementos de un Duero enfurecido tras las lluvias de los últimos días y de un caudal que imposibilitaba las prácticas de buceo. «Se ha juntado todo. Las lluvias, la zona en la que estaba el ultraligero, la riada... No ha sido fácil», apunta uno de los más de veinte voluntarios que ha formado parte del operativo de rastreo y presidente de la asociación, Diego Moratinos.
Diecisiete días de sufrimiento para intentar dar «descanso» a las familias de un dolor en unas fechas complicadas. «Evidentemente, los que más sufren son sus seres queridos, pero nosotros también empatizamos con lo que están viviendo. Las Navidades siempre son malas fechas, pero una vez que aparece el cuerpo, nosotros también nos quitamos un peso de encima», describe Moratinos, que como el resto de compañeros de la asociación ha compaginado las labores de búsqueda con sus obligaciones laborales.
«También tenemos nuestras vidas, pero al ser casi todos de Valladolid siempre hemos podido sacar grupos de cuatro o cinco personas para acudir al Duero», agrega el presidente.
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Y así ha sido desde el mismo día de la desaparición del ultraligero y sin saber si el aparato se hallaba en el río. A disposición de la Guardia Civil, la Asociación de Salvamento y Rescate de Castilla y León ha puesto sus conocimientos en buceo y el material para intentar dar con los dos tripulantes desaparecidos. El primer hallazgo, a cargo de la Guardia Civil, ocurrió el lunes 19 de diciembre, cuando un buzo rescató del interior del ultraligero el cuerpo sin vida de Beatriz Cantos.
Una intervención complicada en la que el buzo de la Guardia Civil se sumergió para romper el cinturón de seguridad y sacar el cadáver. Fue una operación compleja y al borde del peligro extremo y que sirvió también, después de conocer que el cuerpo de Guillermo Álvarez no se hallaba en el habitáculo deteriorado del ultraligero, para descartar futuras inmersiones.
A partir de ahí, se amplió el radio de actuación de los GEAS y de la asociación hasta los cuatro kilómetros y abarcar la pesquera de San Miguel del Pino, donde este lunes apareció el cuerpo de Guillermo atrapado entre unas ramas. «No se ha podido bucear mucho porque es una zona complicada, justo después de la desembocadura del Pisuerga en el Duero. En esas condiciones de lluvia no ha sido fácil. Teníamos el indicio del hallazgo del ultraligero, pero con las riadas no sabíamos el punto exacto del lugar donde podía estar. Casi había que esperar a que el cuerpo saliera a flote, pero sin saber si era esa zona o más abajo», describe Diego Moratinos.
Y todo esto en un Duero bravo como ya indicaban también los buzos de la Guardia Civil desde la primera inmersión en la que se confirmó, el domingo 18 de diciembre, el hallazgo del ultraligero. «Un río siempre conlleva más peligrosidad. Las corrientes arrastran árboles hundidos que te pueden atrapar o desplazar. No se ve nada. Por todo eso y por los hechos en sí ante un accidente tan traumático ha sido muy duro para todos», prosigue el presidente de la asociación regional.
Precisamente esas ramas y árboles a los que hace referencia el máximo responsable de Salvamento y Rescate de Castilla y León también dificultaron las labores de reflotar el ultraligero el 21 de diciembre. «En esa operación estuve presente y fue un drama», agrega Moratinos.
La idea era remolcar a contracorriente el aparato alrededor de 400 metros. Y fue una odisea. «Se nos enganchaba en muchos puntos», apostilla, lo que propició que durante gran parte de la acción se perdieran metros que finalmente se recuperaron. La otra opción hubiera sido recorrer cuatro kilómetros hasta la zona de pescadores de San Miguel del Pino, pero «eso era una gran distancia», concluye Diego Moratinos una vez concluido el operativo especial de su asociación.
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