«Brayan tuvo una infancia difícil y siempre ha llevado muy mala vida desde que era niño en Huerta del Rey, pero da pena que haya acabado así y creo que nadie merece morir así», lamenta un amigo de la infancia del joven de ... 27 años, Brayan L. C., que falleció en la madrugada del lunes de un disparo en el pecho en el transcurso de una discusión registrada en las inmediaciones de la sala de fiestas Cister Sunday (antiguo mesón La Tía Pepa), en las afueras de La Cistérniga. Él y otros conocidos de la víctima, nacida en Valladolid y que residió hasta que cumplió la mayoría de edad en un piso de la calle Joaquín Velasco Martín, en Huerta del Rey (después se mudó a Aranda de Duero), reconocen que desde muy joven tuvo un «carácter violento» y ahondan, y en cierto modo justifican, aunque sin demasiados paños calientes en cuanto a su carácter e historial delictivo, que «acabó ganándose la vida al margen de la ley para poder tener algo».
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El joven de 27 años creció en una familia desestructurada. «Le criaron sus abuelos, aunque tuvieron problemas con la custodia, y la cosa se desmadró un poco cuando murió su abuelo», recuerdan antes de reconocer que sus antecedentes se remontan a cuando era aún menor y que engordaron después de cumplir la mayoría de edad. Brayan acabó abandonando su ciudad natal camino de Aranda de Duero apenas cumplió los 18 años y allí tuvo poco tiempo después una hija, una niña que ahora tiene 5 años.
Pero ya con 19 sumó su primera detención por malos tratos a su pareja y algunos años después, en 2017, cuando contaba con 22, acabó en prisión precisamente por un delito continuado de malos tratos a su entonces compañera. «En los últimos años le habíamos perdido un poco la pista, aunque sé que había estado un par de veces en prisión por drogas y malos tratos», recuerda su allegado antes de incidir en que, en cualquier caso, «nadie merece morir así y también Brayan, al margen de lo que hiciera en el pasado, se merece justicia». Esta vez, incide, «él ha sido la víctima».
La delegada del Gobierno, Virginia Barcones, apuntó este martes que la Guardia Civil, en este sentido, trabaja para esclarecer lo ocurrido e intentar localizar y detener al sospechoso. Eso además de confirmar que la víctima estaba en situación de busca y captura en el momento de los hechos, que portaba documentación falsa y que era buscado por posesión de drogas y por posibles delitos de retención ilegal y prostitución.
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