Instalaciones de la bodega matriz de Pesquera. El Norte

Alejandro Fernández vuelve a denunciar a la sociedad familiar por cosechar en su viñedo

La guerra por el control de Pesquera se extiende a California, donde la empresa matriz impide al bodeguero la venta de 40.000 botellas de vino

M. J. Pascual

Valladolid

Martes, 6 de octubre 2020

Tres años después de que saltara el escándalo en la Ribera del Duero por la fractura personal y empresarial de la familia Fernández Rivera, la guerra por el control del emporio y la marca Tinto Pesquera continúa.

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Tras un año de escarpada negociación, el veterano ... bodeguero y fundador de la Denominación de Origen Ribera de Duero, Alejandro Fernández Pérez, de 88 años, que se considera expulsado de la sociedad que él mismo creó hace décadas, ha denunciado por tercera campaña consecutiva ante la Guardia Civil el 'robo' de la vendimia. Fernández dirige su denuncia contra sus hijas Olga, Lucía y Mari Cruz Fernández Rivera y su exesposa Emilia Rivera por vendimiar en tres parcelas del término municipal de Pesquera de Duero (Valladolid) en nombre de la empresa Alejandro Fernández Tinto Pesquera.

Según explica el denunciante, él es el propietario de esas parcelas y aporta el registro vitivinícola y la tarjeta vitícola como prueba de que él es el titular de las parcelas vendimiadas por la sociedad a finales de septiembre. Recuerda en la denuncia que «en las vendimias de los años 2018 y 2019 se encontró ante la misma situación en la que las denunciadas, además de realizar la vendimia, presentaron un contrato simulado que fue objeto de denuncia por la Fiscalía de Valladolid».

Esa denuncia sobre el contrato de arrendamiento que Fernández no reconoce se extiende a dos sociedades del grupo Pesquera (rebautizado como Familia Fernández Rivera) como personas jurídicas: la empresa Alejandro Fernández Tinto Pesquera, buque insignia de la marca, y Bodegas Condado de Haza.

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Pleitos y negociaciones

La Audiencia de Valladolid revocó el pasado febrero el archivo de las diligencias previas dictaminado por el Juzgado de Instrucción 4 y ordenó continuar la investigación por los supuestos delitos de falsedad en documento mercantil y estafa por otorgamiento de contrato simulado en perjuicio de tercero. Las responsables de las sociedades tendrán que volver a comparecer en el juzgado, después de que la declaración programada el 29 de septiembre se aplazara. El pasado 2 de julio, la Audiencia también estableció que los hechos denunciados en 2019 son los mismos y por ello «se integran en un mismo delito continuado», explicaron fuentes jurídicas.

Pero los pleitos penales y civiles abiertos en los tribunales desde hace tres años para repartir el emporio bodeguero de la Ribera y determinar la propiedad de las marcas Pesquera no solo siguen abiertos en Valladolid, Madrid y Londres, pues desde marzo, en pleno estado de alarma, han saltado el Charco.

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La sociedad matriz, Alejandro Fernández Tinto Pesquera, ha denunciado al fundador ante un tribunal de California. Este trató de vender a través de su distribuidor en Estados Unidos 40.000 botellas de un vino confeccionado por él y la sociedad impidió la transacción comercial y planteó una demanda por la marca en el tribunal estadounidense que se resolverá antes de final de año. Fuentes próximas a la sociedad familiar subrayaron que las negociaciones para llegar a un acuerdo sobre el reparto del patrimonio «siguen abiertas».

En paralelo, el demandante espera respuesta del Consejo Regulador de la DO Ribera de Duero para tener acceso a los expedientes de las vendimias realizada por las bodegas en las campañas de 2018 y 2019 en Pesquera de Duero y Roa «con notoria ausencia de la tarjeta de viticultor». Reprocha al órgano que, también en el caso de la vendimia de 2020, «no ha adoptado las medidas y cautelas oportunas para evitar un aprovechamiento ilícito».

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El escollo de las tarjetas de viticultor

Las tarjetas de viticultor, cuyo titular es Alejandro Fernández, son una de las piezas clave y principal escollo de la negociación entre ambas partes porque, sin ellas, las sociedades que dirigen las bodegas no pueden sacar el producto de la cosecha bajo la Denominación de Origen Ribera de Duero, de manera que las dos añadas anteriores (y de esta, si no se llega a un acuerdo) tienen que venderse como Vino de la Tierra de Castilla y León y, por tanto, a un precio muy inferior, «con la consiguiente devaluación de la marca», reconocen fuentes de ambas partes en el procedimiento. Los negociadores tratan de llegar a un acuerdo sobre el precio de la transmisión de estos documentos.

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